Cap 28: Sueños humedos...

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Leo

He estado ideando un plan para sacarle información a mi profesor, lo he pensado, y la única forma de sacarle algo es sexualizándome y, aunque no me gusta para nada la idea, quiero saber que está pasando con el tema del asesino.

—¿Qué tal está tu burrito? —prgunta Ethan, quien me está acompañando a almorzar.

—Bien, sabe un poco a nada, pero está bien —digo con encogimiento de hombros— ¿Qué tal el tuyo?

—Es lo único que tengo para comer, así que no me quejaré —dice sonriéndome.

—¿Qué clase te toca ahora? —pregunto dejando el burrito sobre la banca.

—Me toca con Miller —dice volteando los ojos— come.

Odio que me digan eso, no siento hambre, menos de una basura como la que estoy comiendo.

—¿Dónde está Nora? —pregunto cambiando de tema.

—No lo se, deberías comer —dice y yo volteo los ojos—. Mira yo te compré ese burrito, gasté dinero en eso y que no te lo comas me rompe el corazón —dice tomadose el pecho con exageración.

Yo volteo los ojos y termino de comer el burrito, sé que Nora está detrás de esto, ella se preocupa porque no he estado comiendo bien, y lo aprecio, pero no siento hambre, no es mi culpa.

—¿Qué clase te toca a ti? —pregunta Ethan.

—Con el viejo verde —digo con una mueca de asco.

—No es un viejo, es un señor verde —dice y yo suelto una risita.

La campana suena y nos despedimos para irnos a nuestras distintas clases.

Al entrar en el salón me siento y la clase comienza, tomo apuntes y presto atención, mi mente se va al plan que tengo para sacarle información al profesor, pero al final siempre vuelvo a la clase.

La campana suena anunciando el fin del día, todos guardan sus cosas con apuro por salir de ahí, pero yo me demoro más de lo que debería. Cuando la sala queda vacía, bajo los escalones y me planto frente al escritorio de mi profesor.

Apoyo mis manos en el mueble con una nueva coquetería. Miro al hombre que guarda sus cosas en un bolso de cuero, cuando se voltea a buscar su cuarderno se da cuenta de que lo estoy viendo y me sonríe con el ceño fruncido, un poco extrañado y divertido con la situación.

—¿Necesitas algo? —me pregunta paseando rápidamente su mirada por mi cuerpo.

—Sí —digo y decido ir directo al punto—, yo una vez recuerdo haberlo escuchado decir que tenía un amigo que trabaja en investigaciones —digo y el asiente confirmando—. Supongo que ha visto el caso de el asesino o asesina en la televisión el otro día —digo y el vuelve a asentir, yo rodeo el escrtorio y apoyo mi trasero en éste, quedando cara a cara con el profesor, demasiado cerca para mi gusto— me preguntaba si podría darme algo de información, para poder investigar desde mi casa.

—Sabes que eso es información confidencial, si supiera algo, no puedo decirte nada —Relamo mis labios atrayendo su atención a éstos— A menos de que me des algo a cambio.

—Creo que conseguiré información de otro sitio —digo con una sonrisa fingida  y comenzando a levantarme del escritorio pero mi profesor toma mi cintura volviendo a apoyarme en éste, yo miro el agarre en mi cintura con incomodidad pero no lo demuestro.

—El caso dejó de investigarse desde el martes, no se sabe el porqué, pero es lo único que sé —dice, yo quito su mano de mi cintura y sonrío asintiendo y salgo ahí casi corriendo.

Ángeles y DemoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora