- Capítulo 17 -

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- Absolutamente no. - Niall se negaba rotundamente mientras caminaban fuera de la escuela.

- ¡Maldito irlandés, deja de ser un egoísta y ayuda! - Louis insistía mientras Niall se resistía.

- Soy el director de finanzas de una importante empresa idiota, no puedo simplemente cambiar de empleo y hacerme cargo de la presentación de unos niñitos ¡Es ridículo! ¿Cómo se te ocurre si quiera que sea posible? - Niall manoteaba exasperado. - Me es fácil cubrir su sueldo que cubrir sus empleos. - Alegó el rubio.

- ¡No es por el dinero imbécil! Harry y yo nos esforzamos mucho en esto. - Louis estaba molesto porque no le gustaba rogar. - Aparte me lo debes. - Louis se cruzó de brazos indignado parando su caminar y Niall se detuvo levantando una ceja.

- Yo no te debo nada. - Dijo casi divertido.

-Sí, sí me lo debes ¡Te robaste a mi novia! - Fingió indignación y Niall rio.

- Yo no me la robe, ella huyó de ti. - Dijo riéndose aun y encogiendo los hombros, Louis de inmediato abrió la boca indignado y divertido, pero antes de decir algo Niall continuó. - A parte esa "deuda" caducó porque ya no estamos juntos. - La sonrisa de Louis se borró y abrió la boca para decir algo, pero luego la cerró. Niall le sonrió. - Hay que ir al hospital, debo volver a la oficina. - Louis lo siguió.

- ¿Pero qué paso? - Dijo sorprendido y Niall sólo rodó los ojos divertido.



Cada chico subió a su respectivo auto y se dirigieron al hospital, cuando llegaron Louis acoso a Niall con todo tipo de preguntas sobre su ruptura con Eleanor, el irlandés se negó a entrar en detalles, cruzaron el largo pasillo hasta llegar a la sala de espera, aun discutiendo sobre el mismo tema, se sentaron en los cómodos sillones verde musgo y Louis trataba de convencer a Niall que los ayudara con su presentación. No es que el rubio no quisiera ayudarlos, es que no podía exponerse tanto y definitivamente no tenía el tiempo de trabajar en la empresa y en la escuela de arte.

Louis le mando un mensaje a Harry para avisarle que ya estaban ahí de nuevo y al cabo de unos cinco minutos, el rizado apareció en el lugar.

Sus ojos estaban rojos e hinchados, era obvio que había estado llorando, su sonrisa era forzada y la energía en él se sentía devastadora, Harry era un niño jugando a ser un adulto fuerte.

- Hey Niller que bueno es verte. - El rizado intentaba sonar amable y casual, pero no lo logro.

- Hola Harry ¿Cómo va todo? - Contestó formal el irlandés.

Harry les regalo media sonrisa forzada. – De la mierda. – Soltó una risa sarcástica. - ¿Qué te dijeron en la escuela? – Pregunto a Louis.

- Todo estará bien, nos dieron permiso a ambos y no nos suspenderán los pagos. – Harry se sorprendió.

- Supongo que debo dar la suficiente lastima para que tuvieran tal consideración. – El humor del rizado no era el mejor de todos, de hecho, era la parte oscura la que se escapaba por cada uno de sus poros, estaba dejando de luchar, de ser positivo, estaba enojado, era parte del duelo que estaba viviendo, eso siempre es antes de la depresión y después de la negación, nada tenía buena pinta, su mamá no despertaba ni daba ningún tipo señal de mejora y aunque Gemma salió sin complicaciones de la cirugía, habría que esperar que su recuperación fuera buena y que el cuerpo de su padre no rechazara el trasplante y si todo eso saliera bien entonces tendría que hablar con Des sobre el accidente y también sobre su falsa paternidad, todo estaba jodidamente mal, incluso lo que eran buenas noticias el ojiverde ya no las veía así, su luz se apagaba y la fría oscuridad se apoderaba de él, comiéndose de a poco todas sus virtudes y el avance que había tenido consigo mismo.

El arte de amarte - Larry Stylinson -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora