Capítulo 4

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Con la toalla aún puesta sobre su cintura, abrió la puerta de la habitación, encontrándose con Alfred, quien de manera seria le dijo que Batman no estaría disponible durante unas horas, ya que estaba sufriendo algunos inconvenientes.

— Y tú, viejo, ¿te has sentido mal? —preguntó Joker mientras se secaba el cabello.

— De manera milagrosa no, al igual que una tercera parte de la población. Según lo que me he enterado, los que no tienen síntoma alguno, son denominados como "betas" y que no hay que preocuparse por nada. —dijo, buscando algo en el suelo, y levantó un bolso, del que sacó algo de ropa ya limpia, porque Guasón andaba únicamente con la bata que Batman le había dado.

Joker agradeció, y volvió a cerrar la puerta, sintiendose mucho mas aliviado. Alfred no era uno de esos "alfas" que lo marcarían y lo obligarían a... Cosas feas. Si no, que además Batman no estaba en la mansión, por que lo podría hacer lo que quisiera durante unas horas...



Por otro lado, Bruce sufría en la baticueva. En realidad, no había salido e ido a algún lado, si no, que estaba luchando contra los nuevos instintos que aparecían en él, y en la tercera parte de la población.

Luego de bastante tiempo, sufriendo de muchos cambios, donde la ira se apoderaba de él, logró volver a un estado de regular calma, en el cual se destinó a intentar encontrar una cura. Lastimosamente, no había ninguna. El gas ya de había disipado, y no quedaba ningún rastro del líquido en su cuerpo, ya que este lo había absorbido por completo, por lo que supuso que así seria en el resto de la población.

Encendió el televisor.

“En las siguientes noticias, nos encontramos con la última obra del Joker, quien, gracias a su gas tóxico, ha hecho que toda la población de Gotham ahora esté dividida en tres sectores. Los alfa, los omega y los beta.” Eso era algo que Bruce ya sabia, por lo que daba vueltas por el salón, esperando alguna otra noticia que ayudara en algo.

“Así mismo, científicos de nuestra ciudad, bajo exhaustivas imvestigaciones han dado con un nuevo descubrimiento. Tanto omegas como alfas sufren de algo que se ha denominado popularmente como «el celo», en el cual, estos experimentaran cambios hormonales donde serán vulnerables y deseosos de tener relaciones carnales...”

Bruce apagó el Tv. ¿Celo? ¿Que rayos?

Tenía a un omega en su casa, que pese a que era uno de sus enemigos, su cuerpo no lograba contenerse del todo al estar a su lado, queriendo dirigirse a si cuello y morderlo de una manera bestial. Quería protegerlo (aun que fuera del mismísimo Joker del que estaño hablando), cuidarlo y mimarlo de todas las formas posibles.

También deseaba hacerlo suyo.
Nunca había visto en Joker una figura tan caliente como en ese momento.

— ¡Deja de pensar esas cosas! —se gritó Batman a si mismo.

Buscó a Alfred, y le dijo que buscara algunas cosas en la farmacia que ayudarían a contrarrestar algún desastre que pudiera haber. Quizá Joker lo odiara, y él lo odiara. Pero no le haría daño, al menos no así.

Mientras, en el cuarto de Joker, este estaba sobre la cama, revolcándose, con las dos manos sobre el vientre.
Su cabello estaba completamente despeinado, su maquillaje corrido y su ropa desordenada. Esa no era la forma en la cual Joker deseaba pasar sus horas a solas.

Alfred, luego de tocar repetidas veces, decidió entrar en la habitación. Miró al Guasón y dijo.

—Batman le envió estas cosas, dicen que ayudará en cualquier dolor o cambio que esté sufriendo. —El mayordomo dejó sobre la mesita de noche unas pastillas y una taza— y yo, le hice un té, con bastante azúcar. Espero le guste.

Cuando el mayordomo se retiró, Joker miró las pastillas. Habían unas que eran para dolores que les daban a las mujeres durante su periodo menstrual, y otras, que eran anticonceptivas. Las mejillas del Guasón se coloraron de manera instantánea, y pensó en no tomar eso, creyendo que era una humillación, hasta que el dolor volvió de peor manera y se vio obligado a consumir las pastillas.

Fueron un alivio instantáneo, y se sentía como nuevo otra vez, quizá algún dolor se mantenía, pero habían disminuido y eso era bastante.

— Que sepas que te odio Batsy, pero a su vez, gracias por eso... —susurró a la nada, recostándose.

La broma que salió mal |Omegaverse| BatjokesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora