Cap 30: Mala compañía.

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Matheo.

Ha pasado una semana desde el sábado pasado y Leo se la ha pasando trayendo hombres a casa, no sé en que momento los mete ni en qué momento los saca, solo he visto algunos, los he visto salir intentando no hacer ruido pero igual los veo.

Mi paciencia está llegando a su límite y me molesta. Cada que veo a un hombre salir siento el gran impulso de sacarlo a patadas.

Veo como sale el sol, y me duele la polla ya que lucha con salir del pantalon, otra vez.

Leo ha traído a otro hombre a casa y a pesar de que me hierve la sangre saber que no soy yo el que está en esa habitación con ella, me es imposible no excitarme con su gemidos.

Me he estado masurbando toda la noche mientras la escucho gemir imaginando que soy yo el que la hace gemir.

No he dormido bien hace una semana ya que algunas noches ha traído a hombres, pero específicamente hoy, no dormí nada y, al parecer, ella tampoco lo hizo, estuvo follando con ese tipo, toda la puta noche, el sol ya salió y me levanto de la cama y abro la puerta, frente a mí se encuentra la última persona que esperé encontrar.

—¿Nicola? —pregunto.

—Matheo —dice igual de sorprendido— ¿Qué haces aquí?

—Vivo aquí —digo señalando la puerta de mi habitación— ¿Qué haces tú aquí?

Sé exactamente qué hace aquí.

—Vine con Leo —dice señalando la puerta de la habitación de ella.

Mis puños se aprietan y siento la rabia en mi pecho.

—Deberías irte —digo con una clara advertencia en mi voz.

Nicola no dice más y sale por el pasillo en silencio hasta escuchar que la puerta de la entrada se cierra, apenas escucho la puerta cerrarse, me meto a la habitación de Leo.

Ella está completament desnuda, y cuando se percata de que yo estoy ahí, se tapa con su manos.

—¿No te enseñaron a tocar? —dice ella con enojo y yo volteo los ojos.

—No te cubras, no seas tonta, no hay nada en ti que no haya visto antes —digo acercándome a ella.

—Perdiste el privilegio de verme desnuda desde el momento en el que tocaste a Nicky, así que no me importa si sea la primera o la milésima vez que me ves desnuda, me cubriré —dice caminando hasta su armario.

Cuando se voltea veo su trasero con ese bonito tatuaje y me es inevitable no morder mi labio y imaginándome azotandola hasta que quede con morados.

Se pone una polera gigante y luego se pone unas braguitas y comienza a buscar otra cosa en su closet, yo me acerco a ella y la tomo por la cintura, ella se estremece con mi simple toque.

—Él no te dio ni siquiera un orgasmo ¿Verdad? —pregunto en su oído.

—Matheo... —dice en un balbuceo.

La pego a mi cuerpo y se siente bien sentir su calor, puedo sentir el suspiro que suelta al sentir mi calor también.

—¿Te folló toda la noche y ni siquiera te dio un puto orgasmo? —pregunto con burla, ella se voltea y me enfrenta.

—Dime ¿Tu acabaste cuando follaste con Nicky? —pregunta y escanea mi rostro y yo solo desvío mi miranda— ¿Entonces para qué te la follaste? —me prengunta con burla y se aleja de mí caminando hasta el baño— No vuelvas a entrar aquí sin tocar dice cerrando la puerta del baño.

Ángeles y DemoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora