Hoja de idea suelta
AUDespertó en una oscuridad absorbente sintiendo el suelo frío de concreto debajo de él su cabeza le dolía y al estar en su cinco sentidos y levantarse noto que estaba en un lugar desconocido con un aparato en el cuello que parecía tener explosivos, lo único que notaba además de eso era dos grandes cortinas pero al momento de tratar de pararse para mirar más a fondo donde estaba un televisor entre la oscuridad comenzó reproducir una imagen en blanco mientras alguien hablaba.
- hola Steven Grant Rogers fuiste seleccionado para estas pruebas que para un ciudadano ejemplar como tú deben de ser fáciles.
Las cortinas se vinieron abajo y pudo notar dos tanques con una persona en cada uno de ellos, estas parecían retenidas en el aire por dos jaulas de cerradura eléctrica.
- estas dos personas, tu ex novia Sharon Carter que aún amas aún que ella no te correspondió en ningún momento haciendo que pasarás por alto sus infidelidades o Anthony Stark un amigo nuevo que no conoces muy a fondo pero estuvo en tus momentos más difíciles, ambos tienen la misma llave de el collar que tienes en el cuello para no morir por una explosión tienes sus vidas en tu mano dos botones una sola persona ¿una elección fácil o el corazón volverá a hablar? Si no eliges a tiempo ambos caerán a el ácido y por lo tanto tu también morirás.
Al cortarse el mensaje un contador apareció en la televisión y Sharon comenzó a gritar aterrada.
- Steve mi amor si tu me bajas vamos a volver ¡nos cansaremos! Haré lo que tu quieras pero no me dejes morir a mi. - grito al ver cómo la jaula iba descendiendo tortuosa mente lento hacia la piscina de ácido.
Tony por otra parte se escogió con miedo adentro de la jaula temblaba y trataba de no ser visto por el rubio que tenía una mirada de consternación y sentido de culpa pues el castaño era quien lo había escuchado en sus rompimientos con la rubia escuchando lo importante que creía en ese entonces que era Sharon.
- Tony ¿¡Tony me escuchas!? - pregunto acercándose a la jaula del pequeño doncel solo pudiendo ver la parte de abajo por la altura de esta.
- ¡Que se vaya a el diablo! Cariño salvame a mi yo te puedo hacer felíz. - estaba tratando de convencerlo con ese mismo tono chillón con el que siempre le ordenaba las cosas cuando estaban junto y con el que el aceptada sin pensarlo bien "manipulación" Como término aceptado una vez Tony lo acompañó y habló con el.
- lo siento tanto Tony. - dijo de forma ahogada.
Solo le quedaban diez minutos más así que sin pensarlo apretó un botón escuchando un "click" Metálico al abrirse la puerta de la jaula, se puso en la entrada de la jaula con los abrazos abiertos para atrapar a la persona y...
El castaño aterrado que no se creía la situación al estar entre los brazos de el rubio quien le miraba preocupado, se apresuró a pararse y con las manos temblando se quitó el collar que era una cadena fina de su cuello y logró quitar el collar de explosivos que tenía puesto el rubio desactivando el dispositivo para mirarle directamente a la cara.
- ¿Perdón? - preguntó acercando su manos al rostro del contrario que tenía una expresión de miedo y culpa.
El rubio no pudo contestar cuando los gritos de desesperación de Sharon se hacían más claros pasando por el momento de terror y adrenalina.
- maldito rubio Homo me das asco ¡No me arrepiento de haberte engañado! - gritaba a todo pulmón al sentirse a unos centímetros de la pila de ácido.
- te vamos a tratar de ayudar Sharon aguanta. - dijo Tony tratando de ignorar como la chica echaba palabras ofensivas e hirientes y mirando el mecanismo de la máquina.
Al Sharon sentir el ácido y como disolvía su calzado trato de sostenerse más arriba por los barrotes en un gesto inútil para otorgar algunos minutos más.
- ¡Steve tenemos que hacer algo! - exclamó tratando de sacar al rubio del shock en el que se había metido.
- todo es mi culpa, tu y yo nos sentimos perseguidos y te dije que seguramente no era nada, de verdad lo siento Tony, Sharon.
-¡Steve! - exclamó al ver cómo la chica nuevamente comenzaba a llorar y gritar por el dolor del ácido haciendo añicos su piel.
La jaula les había quedado ya a una altura igual así que Tony y Steve trataban inútilmente de poder romperla pero fue inútil.
Fue una muerte lenta, tan lenta como cada engaño que le hizo a el rubio o discusión donde Steve terminaba con una herida o moreton grande en el rostro, dejó de gritar cuando por fin el ácido la cubrió de cuerpo completo.
Y una puerta se abrió dejando ver una lámina de luz por la cual ambos pasaron con temor a lo que podía haber detrás de eso.