Leo
Gruño con molestia ante la imagen de Matheo desmayado. Abro la heladera y mientras veo su cuerpo en el suelo me bebo una botella de cerveza entera y cuando se acaba, dejo la botella en la encimera y camino hasta el cuerpo de Matheo.
Me paro a su lado y doy una patada en sus costillas, él se retuerce y suelta un gruñido que en otro momento me habría encantado. Matheo se voltea quedando boca arriba agarrando su costilla en la parte en donde antes lo patee.
—Levántate antes de que me arrepienta de ayudarte —digo y él comienza a levantarse en silencio e intentando disimular el tambaleo.
Cuando está de pie pongo su brazo en mi hombro y entre tambaleos y tropezones lo llevo hasta el baño, lo siento en el piso del baño y antes de que pueda acomodarlo en el inodoro él vomita todo, mis piernas, mis pies y el suelo, gruño con aún más molestia que cuando lo levanté.
—Tú una vez me vomitaste, estamos a mano, ahora bañate conmigo —dice el idiota, yo volteo los ojos.
—¿Ya lo vomitaste todo? —pregunto antes de empezar con la limpieza.
—Creo que aún falta mi cerebro, un pulmón y el hígado —yo aguanto la risa que me provoca su comentario y lo levanto del piso.
Le quito la polera que trae y luego sigo con los pantalones imaginando a Matheo como un teletubi para no distraerme.
—Bien, métete en la ducha —digo dándole la vuelta para que quede de espaldas a mí.
—Yo no recuerdo haberme bañado con bóxer —dice él y yo volteo los ojos.
—Empezarás a hacer nuevos recuerdos.
Lo meto en la ducha y enciendo el agua, ésta cae sobre su pelo pegándolo a su frente y luego se desliza por todo su torso mojando la tela de su boxer haciéndome tragar saliva.
Me volteo y comienzo a limpiar el suelo, cuando ya está todo sin vomito, me volteo hacia Matheo. Por su abdomen cae la espuma del shampoo y todo mi cuerpo palpita ante la vista, Matheo tiene los ojos cerrados dejando que el agua caiga en su cara y se deslice por su abdomen.
—¿Me seguirás viendo o vendrás a hacerme compañía? —dice él sin abrir los ojos.
¿Cómo rayos sabía que lo estaba viendo?¿En qué momento empecé a morderme el labio?
—Veo que ya no necesitas ayuda —digo soltando mi labio— Me voy —digo volteandome lista para irme, pero mi muñeca es rodeada por una de sus mojadas manos.
Me mete en la ducha con él y me pone bajo el chorro de agua y yo jadeo por el movimiento brusco y por el agua repentina que empieza a mojar mi ropa.
—Tenemos que hablar —dice Matheo y claramente ya no está ebrio.
—No creo que justo ahora sea el momento —digo poniendo mis manos en su pecho cuando comienza a acercarse.
—Tienes que dejar de evitarme.
—Te avitaré hasta que ya no quede ninguna excusa para hacerlo —digo volteándome para darle la espalda cuando empiezo a quitar la empapada ropa— ¿Puedes salir para poder bañarme?
—¿Es broma? —dice con sorna.
—¿Me ves riendo? —digo con molestia.
—No me iré, ¿Estás con Mike? —pregunta en seco y todo mi cuerpo se tensa en un instante.
Considero mentirle solo para hacerle daño pero no quiero meter a Mike en esto dándole falsas esperanzas y casi a obligarlo a mentir por mí.
—No, no estoy con Mike —digo y dejo de sacar mi ropa para que no pueda verme desnuda.
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Ángeles y Demonios
RomanceClaramente el dicho "No juzgues un libro por su portada" solo aplica a libros y no personas. Lo entendí el día que los conocí, tan bonito y agradable, por fuera, tan oscuro y misterioso por dentro. Definitivamente una cara de ángel puede ocultar a u...