¿Cómo criaría a un Bakugou? (Bakugo Katsuki)

Uno más

Bakugou Katsuki
Eiji: 16 años
Kazui: 12 años

—Estoy libre toda la tarde... entonces estaré ahí a esa hora... adiós— Desde la sala podía escuchar la conversación que tenía en la cocina, al escuchar que la conversación se volvió extraña me levante a ver de qué se trataba.

—¿Con quién hablabas?— Pregunté al pararme de tras de ella de forma sigilosa

—¡Ah, Katsuki! Me vas a matar de un susto, he... yo... hablaba con... Ashido— Quería creerlo, pero ella estaba actuando jodidamente raro, seguido de aquella extraña actuación subió a la habitación.

Desayunando un simple cereal, sentado en la barra de la cocina junto a mis dos hijos, cada quién viendo su propio celular.

—¿Cómo va tu entrenamiento, Eiji?— Le pregunté al mayor por su desempeño dentro de UA.

—Bien, cada vez aprendo algo nuevo y me vuelvo más fuerte— Respondió con alegría

—¿Ya pensaste con que héroe harás tu pasantía?— Pregunté aquella duda que aún me carcomía por dentro.

—Aún no lo sé— Respondió Eiji con simpleza

—El viejo esta loco por que lo elijas a él— Dijo Kazui.

—¡Eso no es verdad, mocoso!— Me defendí con vergüenza, aunque no lo admitiera deseaba que mi hijo me eligiera para su tutela.

—¡Me voy! No me esperen para la comida— Salió de la nada mi esposa, solo despidiéndose sin ningún aviso previo.

—¿Qué?— Dije confundido, pero no me hizo caso, ella solo beso la mejilla de Eiji y luego la de Kazui.

—¡Ma!— Se quejo el mocoso menor, avergonzado.

Luego se acercó a mí y me beso —¿A dónde vas?— Pregunté una vez más, pero ella me ignoró olímpicamente.

—¡Los amo!— Y sin decir más ella se fue, dejándome con la palabra en la boca

—No necesito decirte que mi mamá esta actuando raro ¿Verdad, viejo?— Dijo Kazui, tomando una cucharada de su cereal.

—Lo sé— Dije para seguir comiendo con un sabor amargo en la boca.

—Tal vez solo está muy ocupada, ya saben cómo se pone el hotel en esta época del año— Lo que Eiji dijo me tranquilizó más, tal vez él tenía razón y solo estaba exagerando las cosas.

Pero mi mal presentimiento no me lo permitió y tuve que actuar, comprobando que tenía razón.

—¿Dónde has estado?— Pregunté en cuanto ella puso un pie dentro de la casa.

—Te dije que estaría con Ashido— Respondió calmada, pero esto era bueno para mí, de cierta manera.

—Acabo de hablar con ella ¿Quieres volverlo a intentar?— Ella giró a verme con la cara pálida, la había atrapado, ahora solo esperaba a que me diera una respuesta real.

—Katsuki, tenemos que hablar sobre... algo— Se veía completamente culpable y nerviosa, mi corazón se encogió al sentir como se lleno de preocupaciones y miedos.

—¡Pues habla de una vez, mujer!— Exclame molesto y cansado de las mentiras y peros.

—¡Oi! Será mejor que bajes el tono de voz, viejo— Kazui entró a defender a su madre

—¡Tú no te metas!— Exclame irritado.

—Papá, solo cálmate— Esta vez fue Eiji quién intercedió