¿Cómo criaría a un Bakugou? (Bakugo Katsuki)

Regalos

Bakugou Katsuki
Eiji; 10 años
Kazui: 6 años

—¡Realmente es un hombre muy afortunado, su esposa es muy hermosa!— Exclamó, observando la revista que estaba sobre mi escritorio.

—Vuelve a decir una cosa más sobre mí mujer y juro que haré que no te den la maldita licencia ¿Entiendes, mocoso?— Le advertí, arrebatándole la revista de las manos al crió que estaba bajo mi tutela en su pasantía.

—¿Puedo preguntarle algo?—

—No— Le respondí instantáneamente irritado.

—¿Cómo es que un hombre tan rudo y brusco, logró enamorar a una mujer tan bondadosa y linda? Digo, he visto varios videos de ustedes juntos y ella lo ve tan enamorada ¿Acaso uso un don en su contra?—

—¡No digas estupideces, niño!— Exclame más que ofendido

—¿Entonces que vio de atractivo en usted? ¿Los músculos y lo varonil? Debo de admitir que si fuera una chica también sería atractivo para mí, al final de cuentas eso le gusta a las chicas el día de hoy ¿No es así?—

—¿Por qué no se lo preguntas tú?— Dije agotado de escuchar tanta estupidez junta salir de su boca.

—¡Oh! ¿Me la presentara? Sería un sueño, dicen que es incluso más hermosa en persona— Dijo desbordando emoción al tener esa estúpida idea.

—No, ¡Jamas, en tu vida dejaría que te acercaras a mi esposa!— Negué rotundamente

—¡Oh vamos! Por favor... eso lo convertiría en el mejor maestro de todos— Lloriqueo

—No y haz el papeleo, yo me tengo que ir ahora mismo— Dije tomando mi mochila para intentar largarme lejos de él.

—¡¿Qué? ¿Me dejará aquí con todo ese montón de peles por llenar?!— Se quejó por milésima vez, pero no me importó.

—Adiós— Dije saliendo de la agencia, pues tenía un encuentro importante.

Fui hasta el centro de la ciudad, esperando pacientemente a mi cita que llevaba quince minutos de retraso.

Un par de manos se posaron sobre mis ojos —Adivina quien soy— Al escucharle decir aquello supe que se trataba de ella.

—¿Una fea mujer?— Respondí jugando, sabiendo que la molestaría

—No soy fea— Se defendió, bajando sus manos y dándome un leve empujón, mostrando lo "molesta" que estaba, caminando lejos de mi.

Era verdad, ella es mucho más hermosa en persona.

Al ver que no le seguía se giró a verme —Apresúrate— y no pude evitar sonreir

—Pensé que no llegarías— Dije al caminar al a par.

—Tuve que atender algunos asuntos de último momento con administración, lamento si esperaste mucho por mí— Se disculpo apenada

—No importa, he esperado por ti mucho más tiempo que esto— Pude ver cómo su rostro se sonrojó y tomó mi mano, pero no pudo decir nada, aunque sabía que había creado una revuelta en su cabeza y eso me encantaba.

—Estas por todos lados— Inicie una nueva conversación, refiriéndome a todos esos molestos anuncios que eran proyectados en las enormes pantallas de los edificios del centro de la ciudad, donde ella era la protagonista de cada uno de ellos.

—Oh ¿Lo dices por el comercial y la sesión fotográfica?— Pregunto emocionada, sabía que le gustaba este tipo de cosas y lo respeto, pero aún así me causa un tipo de incomodidad, de la que no le diría —¿Te enoja la idea de que todos pueden ver a tu hermosa y sensual esposa de forma tan provocativa?—