Aún no puedo creer que me voy a casar con Zarek, es como un sueño literalmente. Saber que me voy a casar con la persona que me gusta desde hace mucho me ilusiona. Y más sabiendo que ya tenemos una pequeña es increíble.
Si hace años me hubieran dicho que Zarek sería mi esposo, le habría rogado a la persona que me lo recordara siempre. Que ojalá su buen deseo se cumpliera. Y sin pensarlo fue exactamente lo que pasó.
Luego de la pedida de matrimonio todos se acercaron para felicitarnos, desearnos lo mejor. Mi hermano estaba tan feliz que comprendí que Zarek por fin le había demostrado lo mucho que me ama. Mis padres y los de mi ahora prometido celebraron, mi mamá y la madre de Zarek lloraron. Mis amigas vinieron a mi hechas un mar de lágrimas diciendo que no podían creer que me casaría.
Alex me felicitó diciendo "quién iba a decir que te convertirás en señora y reina tan pronto". Mi mejor amigo dijo que estaba feliz y que planeaba decirle a Trina que estaba enamorado de ella. Sin duda alguna me alegra saber que Carlo por fin podrá ser feliz sin impedimento alguno.
En medio de los festejos decidimos que la boda será dentro de mes y medio. Además de que a Zarek se le ocurrió hacer mi nombramiento como reina ese mismo día. No voy a mentir, sí de por sí estaba nerviosa, con la noticia de Zarek mis nervios aumentaron aún más.
—¿En qué piensa, majestad? —Escucho la voz de mi futuro esposo a mi lado.
—En lo feliz que soy y lo agradecida que estoy por haber venido a Grecia de vacaciones, sin duda fue una de las mejores decisiones de mi vida —contesto sonriendo.
—No sabes cuánto te amo, mi pequeña de cuatro hoyuelos —dice tomando asiento en el sofá conmigo.
—Y yo a ti. —Me acerco a él recostando mi cabeza sobre su pecho.
—Tengo una idea, ¿Qué te parece si vamos a un día de campo con nuestra pequeña Amori? —Cuestiona proporcionando un beso en mi cabeza.
—Me encantaría cariño, vamos o se nos hará tarde —me levanto rápidamente de dónde me encontraba sentada.
Siento un leve tirón y choco con el pecho de Zarek. Levanto un poco mi cabeza para poder verlo a los ojos, mientras siento como sus manos toman mi cintura.
—Ya quiero que seas mi esposa y ver cómo tu vientre comienza a crecer llevando en él a otro hijo. Me hace ilusión imaginarlo. —Veo como su mano se sitúa en el lugar mencionado.
—Yo también quiero otro hijo nuestro, esperemos que muy pronto suceda —uno mis labios con los de mi prometido.
Escucho como tocan la puerta de la habitación, esto provoca que nos separemos. Limpio un poco el lápiz labial que tiene Zarek en los labios y me dirijo a abrir.
—Majestad, una disculpa por la interrupción, pero en la sala de estar la esperan dos chicos. Dicen que usted los conoce y quieren verla —habla una joven.
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ENTRE AMOR, REALEZA Y HECHIZOS
Romance¿Te imaginas estar enamorada del próximo rey de Grecia? ¿Saber qué no tienes esperanza puesto que bajo su familia hay un hechizo del amor verdadero? Bueno, Sheyda no está lejos de ello. Desde que tiene uso de razón su corazón solo late por una sola...