¿Te imaginas estar enamorada del próximo rey de Grecia?
¿Saber qué no tienes esperanza puesto que bajo su familia hay un hechizo del amor verdadero?
Bueno, Sheyda no está lejos de ello. Desde que tiene uso de razón su corazón solo late por una sola...
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Solo faltan dos semanas para la boda, solo 14 días para estar frente al altar jurando amor eterno a Zarek. Que puedo decir, mis nervios cada vez son más grandes, estoy más ansiosa y estresada por todos los preparativos.
Zarek me ayuda en lo que puede, puesto que su cargo como monarca no le permite ausentarse por mucho tiempo. Toda la familia me está ayudando con los pequeños detalles.
Carlo hace una semana le pidió a Trina que fuera su novia y he de confesar que estoy más feliz por ellos.
Alexander y Ross también se comprometieron, sin embargo, ellos se están tomando un tiempo para decidir la fecha.
Harley y Landon se están quedando en el palacio, dijeron que no irían hasta verme casada y siendo la reina de Grecia.
Mis padres junto con los de Zarek ya no quieren ni separarse, por ello mis papás han decidido venirse a vivir a Grecia, Alessandro por su parte dijo que iría a Italia a arreglar algunos asuntos y que regresaría para quedarse.
Mi editorial por fin abrió sus puertas hacer dos semanas, y estoy muy emocionada por el gran recibimiento que tuvo. Ya tenemos varias publicaciones para hacer.
Amori está cada vez más hermosa, está aprendiendo a hablar, aunque todavía le fallan algunas palabras. Ha demostrado que tiene una conexión muy especial con su padre, y qué decir de Zarek, Amori es su princesa. Pobre del futuro novio de mi pequeña.
Definitivamente este mes estuvo lleno de sorpresas, y demasiadas emociones.
—Shey, tenemos que irnos a la tercera prueba del vestido, recuerda que ya es la última —veo como mi mejor amiga entra a mi habitación.
—Ya lo sé, vamos que no quiero llegar tarde —doy un último suspiro y me dispongo a salir del cuarto.
—Hola, cariño, ¿Ya te vas? —Pregunta Zarek al verme caminar hacia la puerta.
—Así es, ojitos, nos vemos más tarde —me despido con un pequeño beso en los labios.
—De acuerdo, preciosa, te amo.
—También te amo, cariño. —Es lo último que puedo decir antes de que Ross me jale hacia afuera.
—Debemos apurarnos, tendrán toda la vida para decirse lo mucho que se aman, así que ahora andando —se burla.
—¡Qué amargada! Le diré a Alex que tenga cuidado y que piense muy bien lo que va a hacer —es mi turno de bromear.
—Me ama aún con todo y mi mal carácter —alega con seguridad, pero esta dura muy poco para ser sustituida por una carcajada por parte de ambas —. Hacía mucho tiempo que tú y yo no teníamos un momento a solas. Dónde solo fuéramos nosotros. Extrañaba mucho esto, Shey. —Dice con un tono de melancolía.
—Debo confesar que yo también lo extrañaba, tu eres como mi hermana y poder compartir contigo estos momentos tan especiales es simplemente increíble. Además, a ti te debo que ahora estoy con el amor de mi vida, después de todo tú fuiste la que me animó a aceptar la invitación que Trina nos hizo.
