Capítulo 33 "Conseguir ser la reina de la Soledad"
*Narra Lucía*
Un malestar general.Otra vez ese tembleque,y ese frío interno.
-¿Lucía,estás bien?-Preguntó María asustada.
Asentí de inmediato,pero muy dificultosa.
Me falta el aire,mis fosas nasales se han tapado,para no dejarme seguir.
Hiperventilaba,no conseguía tomar aire y proseguir.
En esos escasos segundos Estela y María se encontraban frente mi.Una de ellas,María, sostenía mis dos manos.
-Coge aire.-Ella ordenó amable.
Mientras hablaba ordenaba aquello que tenía que realizar.
Después de unos segundos de tensión,donde debatí si luchar o desistir.Tan sólo decidí luchar y vencer.
Pude recuperar dificultosa mi respiración,a su vez de la tranquilidad.Que poco duraría.
Solté las manos de aquella quien fue mi amiga,acto seguido bajé la cabeza.
-¿Por qué?-Volvió a repetir María.
-No todo tiene un por qué en esta vida.-Afirmé fría,mirando fijamente a sus oscuros ojos.
-Tú no quieres averiguarlo.-Ella comentó vacilante.Resoplé y posé mi mano sobre mi frente.Ahora recubierta con sudor frío.
-Tan sólo sé que quiero que te alejes de mi.No quiero saber nada de nadie,durante un tiempo.-Expresé con frialdad, como si no me importase nada.
Aunque por dentro me muriera lentamente,que cada trocito de mi pequeño cuerpo se deshiciera por cada palabra que salía de la boca.
Lo peor de todo era que mi alma se desgarraba poco a poco,haciendo que yo muriera aún más dolorosamente.
Una última mirada dediqué antes de poner pie hacía lo que sería mi nueva vida.
Un nuevo recorrido reinado por la Soledad.
Una fría mirada que podía hacer que se erizara la piel,que sintieras odio.
Pero todo lo contrario, escondía eso,salvación y preocupación,acompañado por amor.
Tras girarme por mi misma, rompiendo todo el contacto con mis amigas,cerré los ojos mientras de ellos recorrían lágrimas sin fin.
Tan solo quería protegerlas, para conseguirlo tenía que estar sola.
Conseguir ser la reina de la Soledad.
Entre gentes que vivían felices o al menos lo aparentaban, pasé una de mis manos por la mejilla izquierda.
Uno de mis dedos se humedeció y lanzó al vacío ese resquicio de dolor.
Apresurada salí de aquel centro comercial,de cual el nombre no me acordaba.
Intentando pasar desapercibida, ese siempre había sido mi lema.
Después de coger el metro,y andar durante quince minutos llegué a casa.
Volví a dejar las llaves en ese cuenco del vestíbulo de mármol,y a quitarme los tacones.
De nuevo llegué a mi habitación donde cuidadosamente me deshice de mi ropa,acto seguido agarrando una bata de seda.
Directamente me dirigí a la cocina,abrí el congelador,y en efecto allí estaba mi preciado helado de chocolate con nueces y caramelo.
-Ya eres mío.-Murmuré abriendo el cajón,donde guardaba los cubiertos.
En menos de cero coma,ya llevaba a mi boca ese delicioso helado,dejándome impregnada de ese dulce olor.
Al menos al chocolate no le pueden quitar la dulzura,cosa que a mi,sí.
Entre el pequeño tarro en mis manos,me dirigí al salón,pero una extraña nota apareció debajo de la puerta.
Me agaché a recoger ese trozo de papel,tenía una leve esperanza de que fueran ellas.
"Recuerdas,¿cuándo robaste en esa cafetería para comprar...?"
Ahí dejé leer.No puedo más.En su momento decidí borrarlo.Olvídarlo.No quiero abrir ese cajón enterrado en lo mas oscuro de mi mente.
A continuación otro trozo de papel,de esas mismas características.
"Recuerdas,¿aquella noche en el lago,y ese chico del cual obligasteis...?"
Desistí,no podía leer.No estaba preparada para escarbar en mi pasado.
"Recuerdas,¿aquella noche en el trabajo,cuándo te violaron?"
Un grito de auxilio salió de mi, una mano se puso en mi boca,sorprendida.
Humedecida por esas lágrimas,esta vez dolorosas.
Esa escena,como una película circuló por mi mente.Ese recuerdo que consiguió reprimir.
Respiré corta y hondo,con dificultad.Tomé una decisión
Otra de esas notas aparecieron debajo la puerta.
"Abre la puerta"
Decidida abrí aquella puerta, apareció el rostro de Guerrero.
-Veo que has tomado tu decisión.-Murmuró contento.
Mi mirada se clavó en él,esos ojos brillantes,conformes.
-¡Mátame!-Exclamé con dolor.
Sonrió agradecido de escuchar esas palabras.
-Quiero morir.-Balbuceé derrotada.
Él continuó con su sonrisa maliciosa,y posó su mano en la espalda.Con la intención de sacar su pistola.
-Pensaba que eras distinta.-Él balbuceó
-Mátame .-Volví a repetir.En ese instante desabroché mi bata azul de seda,dejando ver mi cuerpo tan solo cubierto por la ropa interior.
-Mátame,te lo suplico.-Ella volvió a implorar,impotente.
Él la miró embobado,nunca habría imaginado que la tendría en frente sus ojos así.
Semidesnuda y al borde del abismo.
Él sacó su pistola,de tras su espalda.Acto seguido apuntó hacia ella.
-Quiero morir,quiero morir,quiero morir.-Ella repetía en un balbuceo.
Él la observaba apenado,esa chica había encendido algo que con otros no pasaba,su lado más humano.
-Mátame.-Ella volvió a repetir.
Volvió a apuntarla, sosteniéndola con el pulso nervioso.
Estaba a punto de darle al gatillo,al que daría fin a esa infeliz.
Pero algo le detuvo,más bien alguien.Volvía de nuevo a por ella,a salvarla.
Vi como una sombría figura aparecía en la escena,pero ya hacía unos segundo que había muerto.Muerto por dentro, psicológicamente.
Unos gritos sin sentido pude escuchar,acompañado de unos fuertes golpes.
Tan sólo cerré los ojos,y un fuerte golpe sentí.
Había dejado de sentir,tan sólo descansaba.En definitiva mi conciencia desapareció.
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It's my life |Editando|
RomanceLucia Garcia, una abogada recién salida de la universidad, se enfrenta tal vez al caso más importante de su carrera: la inexplicable muerte de su mejor amiga. Supuestamente la policía ha encontrado al asesino: Daniel Oviedo, un ex-compañero de insti...