-Vas a hacer un hueco en el piso- Luciano, lanza el comentario pero yo hago caso omiso de este. Estoy atrapada entre la espada y la pared, hoy se deciden dos cosas que son cruciales en mi vida, sino voy a la pelea no podré ver a charles y seguramente encontraerme con Yasper será aún más difícil que hasta el momento y si no voy a la fiesta de clase alta para decidir y mostrar un plan de negocios que suba los estándares de los inversionista, Daltonic, tendrá un nuevo jefe. Yo seguiría siendo la dueña mayoritaria pero no tendría nada que ver en los asuntos de la empresa, y eso por decisión de la propia junta directiva.
- ¡No se que hacer! - grito agarrando de los pelos, era primera vez que sentía que no tenía todo bajo control.
- Tienes que decidir y tienes que hacerlo ya- dice y me señala a un reloj que está colgado en la pared. Faltan 3 horas para la pelea y para la fiesta. Solo debo decir una cosa, esa situación por la que he vivido todo este tiempo.
- Señor Collison- el regordete gorilla, me abre la puerta del Ranger Rover y entro a toda marcha. Carly se encargará de excusarme con un malestar y apenas pueda hablar con Charles, me volveré hacia la fiesta, lo mas rápido que pueda, como una super mujer, trataré de matar los dos pájaros de un solo tiro.
- Un joven del subterráneo me ha mandado esto para usted- el gorila me lo pasa un poco nervioso y yo tomo la tarjeta negra en mis manos.
-¿Como se llama? - le pregunto con mi tonalidad de voz fuerte.
- Yasper - el gorila, que se ve de una edad de 25 años y quien está muy regordete comienza a vendarme la cabeza.
-¿Cómo se llama usted?
- ah, kenny y soy su chófer asignado- aguardo el nombre en lo más recóndito de mi memoria y me preparo para el largo viaje hacia el subterráneo que aún, no he podido descifrar donde se encuentra. Lo único que puedo pensar es que he dejado a Carly sola, supliendo y siendo la cabeza de Daltonic, de mi propia cabeza, más bien. Observó la cuarta copa que tengo en la mano y el impresionante tic de mi pierna, por el nerviosismo. Tengo un mal presentimiento con la reunión.
Al salir del subterráneo, no tuve la desfavorable suerte de encontrarme con ningún conocido de los altos rangos, así que solo mostré la tarjeta y el chófer, que no era el regordete kenny embutido en un traje, me dirreciona hacia la zona negra. Dejó las copas y la champagne a un lado, el nerviosismo me mata, el sudor recorre cada parte de mi piel y no espero por verlo, pero lo único que nesecito en estos momentos es solo sentir su presencia, saber que esta en la sala y respirando el mismo aire que yo.
Al llegar a la zona negra, un edificio, grande de tres pisos, me espera. Salgo de otro auto lujoso y vuelvo a mostrar mi tarjeta por otras tres entredas más. Sin dudan alguna, la seguridad del lugar se toma muy enserio. No siento, ni se escucha ninguna clase de ruido pero eso cambia a la hora en que otros hombres, me abren unas grandes puertas de madera rojas. El bullicio y las diferentes gradas con sus asientos y una mujer esperando en cada uno de ellos, se asoman, a la mitad un cuadrilátero bien perfeccionado está allí.
-¿Señor Collison? - volteo de inmediato y un señor con el mustacho más grande que he vistoy un asentó francés, me indica que mi asiento es el 209A, justo al costado izquierdo del cuadrilátero, asiento y por unas escaleras me dirijo hacia el asiento, por sobre las conversaciones que mantienen los hombres en las escaleras. Al llegar a mi espacio, separador por unas pequeñas paredes y un listón rojo, una joven morena en un vestido rojo, me espera con una sonrisa. No sólo me toca estar pendiente de que no me descubran, sino que tengo que pelear contra la agudez de una mujer.
Me sonríe y me indica que tome asiento al lado de ella. Ciertamente jamás la había visto, parece ser una de las nuevas chicas.
-Señor su hoja de apuestas- la morena me tiende la hoja donde veo nombres como " el desgarrador" "rompe huesos" e * inmortal" con cantidades mínimas de 1millon de dólares para las puestas. Toda la plata que nesecita el mundo recorrer los bolsillo de estos hombres incesantes de poder a otros. Veo la cara de ellos riéndose, disfrutando la sangre y el sudor que en ese ring deparara. No le preguntó exactamente por ninguno de los peleadores a la chica para no notsrme tan amateur, me quedo con la hoja sin rellenar a lo cual, ella me ve con extrañes y yo le pido que me de una copa de vino. Duramos así por unos minutos más, la joven intentando seducirme y yo rezando para que ninguno de esos hombres toque a Charles hoy.
- Caballeros- el hombre del mustacho, se entromete en el ring y veo desde mi asiento, a uno más abajo, como una chica le está tocando las pelotas a un hombre mientras esté rellena la puñetera hoja de apuestas- ¿Están listo para la verdadera acción? - todos aplauden y yo me apartó de la morena- desde Rusia, ha matado a más de 23 agentes del FBI. Fue puesto en 3 condenas de cadena perpetua y está exiliado de Rusia, él es SMERT- dice el francés con notada emoción, en la sala, todos aplauden y virotean mostrando sus hoja con marcas de muchos ceros. ¿Es éste monstruo al que se enfrentará Charles?.
Un hombre de cabello rojo con un tatuaje de un hacha en toda la espalda y una gran cortada, sale rebosando sus músculos y su altura. Grita eufóricamente y muestra con orgullos sus nudillos cortados y llenos de sangre.
-Desde el otro lado. A él nunca lo han derrotado, ha conocido la muerte pero no la ha pisado. Le dicen... El INMORTAL - la "L" parece alargarse más y todo sale en cámara lenta. Sus manos envueltas en una especie de banda blanca es lo primero que logró visualizar. Es ¡CHARLES! . Mi corazón se agita de inmediato y una lagrima recorre mi rostro cuando dejó de respirar, todo parece desaparecer, solo puedo verlo a él. Su gesto de enfado, sus ojos de caídos y el pelo larguísimo que le recorre más allá de la oreja. Tiene más musculatura y su sixpack está más definido que el otro peleador, sin embargo este le gana en altura, aunque Charles, sea lo suficientemente alto como para darte miedo y su presencia lo reafirme, se ve sin ánimos, se ve destruido.
Se acerca a su lado y veo que choca las manos con alguien que está cubierto y no me permite ver quien es. La ronda uno empieza y con ella, la desesperación al ver el primer golpe que recibe el amor de mi vida.