¿Cómo criaría a un Bakugou? (Bakugo Katsuki)

Mamá-Papá

Bakugou ____
Eiji: 9 años
Kazui: 5 años

—Cara de Angel— Entro Katsuki a la habitación —¿Por qué no me dijiste que te sentías mal?— Sabia que estaba enfadado, pues tiende a ser muy sobreprotector conmigo.

—Solo estoy cansada...— Trataba de calmar su caracter.

Bakugou se sentó en la silla que estaba junto a la cama, mientras yo solo me dedicaba a observarlo.

—¿Qué tanto me ves?— Pregunto Katsuki molesto

—Eres un hombre muy sexy— Dije sin pensar, aunque estaba realmente convencida de eso.

—Por supuesto que lo soy— Extendió su mano hasta pasarla sobre mi frente —Al parecer la fiebre ya esta bajando— Murmuró para si mismo.

Quite el grueso edredon que estaba sobre mí —Quiero que me abraces— Dije en un puchero que a él le extraño —Por favor...— Puse la cara mas tierna que tenia para poder lograr mi cometido y lo logre.

Katsuki se levanto de su lugar y subió conmigo a la cama. Recoste mi cuerpo sobre el suyo, mientras él solo me abrazaba —Eres una mimada...— Me susurro para dejar un pequeño beso sobre mi cabeza.

Estaba dormitando en un tranquilo silencio, hasta que me sentí sofocada en el momento en que un pequeño cuerpo callo de lleno sobre mí con entusiasmo

—¡Mami!— Grito la voz de Kazui, mi niño se había dejado caer de forma tan brutal sobre mí.

—¡Kazui!— Grito Bakugou, abrazándolo para quitarlo de encima y levantarse sin dejar de abrazarme, el movimiento tan rápido y ese golpe me había mareado bastante.

—¡Papa!— Grito emocionado —¡Mira, termine mi dibujo!—

—No debes hacer eso mocoso, podrías haber lastimado a tu madre— Regaño a nuestro hijo

—Lo siento...— Una culpa enorme apareció en el rostro de mi pequeño, que no pude evitar tratar de hacerle sentir mejor.

—Tranquilo cariño, ahora muéstranos tu dibujo— Cambie el tema, acariciando su cabeza y mostrándole amor.

Kazui volvió a sonreír y me mostró su hoja pintada con acuarelas, tan lindo y tierno.

Al día siguiente el despertador sono como cualquier otro día, de mala gana lo apagué. La sensación de mi piel tocando de lleno la sabana que me envolvía me hizo revisar a mi costado, buscando a mi marido.

Pero... espera un minuto, Bakugou y yo no habíamos tenido sexo esa noche. Me levante asustada, envuelta en la ceda blanca, dandome cuenta de que mi ropa estaba hecha pedazos ¿Qué paso? Tal vez me había vuelto loca y la rompí mientras dormía, no, era imposible.

Entre al baño y deje caer la sabana, me quede muda al verme al espejo, era yo, pero mi cuerpo... cambio.

Avergonzada del nuevo cuerpo recogi la sabana del suelo y salí de ahí con los nervios de punta, en busca de mi teléfono, pero no lo encontraba por ningún lado.

La cerradura de la puerta sono y dejo entrar al hombre que pensaba en llamar —Cara de...— Se quedo congelado en el instante en que me miro y de un segundo a otro su rostro mostró genuina ira

—¿Qué demonios haces en mi casa, imbécil?— De un lado me lleno de ternura escuchar eso, pero sentí terror al ver que quería matarme

—¡Katsuki espera, soy yo!— Le grite asustada al verlo acercarse a mí de forma tan amenazante.

—¿____...?— Asenti desenfrenadamente cuando él preguntó.