Aun no puedo creer que ella este a tan solo metros de mí. Después de creer que la perdía y que jamás volvería a verla de verdad lo cumplió, de verdad volvió. Verla sonriendo hace que todo lo malo que haya pasado desaparezca, es como si ella fuera la cura para todos mis males. Solamente ella es la razón de mis alegrías y sobretodo solo ella es la dueña de mi corazón.
Todos los presentes aquí quieren saber quién es, aunque por la presentación que se encargó de hacer creo que ya tienen una idea clara.
En toda la ceremonia no he dejado de observarla, es como si algo dentro de mí me dijera que todo es un sueño y que ella en algún momento desaparecerá, y yo no tendré de otra más que despertar en la cruel realidad de no tenerla a mi lado.
Sin duda alguna Sheyda es lo que siempre necesité, no puedo tener mejor elegida que ella.
Escucho a lo lejos que dicen mi nombre, pero estoy tan ocupado admirando cada hermoso detalle de aquella castaña de ojos ambarinos que ni siquiera presto atención. O era así hasta que sentí un leve golpe en el brazo.
—Zarek, ¿Podrías prestar atención? —Volteo hacia donde proviene el susurro. Era el ministro.
—Lo siento. —Me disculpo rápidamente y pongo toda mi atención a lo que dice.
Veo como el padre de Alexander aclara su voz para comenzar a hablar de nuevo.
—Príncipe Zarek Floros Loannidis, ¿Cree usted estar realmente listo para tomar el cargo de monarca? —Pregunta.
—Me siento preparado y listo para hacerlo. —De reojo puedo ver como mi padre se acerca sonriendo.
—Si es así que los dioses se lo galardonen de manera positiva en lo que resta de su valiosa y larga vida, si no llegase a cumplirlo que sean los mismos dioses se encarguen de atormentar la misma. —Mi padre se detiene a mi lado. Porta la corona por última vez —. Una vez aceptado el cargo no habrá marcha atrás —Comenta el ministro.
—Sé lo que eso significa y tenga asegurado que no le fallaré a mi país. —Esa es la contestación que siempre me esperó escuchar.
—Por el poder que tengo he de nombrarte a ti, como el nuevo rey de Grecia— Mi padre se retira la corona y se la entrega al primer ministro quien la muestra al público, para después ponerla sobre mi cabeza —Ciudadanos de Grecia les presento a el rey Zarek I, nuevo soberano de nuestra nación. —Ante aquellas palabras la gente comienza a celebrar con aplausos y gritos.
En el instante en el que por fin puedo voltearme hacia todos ellos, me reciben con una reverencia, que, aunque a mi parecer no son necesarias las normas lo marcan como debido.
—Les agradezco a todo ustedes por el apoyo que le han brindado a nuestra familia a través de las generaciones. Por ello en agradecimiento estaré brindando una fiesta luego de esta ceremonia, los espero en el castillo— Todos se alegran ante tan noticia, pero tengo que dar otra mucho más importante que esta...
«Hace unos momentos cada uno de ustedes vio entrar a esta preciosa señorita. Así que asumo que tienen curiosidad por saber quién es —me acerco a Sheyda, sus mejillas están rojas y está jugando con sus manos, está nerviosa. Le tomo de la mano y la llevo al centro del salón conmigo —. Ella es Sheyda Bianchi Greco, la pareja que nuestra diosa Afrodita destino para mí. Por ende, esta hermosa castaña poseedora de tan profunda belleza será su próxima reina. —Todos se quedaron en silencio.
Justo cuando creí que no les había gustado la idea, comenzaron a celebrar diciendo que sería un honor tener a Sheyda como reina. Al parecer a mi pequeña le gusto que la recibieran de esa manera, automáticamente después de ver las reacciones de todas las personas dejó de mover sus manos, se ha tranquilizado un poco.
—¿Pero tú quieres ser nuestra reina? —Pregunta una niña que se encuentra justo al lado de mi pequeña. Veo como la madre palidece al ver el atrevimiento de su hija.
—Claro, preciosa, yo encantada de serlo. —Contesta mi elegida mientras la carga. Todos al parecer se enternecieron al ver la escena, se escucharon unos cuantos suspiros.
Y no voy a mentir, ver esto hizo que mi mente automáticamente viajara a un futuro con Sheyda cargando a nuestros hijos. Sin duda es una escena que quiero presenciar.
Mi pequeña baja a la niña y se pone a su altura, la niña deja un pequeño beso en la mejilla de Shey para después irse corriendo con su madre.
—Majestades, una disculpa por la impertinencia de mi hija. Les prometo que no se volverá a repetir. —Pide la madre apenada.
—No se preocupe, ella es una niña encantadora. —Aclara mi castaña y la madre parece aliviada.
—No cabe duda que será una gran reina —Sheyda le sonríe agradecida —. Amori, despídete de la próxima reina —veo como mi pequeña se queda pasmada al escuchar el nombre, como si le recordara algo.
—Adiós, Sheyda. —Habla la niña mientras se aleja haciendo un ademán despidiéndose.
—¿Qué raro? ¿Cómo se aprendió tan rápido tu nombre? —Observo como sonríe al recordar a la niña.
—Si lo sé es demasiado rápido. Es demasiado dulce. —Voltea a verme —. No sabes lo feliz que estoy de estar de nuevo a tu lado. —Me proporciona un pequeño beso en los labios.
—Y yo son inmensamente feliz de poder estar así, y esta vez espero que sea por un largo, pero largo tiempo. —La tomo de la cintura.
—Confiemos es que así será. —Sonríe.
Ambos sabemos que lo mejor está por venir, que después de todo lo que hemos pasado es momento de ser felices.
Hola!! Espero que se encuentren muy bien.
¿Creen que la niña tenga que ver con Afrodita?
Muchisímas grascias por todo lo que le brindan a mi historia.
Es momento de comicarles que dentro de muy poco, esta novela estará entrando a su etapa final. Ojalá me acompen por los pocos capítulos que faltan.
Les mando puras virbras bonitas.
Evelin C.
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ENTRE AMOR, REALEZA Y HECHIZOS
Roman d'amour¿Te imaginas estar enamorada del próximo rey de Grecia? ¿Saber qué no tienes esperanza puesto que bajo su familia hay un hechizo del amor verdadero? Bueno, Sheyda no está lejos de ello. Desde que tiene uso de razón su corazón solo late por una sola...