Ahí estábamos Nora y yo pegando carteles con mi número en él para encontrar un inquilino, porque sí, hasta ése punto había llegado mi vida. Pegando carteles para invitar a un absoluto desconocido a vivir conmigo, y de seguro que luego me arrepentiría de eso, aún así necesitaba esto, buscaba ahorrar para poder comprar un auto y así no tener que tomar tanto transporte público para llegar a mi universidad, así que era esto o pedirle dinero a mi madre, que me odiaba lo suficiente como para golpearme en la cara sólo por el descaro de pedir algo, y la verdad es que, sí, me lo merezco —me merezco eso y mucho, mucho más, según ella— así es la cagué de maneras monumentales, y a decir verdad, decir que la cagué es poco, pero no me arrepiento de absolutamente nada.
—Leo —escucho que me llaman por mi nombre sacándome de repente de mis pensamientos, al mirar a la persona que me llama, recuerdo que estoy pegando carteles en la calle con Nora.
Nora es mi amiga, nos conocimos un día en la universidad porque había olvidado llevar lápiz y ella se ofreció a prestarme uno, desde ahí comenzamos a hablar más seguido y ahora la podía llamar "amiga" o algo así, la verdad es que no nos conocíamos muy bien pero es simpática y me llevó a mi primera fiesta.
—Ya se me acabaron los carteles, ¿no hay más verdad?
—No —respondí—. Además si quedaran más no seguiría pegando ya estoy cansada —dije, y la verdad es que no estaba exagerando ya que habíamos empezado a las 3 de la tarde y estábamos terminando a las 7 de la tarde, en pocas palabras, estaba harta de esto además de que invitar a un desconocido a vivir en mi casa no era mi parte favorita de todo lo que estaba haciendo, pero en serio necesito ahorrar.
—Está bien —dijo—. ¿Qué te parece si vamos a tu casa y tomamos una coca fría y te acompaño un rato a esperar si alguien llama o algo? —no tenía nada que hacer. La verdad es que no trabajo y ya hice toda la tarea que dejaron el viernes así que acepté.
Mi apartamento era lindo, tengo que decirlo, mantenía el orden y era limpio, era bastante amplio me gustaba y se preguntarán: "¿de dónde sacas dinero y cómo pagaste el departamento si tu madre te odia y no trabajas?" y la respuesta a eso es herencia, la herencia que mi padre dejó al morir, ese podría ser el resúmen de la respuesta que doy cuando preguntan por qué está enojada mi madre.
Eran las 8:30pm había pasado media hora desde que llegamos y comenzamos a beber unas latas de coca cola que compramos cuando veníamos hasta aquí ya llevabamos un rato hablando y hubo un minuto en donde quedó todo en silencio entonces Nora preguntó
—¿Por qué te molesta tanto la idea de compartir el piso con alguien?
A lo que respondí con un encogimiento de hombros y agregué— No lo sé, creo que es como invadir mi espacio. No me gusta que toquen mis cosas y no me gusta el hecho de pensar que la persona que alquile el piso sea desordenado y fiestero, no es por nada pero soy una persona que intenta respetar sus 8 horas de sueño.
Nora soltó una carcajada y cuando dejó de reír y me dijo— Pero si te quedas leyendo hasta las tantas ¿de verdad hablas de horas de sueño? además imagina que llega un chico lindo y cumple todas las fantasías de tus libros.
—Sí, sería genial —dije con unas sonrisas tontas mientras fantaseaba con vivir dentro de un libro pero entonces las fantasías desaparecieron junto con la sonrisas tontas y agregué un poco triste —. Pero no vivo en un libro.
—Buu —abucheo mi amiga diciendo— qué aguafiestas, al menos podría ser bueno en la cama y quizás al fin te desflora.
Sonreí mientras negaba como si mi amiga no tuviera remedio y sentía como un calor se extendía por mi cara trayendo consigo un color rojo, mi piel era pálida así que era muy notorio que estaba avergonzada y extremadamente roja. Entonces respondí— Cállate tonta, no tengo ninguna prisa por entregar mi florcita —la verdad es que no pienso que la virginidad sea algo importante ni nada, sólo nunca se había dado la ocasión como para hacerlo.
—Ohh deberías, pues vas a terminar siendo una treintona virgen, o sea super triste. —Sólo tenía 23 y pienso que desde los 23 a los 30 había bastante tiempo como para perder la virginidad, no me apresuraba solo esperaba el momento en el que se diera.
La verdad es que no había tenido novio nunca, eso no significaba que no había algo que me gustara, había visto algunos videos y leído bastantes libros que me dejaban claro lo que me gustaba y me excitaba. Se podría decir que tenía mucha técnica y poca practica, pero mis dedos ayudaban cuando era necesario, estaba satisfecha con eso, aunque últimamente nada era lo suficientemente excitante como para sentirme satisfecha así que dejé de hacerlo.
Luego de intentar acabar esa conversación lo antes posible estuvimos una hora hablando de cosas tontas y viendo Rick and Morty, luego de despedirnos ella se fue, quedando otra vez yo sola contra el mundo.
Ordené las cosas que dejamos después de usar la sala y me fui a mi habitación saqué un libro llamado "deseo", exacto, a eso se reducían las noches enteras de leer, leer porno, y de ahí venían mis expectativas altas y el porqué sigo virgen (por así decirlo, pues mi mente no es tan virgen después de todo), aunque lo diga como algo sin importancia no significa que trate el tema así todo el tiempo, la verdad era que me avergonzaba contar que leía literatura erótica, las fantasías a las que se refería Nora eran las fantasías terriblemente románticas y empalagosas que le mostraba, pero en realidad no quería un romance empalagoso, quería ser la debilidad de un demonio.
***
Nota de la autora: Siento lo corto del capítulo pero se viene bueno el próximo.
Besitos en el poto💞💞
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Ángeles y Demonios
RomanceClaramente el dicho "No juzgues un libro por su portada" solo aplica a libros y no personas. Lo entendí el día que los conocí, tan bonito y agradable, por fuera, tan oscuro y misterioso por dentro. Definitivamente una cara de ángel puede ocultar a u...