¿Cómo criaría a un Bakugou? (Bakugo Katsuki)

Cumpleaños Kazui

Bakugou Katsuki
Eiji: 7 años
Kazui: 4 años

—¿Qué diablos estás haciendo?— Pregunté confundido al ver a mi esposa con el rostro pegado a la pared y cubriendo sus laterales con las manos

—Jugamos a las escondidas ¿Quieres jugar?— Preguntó aun sin voltear a verme

—No, aún es demasiado temprano para que estén haciendo escándalo— Regañe por haber perturbado mi sueño.

—No seas amargado, tú café ya está listo, solo tienes que ir y servírtelo ¡Listos o no ya voy!— Grito lo último y salió corriendo escaleras arriba en busca de los niños

Solo suspire rendido y camine hacia la cocina para tomar mi café.

Serví el café caliente en la taza que me había regalado Kazui el día del padre "El papá #1" era lo que decía, estoy obligado a usarla por el resto de mi vida, todo porque él mocoso se siente mal cada vez que uso una diferente.

Abrí el refrigerador en busca de algo de leche, sin embargo no sé porque me sorprendió.

—Hola papá— Susurro Kazui, quién estaba sentado dentro del refrigerado

—La crema— Le pedí y él me la entregó, volviendo a cerrar el refrigerador

Seguro de que nada me sorprendería en este punto abrí uno de los gabinetes de la parte de abajo, en busca de unas galletas.

—Buenos días, papá— Me sonrió Eiji, entregándome la caja de galletas y de igual forma, al tener lo que necesitaba cerro una vez más la puertita.

—Ah, pero estabas aferrado en casarte con una mujer que tiene mente de una mocosa...— Dije marchándome de ahí.

—Mañana será la fiesta de cumpleaños de Kazui ¿Ya no hace falta nada más?— Pregunté por la noche, al ya estar recostado, listo para dormir y ver que ella, aún con los ojos cerrados y recostada, seguía despierta.

—No... todo esta listo, solo que tengo una emergencia en el hotel, no me tomara mucho, pero ¿Podrías cambiar a los niños?— Me pidió

—No hay problema— Respondí.

A la mañana siguiente desperté y como era de esperarse mi esposa no estaba junto a mi, se había ido al trabajo, pero aún así tenía muchas cosas que hacer, para que todo estuviera listo para cuando llegaran los invitados.

—Mamá dijo que tú nos ayudarías a cambiarnos, para estar listos cuando ella volviera del hotel— El más grande de mis hijos me recordó la tarea que me había puesto su madre antes de irse al trabajo.

—¿A si?— Le pregunté y él asintió.

Derrotado por su cara suplicante —Tráelo entonces— En el instante en que le dije aquello salió corriendo y regreso con su traje

—¿De qué héroe es?— Le pregunté, mientras intentaba desenvolver la ropa de su bolsa.

—¡All might! El héroe que está en la repisa de tu oficina, mamá dijo que es tu héroe favorito ¿Es verdad, papá?— Pregunto con emoción.