ADIÓS, SEÑOR C.

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-Ria. Ria. Ria- me levanto de golpe y veo a mi madre sacudiendome en un lateral de la cama. Suspiro.

- Mamá, ¿pasa algo? - me quito los pelos de la cara y la observó de lo más normal.

- Jack, esta abajo- dice y yo me quedo estupefacta. ¿Esta aquí?

-¿Que quiere? - no lo digo de mala forma, si no mas bien sorprendida, es demasiado pronto para asimilar y resolver otro problema después de saber que Charles esta en uno y uno muy grande.

- Quiere hablar contigo- dice y se re acomoda para salir de la habitación- no tardes.

Asiento y apenas ella sale, me levanto de la cama, recojo el traje de Simón y lo coloco en una caja con llave en mi armario, me doy una ducha rápida y en menos de 30 minutos, Marié Daltonic ya volvió a mi cuerpo.

- Marié- Jack, dice en un tono amable y  me regala dos besos. El tenerlo tan cerca me pone nerviosa, ahora no solo le oculto cosas a mi madre, sino también a jack-¿podemos hablar un momento?.

- Sí ... No tengo mucho tiempo, tengo que ver unas cosas en la oficina pero... Puedo sacar cinco minutos- le digo y el asiente con pocas ganas. Joder, lo he besado y ahora lo estoy dejando de lado como una niña inmadura que no sabe lo que quiere, el problema es que esta niña inmadura si sabe lo que quiere y no es Jack.

Salgo de la casa junto a Jack y su auto.

- Señorita Daltonic- Thomas, me saluda y me abre la puerta, por otro lado, ya no parece tan interesado en mí.

El carro comienza a andar y ni Jack ni yo sabemos que decir, él seguro piensa en cualquier cosa que me implique y yo, solo pienso en una excusa que no suene tan patética, porque se que terminaré destrozandolo, y eso es lo que menos quiero.

Al cabo de minutos una pequeña cafetería se hace frente a nosotros, nos bajamos del auto y los dos de forma muy independiente nos sentamos justo al frente de cada uno.

-Sé que esto es algo inusual... Me gusta esta cafetería es... Diferente- miró la pequeña localidad y solo se distingue las mesas básicas de madera con sus asientos tallados, un estante lleno de libros viejos y pocas personas dentro, si que es diferente, no tiene nada de lujos en ella, de hecho es una cafetería al estilo Ria, sencilla pero te hace sentir segura- si yo hice algo, Marié, me arrepiento- dice Jack y se hunde en su asiento.

-No has hecho nada.

-¿Entonces por qué huiste?- me mira directamente a los ojos, buscando esa verdad que sale del alma. Yo lo miro y lo miro... Pero no tengo idea que decir.

- No lo sé- esa era la verdad, tenia sentimientos encontrados y había huido porque no sabía que más hacer.

Jack suspira.

- Marié, yo enserio quiero que intentes algo conmigo, eres la primera mujer que siento que es real y...

-Jack- lo interrumpo pero él sigue hablando.

- Eres s maravillosa y yo, quiero estar allí para recordartelo todos los días. A veces no me creo que te conociera, Marié porque siento que eres perf...

- Basta , Jack- él deja de hablar y me mira sorprendido. Es hora de tomar una decisión, ya había conseguido lo que quería, saber como entrar al subterráneo y encontrar a Charles, así que lo mejor para Jack sería que entre nosotros hubiera una despedida. No por mi, porque yo sería fuerte y lo aguantaría como todo lo que ha pasado estos años, más bien, sería por Jack, porque aúnque su porte, su buen físico, esos ojos claros y esa sonrisa deslumbrante lo dejen ver como alguien "muy macho" era la persona más buena del mundo y no se merece estar con alguien que no valora eso. Alguien, como yo- Yo aprecio todo lo que has hecho por mi Jack, sin duda alguna, eres fantástico pero creo que... No nos complementamos en más nada que no sea negocios- le digo y veo como su gesto se contrae, hace una expresión que indica que lo he hundido más que el Titanic y mira hacia la mesa.

-¿Ha sido por el subterráneo? - me pregunta aturdido- Marié, te dije que mis visitas a ese sitio no son concurrentes. Tu quería conocer algo nuevo y yo quería mostraré pero yo no hago nada allí nunca, ¡Marié, lo juro! - el corazón se me quiere partir, sus explicaciones van mas allá de un " algo para que entiendas el porqué de lo que sucede" y se siente más bien como una explicación sobre lo que ha hecho en el pasado porque no quiere perderme. Jack acerca sus manos y yo apartó las mías.

- No es eso jack, yo... Solo me he dado cuenta que tengo que proyectar a Daltonic, es mi único objetivo y no tengo más que eso- la manera severa en la que le hablo me hace sentir más maldita ahora.

- Pero el beso... Ese beso fue

- Un beso- le digo alto y claro y jack se reclinar en la silla y se toca la sien.

- Marié... ¿Te estás despidiendo de mi? -  esa era la única pregunta que no quería contestar.

Asiento.

Jack niega con la cabeza y me desvía la mirada, por primera vez desde que nos conocemos. Yo me levanto, cojo mi bolso y salgo del local, el frío de la mañana me arropa pero nada se siente como esto. Soy la mujer más malvada y desalmada de la vida, si un grupo de chicas supiera que acabo de partirle el corazón a la persona más gentil del mundo, fuera desterrada de la lista de mujeres "buenas y normales" como siempre me había considerado, y estaría justo en la lista de " perras sin sentimiento" en la que seguro estaba Laura, entonces todos esos momentos se vienen a mi cabeza y recuerdo lo que siempre me dice Luciano. Regresó corriendo a la cafetería y encontró a Jack sumido en el color de la mesa café.

- Promete algo- le digo y el levanta la cabeza, unos pequeños rasgos de una lagrima recorren su mejilla y el corazón se me hunde en el hueco más profundo entre mi pecho y el dolor.

Jack, no responde pero alza los hombros.

- Prometeme qué le encontrarás algo bueno a todo esto. Algo bueno, en este mar de pesadilla, Jack . Prometemelo- él me mira por unos instantes y pienso que me mandara a freír espárragos al final, asiente y se sopla un poco la nariz.

- Tú eras eso bueno, en este mar de pesadilla que es mi vida- sonríe con tristeza y me estira la mano, yo se la agarro porque se lo que va hacer- fue un placer, señorita Daltonic- dice y yo sonrió con la última gota de alegría que me regala el señor Collison.

- Fue un placer, señor Collison- le respondo y Jack asiente, se levanta y sin mirar atrás sale del local. Yo me tumbo en la silla. ¿Por qué me siento como si me estuviera apuñaleando con una estaca justo en el corazón?.

SECRETO OSCURODonde viven las historias. Descúbrelo ahora