—No irá a clase durante... —Echó un vistazo a su alrededor, a la clase ya vacía, al profesor rubio y serio que tenía delante. —Un tiempo indefinido.
Megumi agarró la manga de la chaqueta de su padre, tirando de él. Quería irse, le daba vergüenza estar delante de su tutor, contando aquello. Evitó la mirada de Nanami, escondiéndose detrás del hombre.
—¿Enfermedad? —Cuestionó, quitándose las gafas. Se arrodilló frente al pequeño para poner una mano sobre su pelo. —Ya veo. Puedes firmar esos papeles de ahí.
Toji asintió con pesadez, dejando a su hijo con el otro. Ambos hablaban en voz baja. Se inclinó sobre la ficha de ausencia y descubrió que se había olvidado de su firma. No, no se había olvidado. Estaba demasiado devastado como para pensar, su mente demasiado nublada como para reaccionar.
Tuvo que evitar que las lágrimas cayeran de sus ojos.
—Recibirá educación en casa. —Comentó, queriendo retomar la conversación para no desmoronarse. Le puso la tapa al bolígrafo, sin atreverse a hacer un contacto visual directo con ninguno. —Ya he contratado a alguien.
El profesor observaba cómo el chiquillo corría hacia la puerta, donde le esperaba otra persona. Alzó una ceja, viendo cómo aquel niño de pelo castaño y graciosos ojos avellana lo abrazaba con fuerza. Llevaba una sudadera amarilla enorme y tenía raspones en las piernas, vestidas con unos pantalones que le llegaban hasta las rodillas. Contrastaba con los colores oscuros que llevaba Megumi, con sus tristes ojos de mar.
—Lo siento. —Kento le tocó el brazo, comprensivo.
Pero no podía hacer nada, sólo ver unas pequeñas manos aferrándose, susurros entre los dos amigos.
╰───── ✯ ─────╮
Megumi dibujaba en una hoja de papel sobre la mesa de la cocina, que estaba pegada a la pared.
Se cruzó de piernas, sentado. Un montón de lápices de colores y rotuladores se extendían por el mantel decorado con ilustraciones de cerezas y otras frutas que le gustaban. Su padre estaba apoyado contra la encimera de la estancia, de brazos cruzados y con el teléfono pegado a la oreja.
Apretó los labios. Quería dibujarse a sí mismo y al hombre tomados de la mano, pero los dedos nunca le salían bien.
—¿No puedes? —Fushiguro apretó el aparato con preocupación. Se mordió las uñas, impaciente. —Mi idea era comenzar mañana, pero...
—Ha surgido un imprevisto, lo siento. —Se disculpó la mujer. La conocía desde hacía bastante, pues había ido con él a la escuela. Shoko daba clases particulares a niños de primaria. —Pero sí sé de alguien que podría ayudarte.
Toji arrugó la nariz.
No le gustaba la idea de meter a alguien en casa con quien no tuviera confianza. Miró de reojo a su hijo, que usaba una goma de borrar sobre el papel, manchándose sin querer la manga de su sudadera roja con el dibujo de un perro. Suspiró, Ieiri y Megumi se habían visto en más de una ocasión y prefería que fuera ella quien lo educara. No iba a forzar al chico a aceptar en su vida a alguien que ninguno conocía.
—Dime. —Acabó por soltar. No podía dejar que su niño se atrasara con la escuela.
—Es un buen amigo mío, tranquilo. —Lo calmó la mujer, a sabiendas de cómo podía ponerse. Hablaba despacio, con calma, sabía que la situación era delicada. —Se llama Satoru, puedo pasarte su número.
Se sentó al lado de su hijo, observando lo que hacía. Los trazos del lápiz, el cómo sacaba punta a uno de colores y lo tomaba con cuidado. Parecía encogido sobre sí mismo, como si le molestara algo. Pudo reconocerse a ambos en la ilustración y sonrió levemente, lo colgaría en la pared de su cuarto, junto a los demás.
![](https://img.wattpad.com/cover/258643131-288-k984688.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Love of my life || TojiSato
FanficToji Fushiguro sólo tenía a una persona a la que consideraba el amor de su vida. Y la vida era tan injusta, el ser más puro e inocente de aquel sucio mundo había sido castigado con algo que no merecía. Megumi estaba enfermo, condenado a las inyeccio...