2.

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Su padre le dio una bofetada con el guante, ni siquiera su mano, solo una tela fría y gruesa golpeando su mejilla con brusquedad, Doyoung corrió la mirada, los ojos le ardían de las lagrimas acumuladas, estaba de rodillas en la alfombra de su oficina, había sido llamado de urgencia para asistir a una cita con su padre.

—el idiota de tu hermano no deja de meterse en problemas—gruñó, Doyoung apretó la tela del pantalón de su uniforme, siempre sucedía esto, cada vez que su hermano mayor hacía algo mal, su padre lo llamaba a él, lo sermoneaba y ya que estaba también le pegaba.

No era su culpa pero su padre prefería adoctrinarlo a él porque el otro bastardo ya no servía de nada, era un caso perdido al que mejor deseaba dejar en el olvido, habían querido quitarle todos los servicios pero Gong Myung era astuto y más de una vez se había llevado cosas de la mansión para venderlas, así como metió a padre en muchísimos problemas por robarse información de la empresa y cambiarla por drogas, había arruinado un montón de proyectos y podía arruinar otros más.

Su madre nunca decía nada al respecto, ella solo se inclinaba y lloraba, porque el señor Kim era un tipo importante y ni siquiera podía divorciarse de él, incluso si tenía montones de amantes por todas partes.

El viaje en el auto era como estar en el limbo, porque entre la oficina de su padre o el instituto, honestamente no prefería ninguno, y el tiempo parecía detenerse allí, el chófer no tenía permitido dirigirle la palabra y Doyoung dudaba que quisiera hacerlo.

Una vez que llegara iría directo a esconderse a la habitación, esperaba que Kun se quedara hasta tarde haciendo actividades, no quería que nadie viera su mejilla roja, todavía le ardía la piel.

—bienvenido—dijo uno de los hombres de seguridad, Doyoung asintió, separando las piernas y extendiendo los brazos.

Antes de entrar o salir del instituto, los tipos de seguridad siempre los revisan, tocan cada parte de su cuerpo sin descaro, sucede también con los tutores y por supuesto, los profesores, no puede salir ni entrar nada que no esté autorizado, Doyoung nunca cargaba consigo nada extraño más allá de su celular, que incluso tenía algunas aplicaciones bloqueadas por el mismo internado.

—el horario para circular esta por llegar a su límite, regresa rápidamente a tu club o habitación hasta que la hora de cenar llegue—le pidió el seguridad que anotó la hora a la que llegó.

—entendido.

Caminó por los grandes pasillos de la residencia, vio a algunas chicas regresando a los dormitorio de mujeres y otras conversando con algunos varones, había rumores de que algunas chicas se metían a los dormitorios masculinos por las noches pero Doyoung no sabría decir si era cierto porque ninguna chica nunca llegó a su cuarto, aunque no le sorprendía, por algún motivo todos parecen demasiado excitados siempre.

Incluso él, que se emociona con solo ver la puerta cerrada de la habitación de Johnny ¿cómo será su habitación? ¿Qué aroma tendrán sus sábanas?

Se ruborizó al pensar en aquello, la imagen de Johnny masturbándose lo hizo sentir avergonzado y un completo pervertido.

Para su mala suerte, Kun estaba en su escritorio comiendo un plato de udon—pensé que llegarías justo así que compré uno para ti también—dijo, señalando.

—gracias.—fue hasta su propio escritorio y se sentó para comer, hacía tiempo que no comía udon.

Kun lo quedó mirando fijamente pero luego continuó comiendo, era seguro que había visto la marca roja en su rostro y posiblemente no había sido difícil darse cuenta que lo habían golpeado.

—para la cena habrá costeletas con puré—Kun le empezó a hablar y a Doyoung le pareció extraño, normalmente no era un gran conversador con él y parecía verlo como un completo fastidio—hacerme amigo de la cocinera tiene sus ventajas, sé cuando pedir un bocadillo antes de la cena.

InternadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora