Ángeles y Demonios

Cap 15: Hermosa muerte.

Víctima.
Lunes 18:30pm.

Estaba en casa, era un día normal, mis hijas habían traído mi paga así que estaba contando los billetes sobre la mesa de la cocina.

Abruptamente las luces de toda la casa se apagaron, dejándome a oscuras, era algo normal, vivía en una casa antigua, la luz se cortaba todo el tiempo.

Fui escaleras abajo hundiéndome en la oscuridad del sótano, al estar totalmente escuro prendí mi linterna y me dirigí al tablero eléctrico, al parecer los interruptores se habían bajado, los volví a subir, prendiendo todas las luces de la casa, excepto la del sotano miré escaleras arriba viendo una figura parada allí.

La sangre se me heló y el alma se me cayó a los pies, sentí como mi corazón aumentaba su ritmo junto con mi respiración, pues yo creía que estaba sola en casa, la puerta se cerró detrás de la figura quedando totalmente en la oscuridad.

Corrí con desesperación hacia el interruptor de la luz, pues la linterna había caído de mis manos, lo presioné y las luces del sotano se encendieron encontrándome de frente con un hermoso demonio, él se acercó a mí, un olor a loción y muerte golpeo mi nariz, y entonces sentí el miedo recorrer mi cuerpo como una corriente de agua fría.

-Haz sido mala querida mer -dijo mientras agarraba unos de mi cabellos entre sus dedos.

¿Cómo sabe mi nombre?

-Lo sé todo -dice, y supongo que lo dice por la expresión de extrañeza en mi rostro- ¿Tienes miedo? -preguntó con una sonrisa cruel, él sabía la respuesta.

Era muy hermoso, los ragos de su rostro afilado eran perfectos, su altura lo hacía ver dominante y autoritario, me intimidaba estar en su presencia.

Él estaba en lo correcto, yo fui mala, soy mala, pero no tengo otra opción es una odisea conseguir trabajo y la pobreza me está consumiendo.

-S...si -dije con miedo y la voz temblorosa.

-¿Sabes que eres mala verdad?

-Sí -digo y bajo la mirada al suelo, el miedo en mi respuesta no pasa desapercibido.

El demonio pone su mano en mi barbilla para que lo mire a esos ojos que te hacen ver el infierno.

-Te voy a decir lo que hago con la gente mala -se acercó a mi oído y susurró- las hago sufrir mucho.

Bajó la mano que antes estaba en mi barbilla y la puso en mi cuello empujándome contra la pared y aplicando una fuerza que solo me dejaba respirar muy poco.

Me volteó y mi pecho quedó contra la pared, el lado derecho de mi cara sintió la fría muralla, mi respiración estaba agitada y me estaba hundiendo en la desesperación, claramente no saldría de ésta viva.

-Me gustaría hacerte eso que le hiciste a todas tus "hijas", hacerte sufrir tanto que te mueras solo de la desesperación de querer escapar -soltó una carcajada seca- de seguro esa muerte derramaría menos sangre, ya sabes, menos sangre que limpiar, que lastima que me guste tanto ese líquido.

-Por... por favor... déjame escapar...prometo ser mejor -dije rogando algo imposible- ¡lo juro! -grité con auténtico desespero

Él demonio se rió a mis espaldas, una risa seca, macabra. Hermosa-Quizás, si es que lo que te haga no te mata, tal vez te deje vivir.

Evidentemente no terminaría viva.

-Vendiste el cuerpo de esas niñas, eres asquerosa, no mereces vivir.

Tomó mi coleta de caballo sentí el dolor del tirón, me despegó de la pared y me tiró al suelo con una fuerza descomunal, lo miré desde abajo, se veía más imponente desde ese angulo, se veía como el rey del infierno, dejé de admirarlo para intentar levantarme y huir pero antes de poder hacerlo mi pie dolió como si lo hubieran atravesado.