EL SUBTERRANEO

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No había cambiado casi nada desde la última vez que lo había visto, era ese lugar que te pone los pelos de punta si eres mujer, y te hace sonreír de placer si eres hombre.

Al salir del loving donde recuerdo, las lágrimas y el ajetreo que hace cinco tuve con Charles para poder salir y ahora, todo lo que hice para entrar.  El cielo, esta a demasiados metros sobre nosotros, pero es solo una pequeña capa de metal con luces que alumbran toda la ciudad subterránea y que en grande tiene letras luminosas que dicen " the subterráneo" y eso no es lo mas sorprendete de todo, no, lo mas incapaz de creer, son los edificios altos, las calles vacías y los millones de marquesinas con luces que indican lo que puedes encontrar en cada edificio o casa, que hay aquí, se siente como si estuvieras en una versión más lujosas de las putas vegas.

-¿sorprendido? -  Jack me pregunta mientras andamos en el carro por las calles remotamente vacías y lujosas del subterráneo.

- si... - quiero prestarle la debida atención pero se me es imposible no ver por la ventanilla, de todo lo que fui parte. Mientras yo me sentía tan pequeña había un mundo gigante afuera.  El auto pasa por diferentes calles y da diferentes movimientos hasta que llegamos a uno de los edificios con el nombre " Dessios Houses". Ambos bajamos y antes de entrar,  Jack me apartó del gorila que nos guiaba.

- Este es una fiesta exclusiva, podrás encontrarte con hombres que ya conoces pero recuerda, no sabes quienes son, tu vienes de España y no entiendes muy bien el idioma, OK? - dice y yo asiento.  Suspiramos y tras sentirme como él verdadero Simón T. Collison, entramos al edificio.

El corazón me sumba al escuchar el blues y ver a muchos hombres conversando mientras tienen copas y mujeres alrededor de ellos, la sala es demasiado grande y el bullicio impresendible.  Claramente, comienzo a buscar a todos lados pero no veo a nadie que reconozca de mi vida futura.

- Jack- un hombre cabello blanco y de buen porte se acerca por detrás
vestido con un smoking - un gusto verte- le da la mano a Jack y este se la aprieta con emoción, yo me hago hacia un lado y con mi mirada paseo la estancia, si no supiera de que se trata de verdad y el primer objetivo de este lugar, creería que es otra fiesta típica de gente rica para crear negocios comerciales pero ellos solo fingen, cuando sea más tarde, todos comenzará a irse con sus chicas y a tener sus preciadas noches de Divas que yo tanto deteste.

- Primo, primo- volteo la mirada tras escuchar el tercer llamado de Jack y cierro y abro los ojos rápidamente, nesecito concentrarme, miró al hombre que lo ha saludado y se me congela el cuerpo- este es el señor Mena, es un gran proveedor de stirpe- dice Jack y yo comienzo a respirar suavemente, lo tengo justo en frente de mi, al hombre que una vez intento hacerme sentir como lo peor del mundo, su mano estirada y mi gesto descompuesto hacen que se le borre la sonrisa de la cara y mira a Jack algo preocupado- ah... Disculpe señor Mena, es primera vez que mi primo viene y debe estar nervioso, tampoco habla muy bien el inglés - trata de excusarme y el maldito señor Mena, vuelve a sonreír y tras saludar a otros hombres se aleja de nosotros. Jack se acerca a mi e intenta hablarme pero yo no consigo, que lo tuve tan cerca otra vez -¿estas bien?
Terminó de suspirar unos momentos y jack me entrega un copa de vino.

- Estoy bien- digo después de calmarme, le sonrió a la cara de Jack preocupada y cuando quiero decir otra cosa, una voz por un micrófono hace que todos veamos a un escenario que se encuentra justo en medio de la estancia.

- Así es caballeros, hoy es el día perfecto para que conozcamos a las nuevas, sexys y dotadas chicas del subterráneo- dice un hombre Moreno y los demás comienzan a plaudir, incluso Jack- ella  es exótica, y  sabe manejar muy bien sus manos. TRINITY- grita su nombre y una morena, cabello rizado y con un pronunciado busto sale vestida con un enterizo corto, y de color blanco de encaje,  desfila mientras los hombres la virotean y le sonríen.

NO, NO, NO, NO, NO.

Jack me trajo a la fiesta en donde compran a las chicas, en donde comenzó mi historia..

- Dos mil quinienttos dólares - dicen unos.

- Tres mil dólares- comenta otro y la puja por las chicas se vuelven en un infierno de horas que parece no tener fin, algunas de ellas creería, que se ven como yo me veía, frágiles y asustadas por la nueva vida que les toca llevar pero en esta ocasión, parece que estaban esperando el momento hace tiempo.

- Todo aquí es concientizado, ellas ganan y nosotros también- Jack me comenta, al ver mi cara de sorpresa y a la vez indignación. Yo asiento.

- Quiero explorar el lugar- le digo y él me mira de inmediato.

- No se si es buena idea, cuentan con más seguridad de la normal ahora. Hace algunos años hubo un altercado- me comenta y yo enseguida me es pabilo. ¿Altercado?

- ¿De que se trató? - le preguntó cómo si no me importara mientras veo a los gorilas llevarse a las nuevas chicas del subterráneo.

- No lo sé muy bien, para ese entonces yo aún no sabía de la existencia de este... ¿Paraíso? - pregunta lo último con una picardía y yo le sonrió. Le prometo que solo veré el lugar y volveré a su lado y como no me dice nada, yo misma me  alejo cuando una chica viene a por él.

Se me hace muy extraño que no he visto al señor Wik en ninguna parte, ni a ninguna de las chicas que la componen, lo que me da mas nostalgia, porque aunque esta aquí, no se por donde empezar a buscar a Charles, ni siquiera, se en que parte de este gran mundo pueda estar o siquiera si esta aquí, sigo en mis pensamientos y una chica tropieza conmigo, dejando caer sobre el smoking un gran charco de un vino rojo.

- Hay por Dios, disculpe sub- la chica intenta acercarse a limpiarme y como la estúpida actuación que debo de tener, le grito un par de cosas y me escabullo por una puerta que está al costado de una barra, la estancia parece ser  una cocina, se encuentran cajas de vinos y  copas regadas en un taburete, cojo un trapo que está encima de la lacena y comenzó a tratar de cecarme la mancha roja que traigo encima de la camisa.

- Esto era lo que me faltaba- digo en voz baja y sigo limpiando de manera agresiva el estúpido smoking, pero siento como una puerta se abre y alguien entra, sus pasos se escuchan pesados y cuando por fin el reflejo de una luz en el pasillo, se hace un lado para verle la cara, el trapo se me cae de las manos, el corazón comienza a latirme mas fuerte y los ojos se me abren como platos.

Él deja la caja que trae en sus manos, y la coloca en el suelo, me mira.

-¿Puedo ayudarle? - pregunta.

SECRETO OSCURODonde viven las historias. Descúbrelo ahora