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[N/A: Este extra es en agradecimiento a todo su apoyo, gracias por leer y recomendar la fic, ¡llegamos a 50k! Este extra es el primer capítulo de la segunda parte de la historia, es totalmente sobre Edward, pueden leérselo con confianza porque no habrá ningún spoiler sobre la historia, también tienen la opción de leérselo cuando suba la fic completa, es una decisión al gusto de cada lector, sin más por el momento, espero que lo disfruten. Mucho amor y buena vibra
- Abby -]











Veneto, Italia.

Veintiún años atrás.

Edward caminaba como sonámbulo por las calles empedradas de Veneto, parecía que el hombre no estuviera en sus cinco sentidos, todos lo esquivaban al verlo, tenía un aspecto que asustaba a cualquiera, parecía que hubiera perdido la razón, sollozaba sin parar, su mirada perdida en un punto lejano, el corazón apenas sí le latía, seguía respirando sí, pero la vida se le fue cuando escuchó salir aquellas palabras de la boca de Anne, aquella boca de la cual era esclavo, de esos labios que tantas veces lo besaron, escuchó aquellas palabras en la misma voz que alguna vez le dijo un te amo. "Estoy embarazada".

La luz de la luna le atravesaba el alma que ya estaba hecha añicos, las mejillas del hombre estaban empapadas por su llanto, perdió el equilibrio y se recargo en la pared que tenía aun lado, con su cabeza gacha y sus lágrimas que no dejaban de caer, giro sobre sí mismo para ahora recargar su espalda en aquella pared de ladrillos y deslizarse hasta quedar completamente en el suelo, él había perdido al amor de su vida, ella amaba a su esposo y él se había quedado muerto en vida.

Un año después de la última vez que vio a Anne.

- Edward ¿Cómo estás? ¿Fue un buen día? – Francesca veía al rizado que no tenía interés en sostenerle la mirada, estaba sentado en el mismo sillón en el que se había sentado todos los días por tres meses, Francesca esperaba una respuesta pacientemente, ella era una mujer sumamente tranquila y eso desesperaba a Edward, ella era paz y calma, ella era todo lo que él no era, porque desde que supo que Anne se había ido de Italia su vida había ido en completa picada, se refugió en el alcohol y había sido detenido varias veces a causa de peleas que él provocaba, fue su mejor amigo quien decidió que internarlo en un centro de salud mental era lo mejor para él.

- Como la mierda, igual que los otros noventa días. – Contestó el ojimarron con irritabilidad. Él no estaba cooperando para nada con su tratamiento, parecía que solo quería destruirse así mismo, desde que había llegado no hacía más que ser condescendiente y negativo. - ¿Sabe qué día es hoy? – Enarco una ceja y por primera vez conecto la mirada con su psiquiatra, ella no contesto y el soltó una pequeña risa y rasco su ceja. - ¡Hoy se cumple un año! – Levantó sus brazos al aire y soltó una carcajada. - ¡Hoy se cumple un puto año desde que morí! – El rizado no paraba de reír.

Francesca estaba consciente de que Edward era un caso especial, sabía que el que Anne estuviera embarazada de su esposo y se hubieran ido de Italia, había sido su punto de quiebre, pero no lo sabía por él, sino por su mejor amigo Benjamín quien había sido el que lo había internado, Ben era de la misma edad que Edward, su piel aperlada, ojos castaños y cabello condenadamente lacio, siempre lo llevaba corto, era más bajo que el rizado y su complexión algo escuálida. Le había contado la historia de Eddy y Anne, pero Francesca sabía que la mente no era así de fácil de entender, así que debido a que Edward no cooperaba con su tratamiento, había llamado nuevamente a Ben y lo había entrevistado, descubrió lo que ya sospechaba, la infancia de Edward había sido un infierno, su madre lo había abandonado cuando era un niño de apenas seis años, nunca supo quién era su padre, vivió hasta los nueve años con su abuela, quien un día simplemente murió de un ataque al corazón, siendo un niño el estado lo ubico en un orfanato donde su vida no fue más fácil, era el nuevo y su personalidad introvertida no le ayudaba para nada, todos ahí lo golpeaban y molestaban diariamente y su único escape era la música.

El arte de amarte - Larry Stylinson -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora