Cap 29: Un error

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Leo

Me he levantado temprano y he salido a correr intentando despejar mi mente, lo de correr no salió muy bien ya que encontré un carrito de helados y decidí tomarme un helado mientras veía el estanque del parque, me gustaba ver como los patos llegaban y se iban.

Tomé el helado con lentitud mientras deseaba no volver a casa para no ver a Matheo, e incluso luego de acabar el helado me quedé viendo a los patos una hora más, di una caminata por la ciudad entrando a tiendas al azar, veía la ropa y luego salía, entonces recordé a Nora, no he vuelto a saber de ella desde el día que llegó a mi apartamento.

La llamé todo el viernes, pero mis llamadas eran rechazadas y mis mensajes eran dejado en visto, incluso luego de clase la busqué en su casa, pero no la encontré allí, o si estaba, no quiso abrirme.

Tomo mi teléfono y veo la pantalla, me doy cuenta de que hay un nuevo mensaje.

Matheo: —¿Donde rayos estás?

Le dejo el visto y simplemente me meto en mis contactos, buscando el número de Nora, al encontrarlo comienza a marcar y lo pongo en mi oído.

Hola. —Se escucha al otro lado de la linea, la voz de Nora se escucha normal incluso podría decir que está sonriendo.

—Me dejaste preocupada, no has contestado mis llamada y tampoco mis mensajes ¿Estás bien? —pregunto.

Si, lamento haberte preocupado pero no estaba en mis cincos. Hey iré a una fiesta hoy, quiero ir con mi zorra favorita.

—No lo sé, no estoy de humor —digo con desanimo.

—¿Quieres hablar de eso? —pregunta preocupada.

—No, está bien —digo actuando normal— Me tengo que ir.

—Si, llámame cualquier cosa —dice y cuelgo.

Miro la hora, aún es temprano como para volver a casa, camino por la ciudad y me paro frente a un carrito de comina rápida, reviso mi bosillo en busca de dinero, solo tengo un billete. Me acerco al carrito y compro un refresco ya que no me alcanza para nada más.

Vuelvo al estanque de patos a ver patos, tomo de sorbos cortos y lentos de mi bebida esperando que no se acabe nunca para no tener que volver a casa y ver la cara de ese idiota, no puedo creer que le dije que lo quería, no puedo creer que él me dijo que me quería, debió ser el efecto de la droga o algo.

Observo a la gente que pasa frente al lago, comienzo a contar a las personas que van en bicicleta, me doy cuenta de que son más de las que imaginaba, luego comienzo a contar a las personas que van con un bebe, son muchas.

Veo el reloj de mi celular y me doy cuenta de que es tarde y que ya debería volver a casa, tomo el último sorbo de soda y tiro el embase en una basura, camino a paso de tortuga esperando no moverme mucho.

Conecto mis audifonos y la música me anima a no dormir en la banca del parque, ya que es algo que consideré para no volver.

***

Pongo la llave en la cerradura y la giro, entro en el apartamento, son aproximadamente las 5 de la tarde y a pesar de que me gustó esa tarde fuera de casa, se siente bien volver.

Cuelgo mis llaves y cierro la puerta, un fuerte olor a marihuana me recibe, quito mis audífonos y unos gemidos estruendosos me hacen detenerme, son gemidos de Nicky, un vacío se me forma en el estomago y de repente tengo unas ganas de vomitar.

Sigo por el pasillo ignorando que justo en la sala de mi apartemento Matheo está follando con su sueño.

Entro en mi habitación y comienzo a desvestirme, tomo el teléfono y marco el número de Nora.

Ángeles y DemoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora