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Taeyong se fue, y con su despedida dejó muchos quizás y promesas que podían ser cumplidas con solo dar un primer paso. Doyoung pensó en él y sus palabras.

Le resultaba difícil creer que el chico pudiera tener un interés amoroso en él pero cada vez que veía el anillo en su dedo anular, no podía evitar recordar sus propuestas y la forma en que le sonreía, haciéndolo ilusionar.

Suspiró y se miró en el reflejo del espejo de cuerpo completo en su habitación, por más que se mirara todo el día, todavía no entendía por qué le podía llegar a gustar a otras personas, tampoco era como si tuviera una gran personalidad.

—¿no saldrás con tus amigos?—su madre preguntó cuando lo vio rondando en la mansión.

Doyoung se sirvió una taza de té y negó con la cabeza—Kyari y Taeyong se han ido de viaje—omitió a Sicheng, no quería decir su nombre, no quería que pregunten quién era y de dónde venía, no deseaba que lo investiguen.

Su madre tarareo, leyendo la revista—¿quieres ir de viaje también?

—no, yo... pensaba ir al internado a buscar unos libros ¿puedo?

—sí, ve con cualquier chófer.

Volvió a suspirar y subió a su habitación, buscando su celular para avisarle a Sicheng que iría a visitarlo aunque era más que seguro que su amigo estaba en la sala común viendo televisión con Hyunjin. De hecho, aquello le divertía, estaba seguro de que Hyunjin tenía interés en Sicheng pero simplemente su amigo no captaba las indirectas.

¡pensar que un chico tan guapo y popular gustaba de Sicheng! ¡el poder de su mejor amigo!

Choi no estaba para llevarlo así que Doyoung fue con el chófer Nam, un señor de pocas palabras pero funcionaba bien para él, no le gustaba hablar demasiado.

Todavía seguía nevando, Doyoung se acomodó la bufanda y miró por la ventanilla del auto, eran unas vacaciones diferentes, debido a su hermano no podían irse de viaje, ya que tenían a Gong myung dopado para hacerle una limpieza profunda aunque de nada funcionaba.

A Doyoung no le gustaba pensar en Gong Myung.

Llegó al internado rápidamente, era extraño volver como un invitado, al menos hasta dentro de una semana y media, cuando ya debería regresar y no podría volver a salir hasta fin de año.

Los hombres de seguridad lo revisaron como de costumbre, tocándolo por todas partes hasta finalmente cederle el paso.

Y como Doyoung supuso, Sicheng estaba en la sala común del departamento de hombres, se encontraba sentado en el sillón, mirando televisión junto a Hyunjin.

—ya llegué—susurró, quitándose la bufanda acuadrille.

—¡Doyoung, estás aquí!—Sicheng sonrió alegre, deteniendo el capítulo—te estábamos esperando—volvió a sonreír y Doyoung lo encontró curioso, aunque su amigo sonreía demasiado, le parecía extraño que lo hiciera delante de Hyunjin.

—¿sucederá algo?—preguntó, saludando con una inclinación al compañero de series de su amigo, el chico de cabello largo y rubio le sonrió de manera coqueta aunque tal vez solo fuera su forma de sonreír.

—Hyunjin se ofreció a comprar pollo frito y bebidas, pidió permiso al director y le dijo que sí—Sicheng se llevó una mano a la boca, sorprendido y Doyoung también se encontró impresionado.

—¿cómo lo lograste?—rara vez les dejaban entrar delivery y peor si se trataba de comida chatarra.

Doyoung tomó asiento junto a Sicheng, y Hyunjin se acomodó para verlo mientras le contestaba—solo le pregunté—encogió los hombros—debe haber sentido lástima porque mi padre está trabajando de encubierto en Afganistán y no pude salir de vacaciones—suspiró.

InternadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora