A SALVARTE P-2

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El agua que recorre cada centímetro de mi piel no tiene esa pequeña fracción de tranquilidad que he de suponer, me daría, al contrario me lleva a recuerdos que no quisiera volver a tener, a la sensación de que todo depende de un hilo y a la inestabilidad que siento tener, así que salgo del baño y me envuelvo con la toalla para entrar a mi cuarto.

- Mama- susurro al verla sentada en mi cama, con una foto de ambas en la mano.

-Hola - alza la cabeza y me sonrie- te he escuchado entrar y vine a ver que tal había ido la noche- se arregla el moño que tiene en el cabello y me mira con sumo cuidado.

- Bien, ya sabes lo mismo de siempre, hablar con gente poderosa y construir relaciones comerciales- hablo y me acerco al  gran espejo de pared para comenzar a peinarme el pelo mojado.

- Suena aburrido- menciona y yo le sonrió por el espejo.

- lo fue

-Ria, ¿eres feliz? - dejo el cepillo que se cruza entre mis cabellos, en el aire y la observo esperar mi respuesta en el espejo.

No mamá, justo ahora vivo con el miedo de que los días que tenemos no sean los suficientes para que Charles pueda salir y que me alejen tanto de la empresas que mis acciones de caigan. No soy feliz mamá, no hasta tenerlos en mis brazos.

- Si, lo intento por lo menos- le digo y ella sacude la cabeza como tratando de entenderme.

- Hoy viaje a la tumba de tu hermana- dice y yo dejo de peinarme y volteo a verla completamente.

- Mamá, sabes que no puedes volver allá, nosotras en ese lugar estamos muertas- le digo un poco a la defensiva y ella asiente.

- lo sé, pero nesecitaba despedirme bien- camila, había hecho parte de nosotras cuando estaba viva y cuando se fue, ambas creíamos que siempre lo haría pero justo después de mi regreso y del pequeño entierro, nos dimos cuenta que siempre tendríamos una parte de ella con nosotras e incluso en la lejanía, eso no se sentía tan mal, después de todo era mi hermana, un hecho que jamás podía cambiar y tampoco quería- promete algo, hija- se levanta y me agarra las manos fuertemente- ¿contaras conmigo para todo, si? Cuando estés lista para contarme que paso cuando desapareciste y por qué está es nuestra vida ahora, yo te escucharé- la miró y puedo ver esa desesperación que tiene, la siento como si me estuviera carcomiendo a mi. Me acerco y la abrazo, enseguida su pecho se llena de alivio.

- Por supuesto que si, mama- la abrazo aún más fuerte y luego de unos minutos, nos alejamos.

- Descansa, cariño- su mano tibia me rosa la mejilla y yo me siento aún más culpable. No soy sincera, en todo este caos solo le he mostrado lo único que no se ve mal y le he propuesto una mentira tan grande como esta nueva vida. Ella sale por la puerta y yo me revuelo en la cama. Aun siguen esas hojas en mi closet pero no soy capaz de abrir ninguna, entonces cierro los ojos y así desnuda dejo que los sueños me arropen por un momento.

- Señorita Daltonic- Jack me saluda y yo le sonrió, esta semana tengo cara de felicidad y él lo ha notado, aunque es lo último que siento, es martes y he repasado el plan más de mil veces para que todo quede perfecto, incluso he instruido a Lucíano como plan de escape en el superior-¿puedo pasar? - Jack abre la puerta de mi despacho y yo asiento, dejando unos papeles que hablan de los planos del subterráneo, que Wik me ha dado antes de subir el sábado por la noche.

-Adelante .

- Te veo sonriente, eso me alegra- me dice y yo asiento- estos son los planes de dotación y el contrato de Stirpe, también hay unas propuesta de marketing- me entrega los foldes con todo lo dicho anteriormente y yo me sorprendo.

- Vaya, si que es eficiente como presidente señor Collison- le digo y el sonríe, como si lo fuese condecorado con una estrella.

- Todo por esta increíble compañía- dice y yo asiento- y su jefa- volteo a mirarlo y sonrió con la palabra "Amistad" en la frente-¿quieres almorzar conmigo? - me pregunta y yo estoy dispuesta a rechazarlo pero verlo a los ojos y saber que ha dado mucho por Daltonic e incluso por mi, me saca de mi pequeña zona de confort y acepto almorzar, no tanto por él, si no porque nesecito a un amigo que actúe de formal normal por un momento, como si esto no estuviera pasando.

-¿Es hermoso, no? - la vista de toda la ciudad ya hacía frente a nosotros que nos encontrábamos en el restaurante Peak, ala altura de 101 pisos.

- Precioso - le sonrió a jack y este asiente, pedimos nuestros respectivos platos y tomamos una copa de vino. La verdad es que nesecito relajarme, esta es la última semana que tengo como esa Marié Daltonic que surgió de la nada, después de revelarle al mundo el secreto que es el subterráneo, Ria tendrá que aparecer de nuevo.

-¿Algo te incomoda? - Jack pregunta y yo dejo de ver los miles de edificios que hacen frente a nosotros.

-No. Pero si me pregunto ¿cómo todos ahí abajo se ven tan normales y piensan que estar aquí arriba es tan...?

-¿fácil?- termina él la frase y yo asiento. Muchos habían creído que Marié tenía un padre multimillonario que quería esconderse del público y eso era lo que me había dado el empujón para montar la empresa pero todo lo hice sola. De echo, jamas he tenido un padre- no te preocupes que los demás piensen que es fácil, hace que sea más interesante porque cuando lo intentan y ven que no es así, se dejan caer y solo los grandes, Marié, llegan a tu altura- dice y yo le sonrió. Palabras, palabras que dan justo donde tiene que dar.

- Esto está delicioso- pruebo mi pasta y doy un suspiro cuando la salsa revolotean en mi paladar, cierro los ojos y disfruto por un momento de ella.

-¿Quieres casarte conmigo? - abro los ojos como plato y escupo la salsa en medio del plato.

-¿Qué?

Jack sonríe.

- En otro mundo, en otra galaxia, en otro planeta, en otra vida, tu... ¿Te casaría conmigo? - yo lo miro y lo miro, aguardo y desgasto la última gota de mis pensamientos para luego dejarlos de lado.

-Si- realmente si me casaría con Jack.

SECRETO OSCURODonde viven las historias. Descúbrelo ahora