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El internado N es un instituto dedicado especialmente a la educación media y terciaria de la élite, abarca desde los trece años hasta los veintiún, no se aceptan repitentes y mucho menos calificaciones por debajo del ocho, todos los estudiantes tienen como exigencia mínima ser bilingües, provienen de familias adineradas y acomodadas, hijos de políticos, de grandes empresarios o simplemente herederos de tercera generación. Cuando ingresan se les enseñan modales luego de las clases, es obligatorio unirse a un club de deporte, arte o música, hay talleres de costura, cocina y carpintería, no hay una sola que los estudiantes no aprendan.

Y por tanto conocimiento, exigencias y obligaciones, la mayoría de ellos ruegan a sus padres que los den de baja en el instituto, las responsabilidades y la crueldad de sus maestros los presionan y empujan hasta romper su autoestima, dañar por completo su estado emocional y psicológico.

No es solo un instituto, es una prisión que crea monstruos perfectos.

Doyoung recuerda claramente cuando a los catorce años le rogó a sus padres que lo sacarán del instituto, no soportaba más los insultos y gritos de los profesores, incluso tenían permitido golpearles las manos con varillas si no lograban aprender el contenido.

"Papá, por favor, no quiero regresar" sollozó de rodillas frente al hombre más frío que en el planeta ha existido "ellos continúan golpeándome por mi pronunciación, realmente lo he intentado, papá, por una vez, por favor, no me dejes regresar".

"Déjate de estupideces, DongYoung ¿quieres humillar a toda la familia dejando un colegio tan prestigioso?" Él rio, mirándolo con desprecio "mi primogénito salió drogadicto, y el estúpido que le sigue un cobarde, te sacaré de allí cuando las varillas dejen la carne de tus dedos expuestos, piensa si prefieres mejorar o esperar por ello, vete, el chófer está esperando para llevarte, dios quiera y no vuelva a ver tu rostro hasta las vacaciones, cada vez que pides una excepción de visita, más me humillas".

Ahora tiene diecisiete años, pronto cumpliría dieciocho y de algún modo había logrado sobrevivir y prosperar, aunque eso significara ni siquiera tener un respiro de todo, desde que despertaba hasta que dormía se la pasaba ocupado estudiando o en el club, sobre todo ahora que los exámenes para el programa terciario al que debía entrar estaban por comenzar. Su padre quería que tomara el rol en la empresa luego de que él se jubilara, todavía faltaban años para eso pero aún sí no dejaba de presionarlo para ser el mejor, él no sabía lo difícil que era mantenerse como el mejor estudiante cuando todos eran tan competitivos, la clasificación cambiaba cada cierre de notas, al menos tres veces al año y era una eterna lucha contra al menos 200 estudiantes con excelentes notas, con suerte había logrado mantenerse entre los cinco mejores de su año pero a penas ocho veces de los cinco años que llevaba en el instituto había podido ser el número uno.

Compartía habitación con Quian Kun, el cuarto hijo de un mafioso, al menos eso era lo que todos decían, Doyoung nunca pudo ser cercano a él, no porque no quisiera, simplemente le era difícil acercarse a cualquiera, nunca sabía qué decir o cómo presentarse, a pesar de que actualmente sabía cinco idiomas, había leído más de trescientas novelas por gusto y al menos seiscientos libros educativos, nunca tenía un tema de qué hablar porque no se creía una persona interesante o llamativa a los ojos de los demás, sobre todo a los ojos oscuros e inexpresivos de Kun, que parecía no importarle nada más que su violonchelo.

Habían sido compañeros desde el primer día que entraron al internado pero a penas se decían buenos días y buenas noches, aunque el cuarto tenía suficiente espacio, no había ninguna pared entre ellos, la única privacidad que existía era en el baño. Alguna vez compartieron alguna comida chatarra juntos, estaba prohibido pero Kun tenía sus estrategias para entrar la comida barata de algún delivery, como habían otros estudiantes que lograban ingresar cigarrillos, alcohol y otras drogas. A pesar de que habían muchas cosas prohibidas, los estudiantes audaces eran capaz de realizarlas sin ser descubiertos.

InternadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora