Steve Rogers en toda su infancia por sus problemas de asma y de salud en general nunca pudo correr o poder hacer mucho físicamente. Siempre le fue así y aún que trataba de colarse en clase de educación física no lo logró, con el tiempo se resignó y ahora con sus 15 años cuando le tocaba dichosa clase el tenía a mano su confiable lápiz y libreta.
Anthony Stark siempre fue un niño vivas con gran energía el solecito de muchos y adoracion de otros... Un solecito al cual se le diagnóstico arritmias cardíacas y causa de esto no podía hacer mucho físicamente así que cuando le tocaba educación física el se iba con su tablet y entraba en su pequeño pedazo de mundo.
Steve es un varón que para muchos es defectuoso siempre enfermo y pequeño, todas las mujeres le huyen y las que no solo les provoca lastima.
Anthony es un doncel que es simplemente excepciónal, aún si solo te fijaras en el físico es hermosamente bello. Tony es todo lo que tiene que ser un doncel de 14 años alguien simplemente adorable y un genio.
Steve y Anthony van a la misma escuela pero nunca se toparon, en su defensa nunca han estado en el mismo año pero está vez para una capacitación de primeros auxilios el cuarto año y el quinto se unieron.
Obviamente tanto Steve como Tony no participaron en dicha capacitación y fue ahí cuando Tony se fijó por primera vez en aquel otro jóven el cual al igual que el era el único en aquellas bancas.
Tres, exactamente tres bancas eran los que los separaban, eso y los pequeños mundo que ellos habían creado como barrera.
Y cuando Tony se levantó se callo un ladrillo de su inmenso muro, cuando esté camino a la dirección del rubio unos cuantos más se desprendieron y cuando estuvieron a centímetros el muro de ambos tembló.
Tony miró como el rubio dibujaba algo y decidió darse un pequeño atrevimiento al tomar el lápiz con el cual el rubio seguía dibujando sin notar su existencia.
Ambos se miraron a los ojos y el muro calló....
- hola yo esté - Anthony se sintió un imbécil ahora que le iba a decir al rubio, pero cuando algo le dijo que mirara el papel sus ojos se posaron en este fue uno de sus más grandes descubrimientos el ver qué ese dibujo era el.
Era el con su tableta en la banca de hace unos minutos.
Ambos se sonrojaron y el rubio se digno a hablar después de unos minutos.
- yo... Lo siento si te sentiste observado no fue mi intención.
Se miraba con un manejo de nervios pero fue algo que no pudo controlar y sabía que después de un mes de mirarlo y dibujarlo se iba a dar cuenta tarde o temprano.
- Es verdaderamente hermoso no te disculpes, tienes más? - se sobresaltó y le miró sin poder creerlo.
- no te molesta?
- claro que no tu arte es hermoso y no me molestaré si a ti no te molesta que te haya pasado toda la semana tomandote fotos.
Los dos se miraron abochornados y Steve le hizo espacio al castaño en la banca el cual este acepto gustoso, Al parecer ambos se dieron cuenta de la existencia del otro antes de lo que ambos pensaban.
- Anthony Stark pero tú puedes decime Tony.
- Steve Rogers.
Un silenció los invadió pero no fue uno incómodo fue todo lo contrario y se dieron cuenta que el silencio si otorgaba más que mil palabras.
Anthony tomo la libreta de Steve y antes de que esté dijera algo el le puso en sus piernas su tableta, ambos se miraron y aún sin decir nada ambos se tomaron la libertad de explorar el lado más sincero del otro.
Sabían que eran ambos solo unos desconocidos pero algo les impulsaba a confiar en el otro.
Tony ese día descubrió que era el único ser humano que Steve dibujaba y que al parecer el rubio amaba sus ojos, ese día Steve descubrió que era el único humano que Tony tenía en posesión fotos y también que Tony era un genio por las Miles de imágenes de ecuaciones o proyectos científicos que tenía.
Después de lo ocurrido hablaron sin parar hasta que la campana sonó y ninguno de los dos dijo adiós pues se tendrían que volver a ver, por qué cada que ellos estaban juntos ambos mundos se combinaban.
...
¿Debería hacerlo un fanfic?