Capítulo 89 "¿Y por qué estoy así?"
«Narra Lucía»
La consciencia se despierta, el dolor se empieza a manifestar por cada rincón de mi pequeño cuerpo. Gruñí. A continuación posé una de mis manos en mi frente, tal vez con la única intención de disipar el dolor. La verdad que estaba muy cómoda, el colchón mullido había proporcionado que al menos mi espalda se recompusiera y descansara. Remolona abro los ojos, después de vacilar durante unos instantes. Pasé mi lengua por mis labios ahora resecos.
Una fina sábana cubría todo mi cuerpo. Tapándome, mientras yo descansaba de todos los hechos del día de ayer. No recordaba mucho, ya que supongo que mi imaginación me habrá jugado una mala pasada. Porque me presupongo que él estará conmigo, aunque ahora mismo me encuentre sola en la cama. Que mal ha sonado eso. Era muy extraño aquello, hacía meses que no se repetía algo así. Estar en la misma habitación que él, eso en el mejor de los casos. Aunque fugazmente, he llegado a pensar que me ha abandonado aquí, en vete tu a saber dónde.
Levanto la sábana que cubre mi cuerpo, acto seguido me ruborizo. Me encuentro tan sólo vestida por unas bragas y sin sujetador. ¿No me habrá...? Mis mejillas arden al pensarlo. ¿Pero qué pasó anoche? Tan sólo recuerdo un mar de lágrimas, y sus ojos cafés en mi persona. Cierro los ojos, y bostezo. ¡Qué sueño, joder! Empiezo a desperezarme, con movimientos algo impropios en esta situación, estirando mi espalda sobre el colchón.
-Veo que ya te has despertado.-Comenta Oviedo saliendo del baño.
Abro los ojos como platos, y levanto la mitad superior de mi cuerpo, sentándome sobre la cama. Le miro, cubierto por una toalla, dejando todo su modelado torso ante mis ojos.
Su pelo ligeramente mojado, él estaba perfecto en todos los sentidos, y yo, más bien en esos instantes debía parecer un Orco de Mordor. Me ruboricé al pensar que yo aun seguía semidesnuda bajo las sábanas, la verdad, se me subieron los colores. No podía mantener la vista puesta en él, ya que no tenía el valor, vale, es estúpido. Pero pensadlo, ¿quién no se ha sentido así?
Y más si estás delante de él.-Si bueno...-Susurré tímida.
-¿Has dormido bien?
-Se podría decir que sí...
-Me alegro.
-Aunque me duele todo.
-Normal, no paras de moverte.Mi cara era un tomate. ¿Qué?
Toda yo estaba nerviosa, no podía estarme quieta. Agarro con persuasión las sábanas, estoy verdaderamente intimidada. Sonrío entre dientes, más bien diría una mueca. Todo cuenta supongo.
Me cubro aun más con esa sábana, y vuelvo la mirada a él, que ahora está más cerca de mi posición, agarrando unos vaqueros.-¿Estas bien?-Pregunta él bastante irónico.-Te veo muy roja.
-Bueno... Sí... Tan solo me preguntaba...-Balbucí.-Si tú me habías desnudado.
-Claro, ¿quién sino?-Dijo indiferente.-¿Papá Noel?
-No tenías derecho a hacerlo.-Repliqué molesta.
-Tampoco tienes nada interesante, he visto de mejores.-Agregó pasivo.
-¿Y ya está?
-No, tira a la ducha.Mordí la cara interna de mis mejillas. Aquel comentario me había molestado y mucho. Las tripas se me revolvieron. ¿Qué? Aquellos no tenía cabida, no me lo podía creer. Los celos se apoderan de mi.
¿Quién lo diría? Esto es nuevo para mi. ¿Por qué tendría que sentir celos? Un cosquilleo en el estómago, se me encogía el pecho por cada movimiento de él. Me puse de morros. Me sacó de quicio la verdad. Ya sé que no soy la única, pero, al menos pensé que había sido de las mejores... Pero de nuevo volví a comprender que fui un juguete más. Es muy deprimente la verdad, es muy pero, que muy, penoso. Doy mucha pena.Con el ápice de dignidad que me quedaba, ladeé mi cuerpo al otro lado. Él estaba al otro lado, de espaldas, agarrando algo de un cajón. Ese momento lo aproveché, me deshice de las sábanas, para acto seguido tapar mis pechos desnudos, y salir rápidamente hacia la primera puerta que vi. Me metí dentro y cerré la puerta acto seguido.
El corazón me iba a mil por hora, y el enfado seguía vivo en mis venas, manifestándose en concreto en las mejillas, tan rojas o más que un puto tomate. ¿Por qué me comporto así? Ya sé que es algo raro, pero no sé, es bastante irónico.
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It's my life |Editando|
RomanceLucia Garcia, una abogada recién salida de la universidad, se enfrenta tal vez al caso más importante de su carrera: la inexplicable muerte de su mejor amiga. Supuestamente la policía ha encontrado al asesino: Daniel Oviedo, un ex-compañero de insti...