Capítulo 81 "Jugué y me quemé,y ahora las consecuencias"

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Capítulo 81 "Jugué y me quemé, y ahora las consecuencias"

«Narra Lucía»

-¿Qué significa esto?-Pregunté al leer éste.

Las miradas desconcertantes por parte de ellos dos. Fruncí el ceño, no entendía aquello.
Y además, menos de dónde había salido aquella carta, y además de ella. Suspiro, en el intento de llegar a controlar el corazón, éste ahora bombeando a mil por hora. Los labios resecos, temblando; los ojos de nuevo cristalinos, pero no podía negar que me alegró ver que era suya. ¿Una despedida?

-No la leas, Lucía.-Pidió María.-No te gustará.
-Tal vez sea una despedida.- Murmuré acariciando ésta.

Una sonrisa entrecortada por mi parte. Una lágrima tiñó el blanco roto del sobre. Lo miré de nuevo. Miles de recuerdos inundan mi mente, reviviendo todas aquellas locuras. Miles de pequeños restos de nuestra breve historia, pero intensa, jamás lo olvidaré. Lo siento tanto. Tantísimo. Rápidamente abro el sobre, dejando ver una hoja escrita, ésta a mano.

-No lo hagas.-Murmuró de nuevo María.
-¿Te la leo en voz alta o qué?-Vacilé intentando ser convincente.

Volví la cabeza, una última mirada sobre aquellos dos. Nadie me detendría en saber que esconde ésta. Vacilé por unos instantes, dirigí mi mirada perdida en aquel trozo de papel doblado, y volví a suspirar. Me dirigí a mi cama, perfecta e impoluta, para acto seguido sentarme en el borde de ésta.

-Dejadme sola.-Siseé en un susurro.

Oí la puerta de aquella mi habitación deslizarse, quedándome completamente sola en ésta. Vacilé por unos instantes al contenido de esa misteriosa carta, mis dedos se posaron en los bordes de ésta, para desplegarlo y al fin saber que contenía ésta. No sentía, no sabía bien que era lo que leería, ni si tampoco sabría asimilarlo. El mundo es demasiado recóndito.

«Mi gruñona Lucía,

Ya sé que no te gusta que te llame así, pero sé que te gustará leerlo, al menos te lo podrás imaginar salir de mis labios. Sé que ahora has sonreído, nos conocemos.»

Sonreí entre dientes, cómo me conocía... Parecía que ella estuviera conmigo, o al menos eso quería creer. Pero para mi desgracia, las lágrimas difuminaron los celestes míos ojos. Hicieron que me nublara. Sorbí, y volví a proseguir mi relato.

«Si lees esto, será porque seguramente no estaré aquí.
Seguro que estaré muy lejos de aquí Madrid, de ti y de todas. Él quiere llevarme lejos, quiere protegerme. He conocido a alguien, más bien, él me ha cazado a mi.
Si supieras cómo es... El chico perfecto. Una mirada penetrante, que hace que cualquiera cayera, frío, pero a la vez cariñoso. Sin dejar de nombrar, que es guapísimo, el hombre perfecto. Misterioso. Tendrías que conocerle, y si supieras su nombre... Daniel Oviedo.
Así que, quería despedirme, ya que no sé si volveré a veros. Tal vez sea un viaje sin retorno. No quiero que te preocupes. Él prometió que no me pasaría nada,y así lo hará hasta el resto de nuestros días,juntos. Nadie nos separará. Te quiero.

Tú Anna.»

Entreabrí los labios. Quería sentir aquella puñalada clavada a tanta profundidad. Quería deleitarme de cómo la sangre invisible salía por mi pecho. Nada. Todo paró. Nada se movía. Por un instante el tiempo se detuvo.
Levanté del lugar donde me sentaba, aun con la carta entre las manos.

Con paso fúnebre, como si fuera a caer al borde del abismo. No brotaba nada de mis ojos, tan sólo estaba sin palabras. ¿Él? Él me ha engañado. Me ha mentido. Ha estado con ella, y luego conmigo. Incredulidad. Pesar en el pecho. Quiero llorar pero no puedo. No iba a derramar una lágrima por él, lo prometí.

It's my life |Editando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora