En cuanto leyó aquello, escuchó unos pasos tras suyo, pero no pudo voltear lo suficientemente rápido como para evitar que aquella persona le colocara un aparato extraño sobre el rostro, haciéndole inhalar un gas que ya conocía. La toxina del miedo.
Joker esperaba la señal de Batman. Activaba el pinganillo cada segundo pero no escuchaba más que estática. Comenzó a preocuparse, aunque se trata de Batman, quien siempre encontraba una forma de escapar de todo. Entonces, en un momento comenzó a activarse a ratos el pinganillo, oía entre estática y una voz que no era la de su hombre.
— Ya verán, ya verán... —decía aquella voz, sonaba de ultratumba y semirobótica— Las personas son predecibles, son lo que son... —dejó de oír unos segundos— ... yo, por el contrario, soy a quien juzgan... ¡somos lo mismo!
Mientras Joker no dejaba de oír a aquel hombre, corrió hacia el batimóvil, allí, utilizó lo mejor que pudo la tecnología Wayne para ubicar a Batman. Su traje estaba lleno de artilugios con el que el GPS funcionaría. Pudo ubicarlo luego de unos minutos y rápidamente siguió aquel punto, que se ubicaba en el centro de la ciudad. Aquello era extremadamente habitual.
Cuando Joker hacía sus grandes planes (como aquel de la bomba de gas) eran en el centro de la ciudad, para que todos miraran, todos vieran lo que estaba por pasar y todos se vieran afectados ante su gran plan.
El vehículo rápidamente llegó hasta donde el GPS de Batman marcaba. Entonces, llegó a una plaza. Estaba todo muy oscuro. Joker descendió del auto, agarró una pistola y la escondió en su chaqueta. Además, su traje estaba lleno de artefactos curiosos.
Fue cuando el payaso estuvo cerca del centro de la plaza que se extendió una gran ruleta. Llena de colores y en medio, Bruce, atado. Esta ruleta estaba sobre un gran escenario lleno de artículos usados en los circos. Cañones, cuerdas, pelotas de colores, animales en jaulas, etc.
Las luces se encendieron, apuntaron a Bruce y la ruleta, mientras que otra se centraba en Joker. Este estaba enojado y preocupado, Bruce parecía desmayado, pero tenía pequeños espasmos, apretaba las manos con dolor e intentaba zafarse de vez en cuando.
— Mira... ¡sí has venido! y yo pensando que todo se echaría a perder porque te irías con todo —la mismo voz que sonó en el pinganillo apareció sobre el escenario. Un hombre de traje, con una bolsa se tela en la cabeza llamaba la atención— ¿Con que aún sigues con el papel del hombre reformado porque ahora es un omega? —sus puños se apretaron con fuerza— ¡¿Aún sigues haciendo el papel de hombre enamorado?! ¡Cuando todos sabemos que eres un maldito maniaco sádico que no puede amar a nadie!
— ¿Crees que hago un papel? —Joker rió— ¿En serio crees que estaría aquí si ese murciélago no me importara?
El espantapájaros sacó de su bolsillo un artilugio con un botón rojo, en cuanto lo hizo, se desplegaron cañones del estilo circense rodeando al payaso.
— Todos sabemos que mientes, el gas que creaste era el plan inicial... ¿no? Querías que todos se convirtieran en las cosas que son ahora, y tú siendo un pobre e indefenso omega, harías el papel de villano reformado para poder librarte del murciélago y usarlo para ti.
Aquellas palabras verdaderamente le dolieron. Lo que había pasado ese último tiempo eran para él una simple estrategia, un plan maestro que había estado formulando por los últimos años. Esperaba con toda su alma que el murciélago no se creyera aquellas palabras. Joker apretó sus puños.
— Entonces, ¿Qué harás, payaso? —dijo el espantapájaros— Conocemos tú historia, conocemos quién eres... demuéstrale a todos quién eres.
Frente a él, se extendió una mesa traída por dos hombres también cubiertos por una bolsa en la cabeza. Estaba repleta de cuchillos, sables, armas cuerpo a cuerpo y muy filosas.
— Lánzala al murciélago... hazlo divertido, payaso. —Entonces, Joker tomó un cuchillo, relativamente grande. Parecía muy filoso, de manera excesiva. Lo lanzó en dirección al espantapájaros, le rozó el traje haciendo que en su hombro tuviera un corte. El cuchillo quedó clavado a la pared de atrás del escenario.
— Creo que no lo pensaste bien... —Joker sonrió con malicia.
— Yo siempre pienso las cosas bien.
Fue cuando uno de aquellos hombres le colocó un paño en la nariz y lo fumigó con aquel gas. Con la toxina del miedo.
Ustedes... no vieron nada... :D
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La broma que salió mal |Omegaverse| Batjokes
FanfictionLa idea, como siempre, fue hacer el crimen perfecto y que la ciudad sucumbiera con esos cambios de mentalidad que liberaba el gas tóxico a los pies del Guasón, el príncipe payaso del crimen. Jugar con químicos es malo, sobretodo si no es lo tuyo. L...