Podía sentir como las manos de Bruce le comenzaban a recorrer el torso, su tacto suave le provocaba escalofríos, le hacía enloquecer, sus besos lo extasiaban, necesitaba más, quería más, quería sentirlo, tenerlo cerca, olvidar que habían estado lejos, olvidarse de todo el mundo, porque en es instante, ellos lo eran todo.
Las manos del payaso se dirigieron a la nuca del mayor, lo tiró ligeramente del cabello, estaba sinceramente emocionado por lo que estaba por ocurrir, sus nervios lo traicionaban muchas veces, haciendo que golpeara sus labios con los dientes de su novio a lo que se avergonzaba y sonreía, Bruce le devolvía la sonrisa para luego volver a comerle la boca.
Las manos habilidosas del mayor se metieron entre el asiento y la puerta, jalando una palanca para hacer que le asiento se tirar hacia atrás, ahora tenía muchísimo más espacio. Su amor estaba acostado, lo miraba pidiendo que siguiera, quería que continuara. Eso ponía mil veces más a Bruce. Besó y saboreo el cuello del menor con toda la paciencia del mundo. Este era suyo para comer todo el tiempo que quisiera.
Vio aquella marca que había dejado hace cuanto, quizá más de un año, estaba comenzando a desvanecerse. Recordó como había sucedido todo, como su payaso le tiraba hacia él pidiéndole más, como le suplicaba entre gemidos que le hiciera suyo, que lo penetrara como solo él sabía hacerlo.
La entrepierna de Bruce suplicaba atención.
— Ah... — jadeaba John. Tiraba la cabeza para atrás extasiado— Darling... —cuando su amor le llamaba así, sonaba tan caliente que era inevitable tocarlo como le suplicaba— Si...sigue.
Había pasado tanto, tanto tiempo. Batman tomó la camisa del menor y le rompió cada uno de los botones para quitársela, poco a poco comenzaba a perder el control. El cuerpo de su amado estaba recompuesto, su piel blanca lucía hermosa y Batman estaba dispuesto a llenarle de chupones y mordidas... pero antes.
— Cariño... estoy a nada de perder el control. No quiero hacer nada que no desees — susurraba Bruce— quiero hacerte mío y que me hagas tuyo, quiero dejarte repleto de mis marcas y llenarte de mi olor. Quiero que me muerdas y rasguñes mi espalda del puro gusto... y quiero saber si estas dispuesto a que lo haga.
Aquellas palabras calaban en la entrepierna del menor. "Quiero hacerte mío y que me hagas tuyo". Sonaba delicioso. Quería, deseaba que Bruce le hiciera todas esas cosas y quería llegar lo más lejos que su mente lo dejara.
— No puedo asegurarte que todo terminará bien, pero... hazlo. Márcame otra vez, cariño —ronroneó en el oído del mayor— Te avisaré si me siento incómodo, lo prometo.
— Eso es justo lo que deseaba oír —respondió Bruce— Ahora, payaso... te demostraré quién es tu alfa.
A veces olvidaba que él era su alfa, olvidaba que estaban destinados y olvidaba que hacía tiempo él le había marcado haciéndolo suyo. Y estaba decidido a que Bruce se lo recordara.
— Por favor, daddy. Déjame en claro quien manda.
Esas palabras encendieron algo dentro del murciélago. Se quitó rápidamente la camisa y la lanzó por algún lado del coche. Se sentó a horcajadas sobre el payaso y le besó todo el rostro. Le agarró del cabello y lo atrajo hacia él. Joker no podía pensar en otra cosa que en el hombre musculoso que tenía sobre él. Le tocó aquellos tan formados abdominales y le pasó las uñas, haciendo que al mayor le recorrieran escalofríos que le hicieron jadear.
Aquella melodía era un éxtasis. Joker desabotonó el pantalón de Bruce y coló su mano entre la ropa interior del mayor; sentir su pene, tan duro y necesitado le hizo sentir cosas que hacía tiempo no sentía. Se sentía deseado, poderoso, saber que controlaba así a su alfa, que podía tenerlo sudoroso y deseado era todo lo que necesitaba.
