Capítulo 18 -Encuentro peligroso

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-¡Pero qué estás diciendo Aurora! –exclamó Amy. Justo en ese momento alguien llamó de nuevo a la puerta, pero al estar entreabierta entró. Era Dorothy.

-Señorita Amy, su prometido la busca. –dijo con dulzura. Amy se quedó pensativa por un segundo, pero rápidamente fue en su busca. Me quedé inmóvil en la alcoba. Dorothy cerró la puerta y entonces me quedé totalmente sola con mis pensamientos.

Cada vez que cerraba los ojos podía sentir el vaivén de las olas, como si todavía estuviera en aquel frío barco en alta mar. Podía oler aquel olor a canela procedente del camarote de Andrew y no pude evitar acordarme de mi primera noche allí. Sinceramente no sé cómo pude ser capaz de no darme por vencida en ningún momento a pesar de las circunstancias, y me sentía enormemente agradecida por el instinto de supervivencia que había desarrollado.

Logré descansar un poco, pero tenía sed y decidí bajar a por un poco de agua. Bajé los innumerables escalones hacia la cocina cuando de repente oí a alguien llorar. Me extrañe bastante ya que no sabía quién podía ser, eran las tantas de la madrugada y no era usual que nadie estuviese despierto, exceptuando yo, en aquel momento.

-¿Amy? –dije sorprendida al ver a mi hermana sentada en el suelo de la cocina llorando a mares.

-¿Qué te pasa? –dije mientras corría hacia ella.

-Nada Aurora, estoy bien. –dijo mientras se intentaba limpiar las lágrimas. En ese momento vi lo que parecía ser un moretón.

-¿Qué es eso Amy? ¿Ese malnacido te ha puesto la mano encima? –me sobresalté. Amy me miró con tristeza y asintió.

-No voy a dejar pasar esto, ¿me oyes? mañana mismo le voy a plantar cara. –estaba bastante enfadada y tenía una gran impotencia.

-Madre no puede enterarse, no quiero que se avergüence. –respondió asustada.

-No puedo creer que pienses más en ella que en ti. –me molestó bastante sus palabras, realmente Amy le temía. Madre siempre había esperado mucho de nosotras, y ahora que me había perdido totalmente el respeto, su intención era que Amy ocupara mi lugar, haciéndose cargo de una vida que no iba con ella, que no representaba sus inquietudes, sus deseos, sus preferencias.

Invité a Amy a que durmiera conmigo, en mi alcoba, para que al menos pasara la noche sintiéndose protegida, lejos de los demás. Para ser sincera no pude pegar ojo en toda la noche, pensando en la falta que le hice a Amy en mi ausencia, y que, de no ser por tal incidente, hubiera estado ahí para ella, para que no pasara por lo que tenía que pasar con ese malnacido.

Pensé en todo tipo de artimañas para poder sacar de este lio a Amy, le diría a mi padre que no le permitiera casarse, pero con la influencia que ejercía madre sobre él, iba a ser casi imposible hacerle cambiar de opinión. Debía también hablar con el sobre el tema de mi verdadera madre, y que me diera una explicación, algo por lo que calmar mi ansia de respuestas.

Al día siguiente me desperté con la ausencia de Amy, había salido sin hacer ruido y me temía que volviese a ver a ese hombre.

-Aurora, te traigo el desayuno. –dijo de repente Amy que entraba por la puerta como si nada hubiera pasado.

-Oh Amy, creía que... -pude decir antes de ser interrumpida.

-Me levanté temprano, preparé el desayuno para las dos para darle, al menos, una tregua a Dorothy, y también para agradecerte lo de noche. –respondió mientras me ofrecía algo de comer.

-Muchas gracias Amy, no tenías por qué, soy tu hermana mayor y debo protegerte. –ella me miró y me dedicó una gran sonrisa.

-Oh, padre anda como loco de contento. –Amy cambió drásticamente de tema en cuestión de segundos.

-¿Y eso? –por fin buenas noticias pensé.

-Ahora que lo recuerdo, creo que andaba como loco buscándote. Oí decirle que habían logrado capturar a alguien. ¿Sabes de que se trata? –en ese momento salté de la cama y me apresuré a buscar a mi padre. Busqué por el comedor y no había nadie, cuando escuché que hablaba de lejos con alguien.

-¡Padre! –exclamé. En ese momento vi a mi padre que hablaba con uno de los soldados que me prestó declaración.

-¡Hija mía! Han capturado al pirata que te secuestró, Abraham Longford. –terminó por decir. Mis ojos se abrieron por completo ante aquellas palabras y me quedé en silencio por unos segundos. Me quedé paralizada, pero logré volver en mí. Pensé que si hablaba con él podría sacarle información por Andrew, no se lo debía, desde luego que no, pero en el fondo pensaba que haría una buena acción.

AMOR INGLÉS [PUBLICADO EN PAPEL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora