37.

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Ahora que sabía un secreto de Johnny, no estaba seguro de qué hacer, por supuesto, era consciente de que no debía hacer nada, si Johnny había logrado mantenerlo en privado todos estos años, él no era nadie para abrir la boca y meterlo en problemas.

Es que honestamente él nunca lo pondría en problemas, amaba a Johnny y jamás haría nada para hacerle daño.

Pero le gustaría que esto fuera algo que pudiera acercarlos aunque sea un poco, no pudo evitar imaginar que si Johnny necesitaba cualquier cosa material, él podía dársela sin problemas, le gustaría ser a quien pudiera recurrir ¿era eso quizás demasiado? Posiblemente, no era ningún tipo de billetera para nadie y muy seguro que Johnny nunca aceptaría algo así pero si tuviera la oportunidad de ayudar en algo a Johnny.

Suspiró y dio vueltas en la cama, mirando su mano, aquélla con la cual sostuvo la de Johnny, se había quedado dormido junto a él, Johnny que estaba solo en el instituto con semejante secreto.

Ahora tenían algo que los unía, algo que ambos sabían y...

De pronto abrió los ojos y miro en dirección a la cama de Kun, él también lo sabía.

Frunció el ceño, que molesto, Kun estaba en medio, si Johnny precisara algo, seguro se lo pediría a Kun, no a él.

Volvió a cerrar los ojos, esta vez enojado.

—haz estado distraído—Ten lo tomó del brazo mientras salía de la habitación al siguiente día.

Se asustó cuando le vio, tragó saliva y se sintió como un criminal—n-no he estado d-distraído—inútil, era en vano mentir.

Ten entre cerró los ojos y lo ignoro—lo que digas ¿quieres pasar el día en mi habitación? ¿Cómo están tus muslos?

—todavía heridos—susurró con un pucherito—así que no puedes—dijo aún más bajo, con las mejillas ruborizadas.

—no iba a querer hacerlo de todos modos—Ten hizo una mueca y luego lo besó—pero todavía puedo abrazarte así—su novio lo soltó y le abrazó por la espalda, aspirando su aroma—te amo.

Doyoung mordió su labio inferior y colocó sus manos sobre las de Ten, lo amaba también pero era un amor diferente, no sabía explicarlo en palabras—te amo—susurró, confundido.

Sabía que Ten ya estaba en su corazón, apreciaba desde lo más profundo de su ser todo el cariño y atención que le daba, la contención que recibía por parte de su novio nunca la cambiaría por absolutamente nada, Ten había llegado a su interior rápidamente y también lo había hecho sentir completo, le había hecho creer que valía la pena estar aquí o en cualquier sitio mientras estuviera a su lado.

Pero Johnny.

—John pasa al frente a hacer el acompañamiento—pidió la profesora de música.

Doyoung sostuvo el lápiz con fuerza mientras lo veía caminar hacia el piano, alto, seguro de sí mismo, encantador.

Mordió la punta del lápiz, mirándolo, admirando la forma en que se unía a las melodías que tocaba, impecable, inalcanzable y de pronto...

Alcanzable.

Si solo lo intentaba una vez, estaba bien con que solo fuera una vez, si lo probaba una vez, si podía tenerlo una sola vez entonces le bastaba.

—Johnny...—susurró cuando las clases de música acabaron.

El chico le miró sin demasiado interés—¿qué?

—¿puedo hablar contigo a solas... un segundo?—su voz curiosamente no tembló pero su corazón si lo hizo.

Johnny miró alrededor y suspiró—¿es importante? Siendo honesto—rascó su cabello y evitó mirarlo ¿tan feo era? Eso le hizo sentir impotente—no tengo ganas de hablar contigo.

InternadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora