Otro de los efectos que provocó la irrupción del boletín femenino fue la convocatoria de un grandísimo número de mujeres a Panther House, dispuestas a experimentar una ladies night, como se indicaba en la hoja informativa de la gaceta.
Las Panteras habían ideado un plan para entablar una cordial relación con todas las damas; los baños turcos interiores que poseía la mansión ayudarían a rebajar las tensiones, tanto corporales como mentales, de las señoras y señoritas inglesas.
Sabine era la anfitriona, y las recibía a todas con una sonrisa amigable rebosante de complicidad. Las guió a través de la mansión hasta llegar a los baños, en la planta inferior, y allí, sin mediar palabra, les ofreció a todas una blusa negra de tirantes y una braguita pantalón del mismo color.
Las mujeres, estupefactas, no querían aceptar aquella ropa interior tan extraña.
Pero Sabine las persuadió:
—Señoras, no se alteren. Las mujeres de Dhekelia siempre disfrutamos de estos baños: los llamamos el hammam. Son buenos para el cutis y la circulación. No hacemos nada prohibido en ellos; solo charlar y disfrutar de nuestra intimidad alejada de los hombres.
Una dama vestida por completo con esas prendas apareció entre la multitud provocando los gorjeos de asombro en todas las presentes. Tenía el pelo largo y cano recogido en lo alto de la cabeza; se había maquillado como las Panteras hacían: con kohl y una base especial de coloretes que atenuaba su palidez. Su cuerpo rechoncho llenaba la ropa interior de modo perturbador y poco estético, pero la mujer, sexagenaria, vivía al margen de normas y protocolos, ajena a lo que era mantener la línea. Sonrió con alegría y se colocó al lado de Sabine.
—La vizcondesa Addams está encantada con el hammam —dijo Sabine. Así llamaban en árabe a los baños turcos.
Amelia Addams sonrió y afirmó con la cabeza.
Contar con la presencia de la vizcondesa, una mujer que siempre había dado que hablar por su buen gusto, pero también por sus opiniones un tanto liberales sobre el matrimonio y las normas sociales, era el bautismo perfecto para las Panteras. Sabían que con ella al lado como su mejor cómplice, la mayoría de las damas las aceptarían.
—Estimadas amigas —dijo Amelia Addams—, pocas veces en Inglaterra tenemos el placer de intercambiar ideas y experiencias con damas extranjeras tan especiales como nuestras anfitrionas. Ellas no nos servirán té ni esperarán que nos comportemos como la sociedad nos dicta. Aquí vengo a ser quien soy, como mujer y como persona. Yo —aseguró mirando a Sabine con agradecimiento— he sido bendecida con el regalo de su compañía; me siento acogida por ellas como una más.
—Ha sido al revés, vizcondesa —replicó Sabine, poniéndole una mano amistosa sobre el hombro desnudo—. Usted es la bendición.
La mujer respondió posando su mano sobre la de ella.
—Sé que muchas de ustedes están pensando en desaparecer por la puerta por la que han entrado —anunció lady Amelia con comprensión—. Esto no es nada convencional, ¿verdad? Pero si lo hacen, piensen en que perderán la oportunidad de vivir algo especial. En esos baños que han construido, una tiene la posibilidad de dejarse llevar por sus vapores y sus secretos. Sirven bebidas únicas —sonrió guiñándoles un ojo—, y hay hombres de tez oscura destinados solo a servirnos como mayordomos en paños menores.
En el rostro de las mujeres se reflejó la ansiedad de ver aquello que les había sido prohibido por nacimiento. En realidad, era vergonzoso tomar baños semidesnudas en compañía de otras damas; y mucho más estar en un mismo lugar junto a hombres de la misma guisa.
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Panthers (Adrinette)
FanfictionSummary: La historia de un amor truncado por una traición y de una venganza tramada por cuatro mujeres feroces, bellas e inteligentes como panteras. El desamor es el peor zarpazo que puede darte la vida... ¿Qué le queda a una mujer cuando la acusan...