CAPÍTULO XLI

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Pocos minutos son los que faltan para por fin pedirle matrimonio a Sheyda

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Pocos minutos son los que faltan para por fin pedirle matrimonio a Sheyda. Mis nervios me están rebasando. Trato de respirar profundo y tranquilizarme, sin embargo, no funciona del todo bien. Es como si a mi cabeza no se le ocurriera otro momento para ponerse a pensar en las diversas reacciones de mi elegida.

A mi mente llega una Shey llorando de emoción, otra diciendo inmediatamente que sí. Sheyda saliendo corriendo y por último me imagino a mi novia diciendo que no. No voy a negar que este tipo de pensamientos son los que alteraran a mis nervios.

Para esta ocasión decidí inspirarse en su segundo libro favorito, el cual es "Orgullo y prejuicio" de Jane Austen.

Traté de recrear una de sus escenas favoritas de la película, la segunda declaración de Mr. Darcy. Con su atiendo favorito el cual corresponde a la escena en la que Elizabeth Bennett y Darcy tienen su primer baile.

Me esforcé muchísimo al hacer la escenografía, puesto que mandé a poner un tipo invernadero haciendo referencia al paisaje que se puede percibir en la película. Hay máquinas que harán que la tarde se vea con neblina. A mi parecer y al de todos los que contribuyeron a la causa nos quedó bastante parecido.

Yo me encuentro escondido, quiero hacer la entrada que hace Darcy, lo estuve practicando mucho. Alexander se encargará de avisarme en cuanto mi pequeña Sheyda llegue al lugar indicado.

Mi hija, aún me cuesta creer que Amori lo es, estará observando todo junto con los padres y amigos de Sheyda, al igual que con los míos.

—¿Nervioso, Zarek? —Cuestiona mi mejor amigo.

—Para nada. —Contesto con ironía.

—Que feos modos de verdad.

—Alex, ¿qué se supone que haces aquí? ¿No sé supone que estarías vigilando en cuanto ella se acercara? —Pregunto levanto una ceja.

—Tranquilo, yo solo quería ayudarte a manejar tus nervios, pero si vas a estar tan susceptible mejor me voy —Habla con un tono de indignación fingida.

—Créeme que me pone más nervioso tenerte aquí, sabiendo que mi novia me puede agarrar desprevenido —respondo.

—Bueno para que veas que te aprecio, voy a ir a mi lugar. —Antes de que pueda contestarle se dirige hacia donde debería estar.

En cuanto me quedo solo, vuelvo a tratar de tranquilizarme. Observo el anillo que elegí para este momento tan especial. Quise que representara a Sheyda. Se trata de un anillo von un pequeño libro abierto sobre él. En este se encuentran un girasol y una rosa hechos con piedras preciosas. A decir verdad, desde que me mostraron el boceto de cómo sería el resultado final, supe que debía ser este. Supe que a Shey le gustaría.

—¿Es muy lindo verdad? —Escucho de nuevo a mi mejor amigo a mi lado. Debo admitir que me sorprendió.

—¿Qué haces aquí?

ENTRE AMOR, REALEZA Y HECHIZOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora