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Advertencia: este capítulo es +18, contenido explícito de acoso sexual y situaciones no consensuadas en la niñez.

A veces divagaba entre sus recuerdos y pensamientos, sobre todo cuando se estaba por presentar a una situación a la cual no estaba acostumbrado, la mayoría de las veces no podía contener las lágrimas y lloraba tanto que debían llevarlo a un sitio apartado y calmarlo, generalmente lo hacía algún chófer o a veces su propia madre pero ella no sabía como calmarlo y siempre lo culpaba.

Nunca le gustó que lo culparan por sentirse triste o por tener miedo, tampoco quería que algún día lo culparan por sentir amor.

Pero había cosas que no podía controlar.

—Doyoung intenta no tropezar con tus palabras, ya tengo suficiente de ti—su padre dijo, poniéndose su mejor traje.

Asintió, alisando el suéter crema que estaba usando—lo...—tomó una bocanada de aire y se armó de valor—lo haré bien.

Antes de que su hermano mayor comenzara a consumir, generalmente su padre decidía llevarlo a las cenas, debido a que Gong Myung siempre fue más listo, se sabía desenvolver con los palabras y era un encanto, Doyoung siempre lo vio de lejos porque su propio hermano le daba miedo, se parecía tanto a su padre, supongo que eso le dio miedo a él también, lo suficiente como para no querer estar sobrio.

El viaje en el auto fue en absoluto silencio, afuera seguía nevando y Doyoung no pensó demasiado en lo que ocurría alrededor, decidió no pensar en nada más que esta noche, era importante y no podía arruinarlo.

Llegaron a un restaurante cerca de una colina alejada, rodeada de grandes árboles y pinos teñidos de blanco, el sitio era increíble, Doyoung ni siquiera tenía noción de que existiera, los empleados tomaron sus abrigos para acomodarlas en un ropero.

Su padre fue delante y Doyoung debió seguirlo mientras que su madre tuvo que ir detrás de ellos.

En una mesa justo cerca de los grandes ventanales, un hombre de no más de cuarenta años estaba esperándolos, se levantó y les sonrió, extendiendo su mano para saludar al señor Kim.

—Seunghwa, es una alegría verte luego de tu éxito en Estados Unidos—su padre le tomó la mano y sonrió.

—bueno, mi convenio con Kim debía dar frutos o podía darme por muerto—rio, mirándolo.

Doyoung tragó saliva, desde que era niño, había miradas que le daban miedo, más allá de todo lo que temía, los ojos oscuros de las personas que sonríen delante de otros, aquello lo aterraba porque no podía hacer nada al respecto.

—¿quién es este jovencito tan apuesto?

Su padre sonrió de lado, con desdén—mi hijo menor, DongYoung, está ocupando el lugar de Gong Myung hasta que se recupere.

—¿todavía sigue en tratamiento por la depresión?—SeungHwa pareció ignorarlo así que Doyoung se sintió aliviado.

—sí, desde que su abuela murió no ha sido fácil.

—lo bueno es que ahora los problemas psicológicos se visibilizan más, que lo ayudes en su tratamiento habla mucho más de ti que cualquier otra cosa—el hombre rio y su padre también.

Doyoung no hizo nada y ni siquiera divago en la gran mentira de su padre, aunque podía ser bastante cierto que Gong Myung tuviera depresión, sin embargo, él no estaba internado por eso, él estaba internado por ser un drogadicto.

Su madre tampoco habló, ella solo comió en silencio mientras los dos hombres se ponía al día con los negocios y alguna que otra anécdota absurda.

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