CAPÍTULO XXV

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No me siento nada bien, sé perfectamente que Sheyda me necesita algo dentro de mí me lo dice

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No me siento nada bien, sé perfectamente que Sheyda me necesita algo dentro de mí me lo dice. Se supone que ya tuvo que ver llegado a Londres, pero no me ha llamado. Carlo tampoco me contesta, esto me preocupa cada vez más. Además, el dije complementario con el de Shey no dejó de brillar por un largo rato.

En mi escritorio hay un montón de papeles por revisar, sin embargo, en mi cabeza solo está la idea de que mi pequeña esté completamente bien.

Escucho como por la puerta se asoma el cuerpo de mi padre, sabe que estoy muy preocupado por mi elegida.

—Hijo, vine a ver cómo te encuentras, ¿Está todo bien? —Cuestiona al tomar asiento.

—No la verdad no, siento que algo le pasó a Shey. Necesito que ella me diga que ya llegó a Londres y que está bien. —Mi desesperación se hace cada vez más notable.

—Tranquilo, Zarek, lo más seguro es que quiera descansar o incluso su teléfono se quedó sin batería. No pienses en cosas malas —trata mi padre tranquilizarme.

—No puedo, papá, algo me hace sentir que me necesita —comienzo a pasar mis manos por mi cabello desordenándolo.

—Hijo, trata de mantener la calma. ¿Por qué no intentas llamar a su amiga? A lo mejor ella ya sabe algo —tengo que hablar con ella.

Saco inmediatamente mi teléfono y marco el número de Ross. Al tercer tono contesta.

~LLAMADA~

—Hola, Zarek, ¿Todo bien? —Saluda.

—Hola, Ross, y pues si digamos que sí. Perdón por interrumpirte de nuevo, sé que tienes mucho trabajo, pero necesito que me digas algo —hablo tratando de mantener la calma, no quiero que se preocupe.

—No te preocupes, estoy tomando un pequeño descanso. Y dime ¿En qué puedo ayudarte? —Pregunta amablemente.

—¿Has hablado con Sheyda o con Carlo? Es que no me contesta el teléfono, y pues pensé que tú ya sabias algo —pregunto rogando que su respuesta fuera un sí.

—Para nada, Zarek, aun no sé nada de ellos. Pero por la hora que es ya debieron aterrizar en Londres desde hace un buen rato. —Contestación que hace que mi poca tranquilidad acabe.

Iba a contestarle algo, sin embargo, Alexander entra por la puerta. Trae una cara de susto, con miedo y tristeza. Tiene su teléfono en la mano, el cual extiende para que pueda tomarlo.

Al hacerlo mis ojos comienzan a llenarse de lágrimas, mis sentidos no responden, escucho como mi teléfono cae al suelo. Y poco a poco comienzo a caer.

~FIN DE LA LLAMADA~

Mi padre se acerca a mí para quitarme el teléfono, su rostro al ver el contenido de aquella noticia es indescriptible.

Me mantengo viendo hacia un punto fijo mientras siento como mis mejillas se humedecen cada vez más. Ella no podía estar muerta, no ella.

La noticia decía que el avión proveniente de Paris con destino a Londres se había desplomado en una parte del bosque, a unos cuantos minutos de llegar al aeropuerto. Hasta el momento los rescatistas no habían encontrado a nadie con vida.

Mi mente se ve invadida por todos mis recuerdos con ella. La primera vez que la vi, cuando supe que ella era mi elegida. Cuando le dije por primera vez cuanto la amaba y lo que significaba para mí. El momento donde se convirtió en mi novia. Esa primera vez cuando dormimos juntos.

Ella no podía irse, no de esta manera.

—Zarek, no imagino lo mucho que debes estar sufriendo, pero por favor mantén vivas las esperanzas de que Sheyda siga con vida y... —Interrumpí abruptamente a mi amigo.

—¡¿Cómo quieres que haga eso?! Por más deseos que tenga de que ella esté viva es casi imposible. Simplemente no puedo ilusionarme con esa idea, porque tal vez ella ya no vuelva nunca. —No puedo con tanto me estoy derrumbando.

Nadie más volvió a hablar, solo escuché como mi padre le decía a Alexander que me dejaran solo. Y se los agradecía profundamente, en estos momentos no quiero hablar con nadie.

Sentía como todo mi interior ardía, era como si me estuviera consumiendo en el mismo infierno. El dolor aumentaba cada segundo, la necesidad de que esto fuera irreal era cada vez más exigida por todo mí ser.

No volvería a verla, no volvería a sentir de nuevo sus labios sobre los míos. Jamás volvería a verla sonreír mientras sus cuatro hoyuelos se resaltan de manera tierna.

No podía retroceder el tiempo, ella se había ido. Aunque mi corazón decía que ella estaba viva, no podía dejarme segar por mis deseos. Hubiera querido hablar con ella una última vez, decirle que me siento muy orgulloso y feliz de saber que ella era mi elegida. Que ella es lo que siempre necesité.

Sheyda era todo para mí. Por ella prometí ser mejor cada día, prometí demostrarle todos los días lo mucho que la amaba. Y ahora ya no estaba, simplemente, se había esfumado de la noche a la mañana.

 Y ahora ya no estaba, simplemente, se había esfumado de la noche a la mañana

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Hola!!! Espero que se encuentren muy bien. Sé que hoy no es día de actualización, sin embargo por motivos personales no podré actualizar mañana. Por ello quise adelantarla al día de hoy y no dejarlos sin capítulo.

Hoy solo habrá un capitulo por cuestiones de tiempo. Les pido una disculpa, espero que la semana que viene ya pueda subir capítulos en los días acostumbrados.

Les agradezco enormemente todos el apoyo y el amor que le brindan a la historia de Sheyda y Zarek.

Les mando puras vibras bonitas.

Evelin C.

Evelin C

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ENTRE AMOR, REALEZA Y HECHIZOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora