—¿Cómo que no?
—No me iré —dije mirándolo desafiante.
No me di cuenta cuando tomó mis piernas y puso mi abdomen en su hombro y me levantó del suelo, con mis manos golpeaba su espalda, pataleando para que me soltara, me llevó hasta su habitación me tiró en la cama y me tapó con las mantas entonces levanté la mirada, él me estaba obserando cruzado de brazos, con una mirada entornada y con una sonrisita tonta.
¡Que hijo de puta tan bonito!
—Te ves muy bonita en mi cama —dijo con una mirada que no pude entender y que me mojó las bragas— ahora duérmete —dijo mientras comenzaba a caminar hacia la salida.
—Espera, quédate —lo miré con ternura y súplica.
Él me miró algo confundido, se devolvió, se sentó en la silla junto a escritorio— ¿Por qué quieres que me quede?
—No tengo sueño, acompáñame —seguido de eso me levanté de la cama y comencé a pasearme por su habitación mirando cada cosa, no tenía fotos en familia, era una habitación bastante minimalista, tenía un estante lleno de libros, comencé a mirarlos, habían muchos libros de Stephen King, Franz Kafka, Oscar Wilde y Edgar Allan Poe, la saga de Harry Potter y la del Señor de los Anillos, entre otros libros.
¿Acaso también era perfecto?
—¿Lees?
—No, los tengo de decoración —Volteó los ojos mientras negaba con la cabeza—. Sí, leo, tonta.
Fruncí el ceño y lo miré— No soy tonta. Tonto —sonrío mientras me miraba con la cabeza un poco ladeada.
Me volteé hacía el estante otra vez para que no viera mi leve sonrojo, seguí mirando, vi unos paquetes de condones, los ignoré, de seguro tenía muchos sexo.
Paré un segundo en una foto que no estaba enmarcada y se veía un poco dañada y vieja, la tomé y la miré.
Estaba Matheo con una chica, la chica tenía el pelo castaño claro, con un sombrero y lentes de sol parecía estar en la playa, era bastante guapa, Matheo estaba detrás de ella abrazándola por la cintura, se estaban riendo, Matheo traía unos lentes y estaba sin camiseta, tenía una sonrisa perfecta, para nada macabra o falsa como la que venía viendo desde el día que lo conocí, él se veía más joven que la chica, aún así no perdía lo guapo.
Por un momento pensé que era una ex no superada, pero el abrazo se veía muy fraternal como para ser de una pareja, volteé la foto, atrás había una dedicatoria:
Querida Helena
Feliz cumpleaños, lamento estar lejos en este momento tan importante
20 años son importantes, a pesar de que no estemos juntos
quiero que sepas que te amo de todo corazón, te envío esta foto
para que recuerdes que sigo estando aquí.Con amor Matheo.
9/09/2012
Pero si pensaba enviarsela a Helena ¿Que rayos hacía aquí?
Eso no me ayudaba de mucho a saber quien era la chica, iba volver a voltear la foto para verla otra vez, pero fue arrebatada de mis manos por Matheo— ¿Quién era? —pregunté.
—No es nadie, deberías dormir —dijo doblando la foto y metiéndola en el bolsillo de su pantalón.
Le hice caso y caminé hacia su cama, me acosté y me tapé, él iba a la puerta para salir pero lo paré otra vez— Espera.
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Ángeles y Demonios
RomantizmClaramente el dicho "No juzgues un libro por su portada" solo aplica a libros y no personas. Lo entendí el día que los conocí, tan bonito y agradable, por fuera, tan oscuro y misterioso por dentro. Definitivamente una cara de ángel puede ocultar a u...