No supo muy bien como, pero dejó a Bruce sentado en el asiento del copiloto mientras se sentaba justo sobre su paquete, al que ahora lo cubría tan solo la delgada tela del bóxer. Batman desabrochó el pantalón contrario, dejando mucho más expuesta aquella parte de su amado. Con su brazo, agarró la palanquita del asiento y recostó al completo el asiento, quedando estirado sobre este. Joker no sabía que era lo que hacía.
Le agarró por el trasero, haciendo que el payaso diera un respingo. Comenzaba ponerse nervioso ante lo dominante que era Batman.
— Ven... — ronroneó— acércate.
Le hizo caso, como ordenaba. Pasó sobre su pecho y quedó a pocos centímetros de su boca. La vergüenza lo estaba consumiendo, madre mía, ¿Qué estaba pensando este hombre? Lo descubrió cuando bajó levemente sus bóxer y comenzó a metérselo a la boca.
— Ay... ¡Bruce! —la vergüenza y el placer se mezclaban, logrando demasiadas cosas. Sus gemidos estaban incrementando de manera exponencial, la situación lo ponía demasiado— De... detente.
— ¿En serio quieres que pare?
No. No quería que se detuviera nunca. Lo volvió a dejar sobre sus piernas. Como pudo, Batman se bajó los pantalones y bóxer. El payaso le imitó. Ahora ambos se tocaban de la forma más carnal posible. Estaban desnudos, en el asiento de copiloto de Batman, dentro del llamativo Batimóvil en un estacionamiento cualquiera. Pensar todo eso solo le ponía aún más.
Cuando Joker se lanzó a besar a su amado, este recorrió cada centímetro del menor, descansando sus manos en su zona baja, específicamente en su trasero.
— Cariño, abre el cajón de allí, por favor —pidió Batman, ligeramente abochornado.
— ¿Por qué tienes un lubricante y condones aquí? —no estaba molesto, su pregunta era totalmente pícara.
— Desde que te subiste a mi auto y te excitaste con solo mi aroma, coloqué eso ahí para el día en que te subieras de nuevo y decidieras que querías que te lo hiciera. —Joker no esperó aquella respuesta tan sincera— ¿contento, cariño?
— Ay, Daddy... —fue lo único que Joker pudo responder, antes de darle la botella a su amado— sé gentil... Batsy...
La fingida inocencia de su amado solo lo provocaba más. Embetunó su mano del líquido y lo pasó por la zona sensible del menor, este gimió, fascinado. — Hazlo... —susurró en su oído. Batman no dudó. Comenzó preparándolo, los jadeos y gemidos del menor continuaron. Aquello era demasiado caliente y sucio, estaba por metérselo dentro de su auto.
Estuvo un tiempo diviertiéndose con aquella zona, escuchando al hombre sobre él, hasta que ya no aguantó un segundo más y deslizó su miembro dentro del menor. Este dio un pequeño grito que alertó a Bruce. Lo miró, preparado para tener que detenerse, perolo vio extasiado. Lagrimeaba del placer, apretaba el asiento y ya comenzaba a moverse solo.
— Pero mira como se mueve, ¿tan deseoso de mi estabas? —como amaba provocarlo de esa manera.
— S-si... lo estaba. Lo estoy... —se movía sobre él hacia adelante y atrás. Mantenía los ojos cerrados, disfrutando de ser él quien mantenía el control. Cuando Bruce quiso agarrarle las caderas, este le quito las manos y las dejó sobre la cabeza del murciélago. Impidiéndole tocar— Estoy cansado de ser el sumiso... yo también puedo dominarte...
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Lo sé... pensaron que estaba muerta, pero no, estaba absorbida por la vida real y la universidad. Pero algo dentro de mí desea completar esta historia y darles un gran final a estos bebés. Yo dije que no abandonaría la historia, la terminaré a su debido tiempo, es una promesa <3
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La broma que salió mal |Omegaverse| Batjokes
FanfictionLa idea, como siempre, fue hacer el crimen perfecto y que la ciudad sucumbiera con esos cambios de mentalidad que liberaba el gas tóxico a los pies del Guasón, el príncipe payaso del crimen. Jugar con químicos es malo, sobretodo si no es lo tuyo. L...