¿Cómo criaría a un Bakugou? (Bakugo Katsuki)

Conviviendo juntos

Bakugou Katsuki
Cinco meses de embarazo

Después de acordar con mi esposa solo un mes de tolerancia sobre el niño, fuimos a dormir, abrazaba su cuerpo, con mi mano sobre su vientre, me encantaba la sensación de que cada vez era más abultado y me satisfacía la idea de que ella llevaba mi hijo dentro.

Abrí los ojos en el instante en que sentí una presencia abriendo la puerta de la habitación con lentitud, levante un poco la cabeza encontrándome con él mocoso de ojos verdes reteniendo lágrimas.

—¿Qué quieres?— Pregunte al niño que no se movía de la puerta, pero él me ignoró por completo

—¿____...?— Llamó a mi esposa, quién en cuanto escucho la voz del mocoso abrió los ojos y se levantó

—¿Qué sucede, cariño?— No pude evitar sentir enojo al ver que la había despertado, después de haber batallado con esa barriga para encontrar una posición cómoda y al fin poder dormir.

—Yo... tuve una pesadilla...— Dijo él mocosos tallando sus ojos

—Oh, dulzura ¿Quieres venir a dormir con nosotros?— Dijo ____, levantando la sábana y haciendo un pequeño espacio a su lado, pero antes de que el siquiera respondiera hable.

—No, es lo suficiente mayor para dormir solo, para eso limpie la habitación, ve a dormir en tu cama— Dije volviendo a recostarme e intentado recostar a ____, pero ella no cedió, al contrario me dedico una mirada molesta

—Si, perdón...— El niño cerró la puerta como estaba

Escuche a mi esposa decirle un pequeño —Espera...— al niño, pero él ya se había marchado

—¿A dónde vas?— Dije cuando sentí el peso de ____ desaparecer de su lado de la cama

—Eres lo suficientemente mayor para dormir solo ¿No?— Tomó su almohada y salió de la habitación, dejando un millón de maldiciones, que dedique al usurpador que estaba en la habitación de alado.

Con la excusa de sed, salí de la habitación a tomar un vaso de agua, pero al regresar no pude evitar acercarme a la otra habitación y abrir con lentitud la puerta, con cuidado de no despertar a nadie.

Ella estaba completamente dormida, abrazando el pequeño cuerpo del mocoso, quien también la abrazaba, se supone que yo debería ser quien tenga la mano sobre su barriga, joder.

Deje la puerta como estaba y regrese a mi solitaria habitación molesto, hasta que al fin me quede dormido.

—Buenos días— Dije al entrar a la cocina y ver a mi cara de ángel cocinando panqueques.

Me acerqué a ella para tratar de abrazarla y dar un pequeño beso de buenos días como era costumbre, pero ella me esquivó.

—Tu café ya está servido— Dijo para tomar dos platos con panqueques en ellos y tratar de salir de la cocina, pero me interpuse en su camino.

—¿Sigues molesta?— Dije molesto, pero aún intentando mantenerme sereno, yo no tenía la culpa de nada.

Ella no contestó, solo me esquivo y siguió su camino hacia el comedor