CAPÍTULO XIII

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Me preocupa un poco no agradarle al mejor amigo de Sheyda, sé lo importante que es para ella, pero espero que con el tiempo nuestra relación mejore y la tensión que hay entre nosotros se termine rápidamente

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Me preocupa un poco no agradarle al mejor amigo de Sheyda, sé lo importante que es para ella, pero espero que con el tiempo nuestra relación mejore y la tensión que hay entre nosotros se termine rápidamente. Se llevó mejor con Alexander que conmigo. Sentí un poco de pena por mi hermana, ella estaba tan emocionada en conocerlo, y sin embargo en una liquida vez le dirigió la palabra. Según me dijo Shey es casi siempre se comporta así con las personas cuando las acaba de conocer, es su manera de asegurarse si puede confiar o no en ellas.

Alexander está muy feliz con Ross, al parecer van muy bien. Dice que Ross es lo que siempre había querido. Y no lo dudo, jamás había visto a mi mejor amigo así de feliz y cautivado por una chica

Por mi parte las cosas con Sheyda marchan de maravilla, es una mujer increíble, divertida, risueña. No hay cosa que no me guste de ella, aunque si tiene el carácter un poco fuerte y es un poco orgullosa. Aun así, todas las facetas que he conocido de ella me tienen absolutamente fascinado.

Pero como no siempre hay cosas buenas, la prensa ya sospecha que he encontrado a mi elegida, a pesar de que he querido ir con calma con Sheyda y dejar que todo suceda a su debido tiempo, no sé cuánto más podremos ocultarlo. En eso habíamos acordado, en primero conocernos para así cuando nuestra relación ya fuera un hecho, podríamos hacerla pública.

Hoy voy a ver de nuevo a mi Shey, esta semana y media ha sido complicada puesto que ambos tenemos cosas que hacer, sin embargo, acordamos llamarnos por las noches. Escuchar la melódica voz de mi elegida era lo que calmaba o me hacía sentir que valía la pena todo por ella.

Ella decidió que saliéramos a caminar un poco, cerca de la casa que están rentando hay un pequeño parque bastante tranquilo, casi no va nadie a ese lugar.

Agarro las llaves de mi auto y emprendo mi camino hacia la casa de mi escritora. Durante todo el trayecto mis emociones están como si fuera la primera vez que veré, ella me hace sentir tantas cosas que ni siquiera puedo decir con exactitud todo mi sentir.

Detengo el auto, me encuentro con tres vehículos, supongo que uno debe ser de Carlo. Salgo y me dirijo a la puerta principal.

Toco el timbre y escucho pasos acercase, la puerta se abre dejándome ver a Carlo, quien al verme hace un gesto de desagrado. Pero se hace a un lado para dejarme pasar.

Antes de que pueda agradecer cierra la puerta de golpe y se pierde por las escaleras.

«¡Vaya! De verdad no le agrado para nada».

Mi atención se va a ese para de ojos ambarinos que vienen bajando. Los cuales al verme destellan por un hermoso hechizante brillo que aparece en ellos.

Sheyda termina de baja y se dirige a mí para abrazarme.

—No sabes lo mucho que te extrañé, preciosa. —Expreso mientras la aprieto más hacia mí —. Me hacía falta tu presencia.

—Yo también te extrañé, Zarek. —Contesta mirándome a los ojos.

—A pesar de hablar todas las noches, deseaba tenerte entre mis brazos. No tienes idea de lo que me haces sentir con un solo toque —la miro mientras acaricio su mejilla y ella cierra los ojos disfrutando de mi tacto.

—Me gusta estar así. Muy cerca de ti. —Confiesa dándome un pequeño beso en la mejilla y vuelve a poner su rostro en mi pecho, a lo que yo recargo mi barbilla en cabeza.

Estábamos tan cómodos abrazados a mitad de la sala, sin embargo, una tos más que falsa hizo que nos separemos.

—¿Qué no se iban a dar un paseo? —Carlo levanta una ceja al cuestionar su amiga.

—Si eso haremos, solo que nos estábamos saludando —articula Shey dándole una mala mirada a su amigo.

—Bueno entonces creo que ya es mucho tiempo para saludarse —reprende devolviéndole la mirada.

—¡Carlo! Deja ya de estar de amargado. Te hace falta una novia con urgencia —se queja mi escritora.

—¡Que graciosa eres, Sheyda! Como tú ya tienes —alega entre molesto y divertido.

—¿Quién es el mejor amigo del mundo? —Pregunta con un tono extraño de voz, pero al parecer esto hace que Carlo suelte una pequeña risa.

—¡Ya! Está bien, los dejaré tranquilos por ahora —trata de reprimir una risa. Se despide de mí con un gesto y se va.

«¡Wow! al parecer Sheyda si sabe cómo quitarle lo molesto».

—Disculpa por eso, cariño, ya podemos irnos tranquilos —informa. Mi atención se centró solamente en el apodo.

—¿Cómo me dijiste? —Interrogo queriendo sonreír.

—Te dije cariño ¿Te molesta que te haya llamado así? —Me mira con extrañeza.

—¡No! claro que no me molestó, es solo que me sorprendió muchísimo que me llamaras así. Es que siempre el que dice los apodos soy yo —digo mientras siento como mis mejillas se ponen calientes.

«¡Perfecto me he sonrojado! Me siento como adolescente».

—Te ves tan tierno sonrojado. Y por lo que dices, no me atrevía a llamarte así desde más antes porque no sabía si te iba a molestar —explica mientras me toma de las mejillas —. Pero no te preocupes que lo haré más seguido, cariño. —Concluye y me atrae hacia ella para plantarme un beso. Me da mucha ternura ver como se pone de puntillas para alcanzarme.

Oficialmente me declaro más enamorado y cautivado por una personita de un metro con sesenta centímetros de altura. 

Espero que les hayan gustado

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Espero que les hayan gustado. Muchísimas gracias por todo de verdad.

Los quiero mucho. Ustedes están en una parte muy importante de mi corazón.

Mis mejores vibras hoy y siempre.

Evelin C. 

 

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ENTRE AMOR, REALEZA Y HECHIZOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora