No conocía a aquel joven, pero desde luego me causó una excelente impresión. El señor Gideon le ofreció algo de comer, ya que llegaba exhausto de un viaje. Por lo que pude escuchar tenía pensamiento de quedarse, al menos una temporada para explorar el mercado en busca de nuevos clientes. Sus especias exóticas eran conocidas por todo el mundo e Inglaterra era su nuevo objetivo.
No debía demorarme mucho si quería volver a casa antes de la comida familiar. Me fui a despedir del señor Gideon que andaba detrás de la barra, y justo iba a salir cuando aquel joven se dirigió a mí con un tono amable y cortés.
-Señorita, no he tenido el placer de entablar una conversación con usted. –dijo mientras se levantaba.
-Llámeme Aurora. –no pude evitar ruborizarme un poco.
-Mucho gusto señorita Aurora. –remató. Ambos nos quedamos en silencio durante escasos segundos.
-El placer es mío, si me disculpa debo irme. –no debía olvidar mi compromiso con padre. Me dispuse a salir corriendo de allí como alma lleva el diablo.
-¿Podré verla por el pueblo? –preguntó a lo lejos. Me giré y le sonreí. Pude observar que él me devolvió una gran sonrisa.
¿Qué acababa de pasar? Apenas conocía a aquel joven de una breve estancia en aquella taberna y ya me estaba cortejando. No me desagradaba, era todo un caballero, uno de los pocos que había tenido el gusto de conocer en mi vida.
Después de la comida a la cual asistió el malnacido del prometido de mi querida hermana Amy, me dispuse a ir con Dorothy al mercado, debía comprar diferentes condimentos y verduras para la cena. Padre andaba un tanto ocupado, por lo que decidí dejar pasar el tema de mi verdadera madre, hasta que realmente pudiera hablar con él. Mi madre no dejaba de adorar al hijo del gobernador, el que iba a ser parte de la familia, cosa que me desagradaba bastante, y mi querida Amy rehusó ir con nosotras al mercado por miedo a madre. Debía ocuparse de algunos detalles de la boda y, por más que quisiera no podía venir con nosotras.
Ya una vez en el mercado, en plena plaza del pueblo, todos los allí presentes empezaron a observarme, a santiguarse al pasar cerca de nosotras y a mirarme de arriba abajo como si fuese una apestada.
-No te preocupes niña, todo pasará. –dijo Dorothy mientras me sujetaba la mano. Nos acercamos al puesto de verduras y una amable señora nos atendió. Miré a lo lejos observando a la gente pasear, comprar, entablar conversaciones, cuando de repente me pareció ver algo.
-¿Emmett? –Dije en voz alta, ya que Dorothy se giró rápidamente extrañada.
-¿Qué pasa Aurora? –dijo mientras me miraba algo preocupada. Volví en sí y pude reaccionar rápido.
-Oh, nada, creía que había visto a alguien. –respondió lo más calmada que pude. En ese momento una mano se depositó en mi hombro, y pegué un brinco del susto.
-Señorita Aurora. –Dijo William que apareció de repente.
-Me asustó. –dije mientras poniéndome una mano en el pecho. Dorothy no le quitó ojo a las verduras que allí se ofertaban, por lo que me dejaba complemente a solas con William.
-Perdona, no era mi intención. –aquella sonrisa perfecta hizo que mis piernas flaquearan. Le sonreí.
-Ya que estás aquí, ¿querrías visitar mi humilde puesto de especias? Te encantarían. –me ofreció su mano para que le acompañase. En ese momento Dorothy, que lo estaba escuchando todo me indicó que fuera con él. Acepté y nos fuimos dando un leve paseo hacia su puesto.
-Hace un día maravilloso hoy. –dijo mientras observaba el cielo embobado.
-Lo cierto es que sí. –podía notar los ojos de la gente observándonos, cada gesto que hacíamos, cada palabra que decíamos. Llegamos por fin y me dirigí rápidamente a una especie de mesita pequeña donde había diferentes botes, mi curiosidad no impidió que abriera uno de los frascos.
-¡Qué bien huele! –cogí una ramita de algo que realmente me fascinó.
-Me alegro de que te guste, es una especie poco común aquí, y muy cara. –comentó.
-Oh perdón. –dije al darme cuenta de lo maleducada que había sido cogiendo algo sin permiso.
-No, no pasa nada. Es romero y se obtiene de un arbusto muy peculiar para mí. Casi pasa desapercibido a simple vista. No todo el mundo sabe apreciar la belleza. –dijo mientras me miraba fijamente a los ojos. Su mirada era tan delicada y tan vivaz que era casi imposible para mí no quedarme embobada en ella.
-Quédatelo, tengo más guardado atrás. –dijo mientras me ofrecía el frasco entero.
-Oh no, no se moleste, se la pagaré. –dije algo avergonzada.
-¿Pagarme? –preguntó.
-Si, claro, ¿es usted comerciante no? –me quedé un poco cortada.
-Sí, pero no quiero su dinero, quiero su compañía. –dijo mientras me seguía mirando muy fijamente.
-¿Perdone? –me quedé un poco paralizada ante ese comentario.
-Lo siento, no me malinterprete, me refería a que esta mañana por la noche voy a hacer un baile de disfraces en el que podrá venir quien guste y me gustaría que acudiera junto a su familia –aclaró. Suspiré para mis adentros y sin pensarlo mucho acepté.
-De acuerdo. Será un placer. –contesté. En ese momento Dorothy apareció.
-Mucho gusto señorito. –se dirigió a William con respeto. El la saludó de vuelta con respeto.
-Será mejor que partamos ya hacia la casa niña, es casi la hora de cenar y debo preparar todo. –dijo Dorothy que parecía un poco nerviosa al estar ante la presencia de William. Nos despedimos de él y nos dirigimos con prisa hacia la casa.
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AMOR INGLÉS [PUBLICADO EN PAPEL]
Teen FictionAurora es una chica perteneciente a la clase alta de Inglaterra, carismática, decidida y bondadosa con aquellos de buen corazón.. Sus padres siempre han esperado mucho de ella, pero ella no quiere seguir la vida que se le ha encomendado. Por caprich...