El arte de amarte - Larry Stylinson -

- Capítulo 31 -

Era sábado por fin, Harry y Louis no salieron de la cama, hasta que pasaban de las doce. Ambos estaba realmente cansados, su semana había sido dura y habían pasado poco tiempo juntos, el castaño por evidentes razones y Harry por dividirse entre la escuela y firmar el bendito contrato de las acciones, al final todo había sido a distancia, sus abuelos habían tenido que volver antes de tiempo a Italia, Gemma estaba hasta el tope de trabajo y Harry estaba apoyando a Louis, resulto que hacerlo a distancia era más tedioso y tuvo que ir varias veces a la oficina de los Selley.

Le habían dicho que dentro de un par de semanas empezaría a recibir los dividendos, igual que Gemma, él también los había invitado a todos a ir a verlo a la presentación de fin de cursos y todos aceptaron con gusto.

Todo iba muy bien, su vida empezaba a acomodarse, no dejaba de extrañar a su mamá cada día, pero se esforzaba un montón para salir adelante, prácticamente se obligaba a hacer cada cosa durante el día, ver a Louis, le daba fuerza.

El fin de semana se la pasaron sin hacer nada, ni siquiera hicieron la limpieza del apartamento, ordenaban comida rápida, veían netflix, tenían sexo desenfrenado, bromeaban, hablaban, simplemente compartían su tiempo juntos. Amaban los días así, donde estaban dentro de su burbuja y nadie los molestaba.

El domingo Louis llamo a su casa en Doncaster, su madre Jay contestó, los gritos de emoción de ella y sus hermanas no tardaron en hacerse presente, ella lo puso en altavoz para que todos lo escucharan, Louis hizo lo mismo para que Harry escuchara de igual forma la conversación, aunque la familia Tomlinson no tuviera idea de su existencia.

- ¿Cuándo vendrás? – Preguntó Lottie. Una de sus hermanas.

- Creo que tendrán que venir primero ustedes, el fin de cursos de la escuela donde trabajo será dentro de diez días y me gustaría que estuvieran aquí. – Escucho como todos se emocionaban al otro lado de la línea.

- Cariño somos muchos y sería un viaje complicado. – Jay habló y escucho algunos pucheros al otro lado de la línea.

- Oh, eso no es problema mamá, yo pagaré el pasaje y ya veremos cómo nos acomodamos todos en el departamento. – La emoción se hizo presente de nuevo en la casa de los Tomlinson, Harry sonrió al saber que el dinero que les había quedado de la venta del carro de su mamá serviría para algo muy bueno.

Tenían casi un año sin verse, de verdad se extrañaban muchísimo, Louis estaba nervioso por Harry.

- Mamá ¿Podemos conversar en privado? – Todos sus hermanos replicaron y escucho como su mamá los apaciguaba antes de quitar el altavoz y hablar.

- ¿Qué sucede cariño? – Preguntó con tranquilidad la mujer al otro lado de la línea.

- Bien, pues... - Louis estaba nervioso pero su madre era paciente, así que guardo silencio hasta que su hijo hablara. - ... No solo quiero que vengan por el fin de cursos. –

- ¿Ah no? – Jay seguía completamente calmada.

- No. – Louis veía a Harry y él estaba igual de nervioso que él. – Es que quiero que conozcan a alguien. –

Un silencio no muy largo, pero que para los chicos fue eterno, se hizo en la llamada. – Bien, cariño, ahí estaremos. –

Louis frunció el ceño, su mamá siempre le preguntaba mil cosas y ahora no había dicho nada, eso era muy extraño, ni siquiera había tratado de indagar un poquito.

- E-esta bi-ien – Dijo Louis dubitativo.

La llamada termino y Harry creía que todo había ido genial, ahora estaba muy nervioso de conocer a los Tomlinson. Ambos chicos se vieron, la mirada confundida de Louis no lo tranquilizaba, más bien lo ponía más nervioso de lo que ya estaba, pero no quiso preguntar nada, el ojiazul tampoco hizo ningún comentario, dejaron el tema por la paz y fueron a hacer las compras de la semana, no hacía falta mucho, pero esa sería una semana muy movida, no tenían tiempo para imprevistos.