¿Cómo criaría a un Bakugou? (Bakugo Katsuki)

Corazon roto

Bakugou Eiji
Eiji: 18 años
Kazui: 14 años
Himari: 2 años

—Mamá ¿Puedo hablar contigo?— Dijo Kazui, entrando a la habitación de Himari, donde la mecía para hacerla dormir.

—Claro dulzura ¿De qué se trata?— Respondí poniendo mi atención completa atención en él.

—Bueno... es sobre...— El nerviosismo y la vergüenza se apoderaron de su rostro

—¿Una chica?— Dije con jugueteo, mientras al fin recostaba a Himari en su cuna, completamente dormida.

—¿Co- cómo supiste? ¿Fue Eiji no es así?— Su nerviosismo y vergüenza se habían combinado con irritabilidad que le hacían ver adorable.

—Tú hermano no me ha dicho nada, es solo que puedo verlo en tu rostro cariño, pero dime ¿Qué es de lo que quieres que hablemos en concreto?— Pregunte, muy interesada en lo que deseaba consultar, qué Kazui viniera a mí a preguntar solo significaba que no tenía otra opción, y yo era su fuente más confiable.

—Hmm... ¿Cómo y cuál es el momento correcto para confesarme?— Dijo demasiado rápido y con las orejas rojas a más no poder.

—Aww mi adorado bebé está completamente enamorado, debo de admitir que me siento un poco celosa, pero awww— Me acerqué a mi pequeño, a quién abracé encantada y enternecida.

—Ya basta, me estás apretando muy fuerte mamá— Se quejo con dificultad.

—Lo siento, cariño— Dije al soltarlo, con una sonrisa

—Bueno... en realidad solo tú sabrás cuando estás listo y seguro para confesarte, y al hacerlo solo se fiel a tus sentimientos, podrías regalar algo pequeño, pero significativo para ella, eso sería un muy bonito detalle— Respondí de la forma más sencilla, ya que sabía bien que mi hijo no tendía a ser tan bueno cuando de sentimientos se trataran, al igual que su padre.

—Agh eso no me ayuda ¿Qué se supone que le diga? No soy bueno con esto de las palabras, siento que solo me haré ver como un estúpido débil— Llevó una mano a su cabeza en forma de frustración

—Hey, decir tus sentimientos nunca va a ser sencillo, no sé te puede dar una hoja y memorizar lo escrito, así que solo debes respirar profundo y dejar hablar por primera vez a tu corazón y no a tu cabeza, pero nunca te guardes tus sentimientos Kazui, eso es mucho más dañino que decirlos y fallar en el intento ¿Entiendes, hijo?—

—Si, si, me esforzaré o como sea— Respondió  un poco más tranquilo, pero aún podía sentir la inseguridad asechando sus convicciones.

—Lo harás bien cariño—Anime

El teléfono de mi oficina sonó y respondí el llamado que provenía de mi recepción —Señora Bakugou, su hijo Kazui está aquí— Dijo mi secretaria.

–Déjelo pasar, por favor— Respondí sin siquiera pensarlo dos veces,

—Como usted diga— Respondió cortésmente la mujer y colgó.

Un par de minutos después, la puerta de mi oficina fue golpeada y abierta por mi hijo, quién aún vestía uniforme de secundaria.

—Hola dulzura ¿Qué necesitas?— Pregunté con carisma, mientras seguía firmando contratos y otros documentos.

—Mamá, hoy...— Su débil voz me hizo levantar la mirada de las carpetas y hojas blancas para mirar con preocupación a mi adorado Kazui.