Las semanas pasaban, el tiempo transcurría con relativa normalidad, la recuperación de Joker era lenta, pero iba progresando, pasadas las dos semanas ya podía estar caminando por toda la mansión nuevamente y había vuelto a las terapias con su psiquiatra. Luego de seis meses de terapia, su cuerpo se sentía ya recompuesto, todas las heridas habían sanado, Joker le había dicho adiós a las quemaduras, a los moretones y a alguna cicatrices. Pero aún le quedaba por sanar ciertas heridas mentales.
― Muy bien, John, durante estos días hemos avanzado mucho, ¿crees que estás listo para la primera prueba de tu avance? ―Dijo Paula, con su voz tan amable como siempre, mientras dejaba de lado su tan querida libreta roja y centraba su mirada en su paciente.
― No lo sé... aún no sé si estoy listo para tanto... ―Respondió el payaso, evitando la mirada de la mujer― Pero, creo que puedo intentarlo.
― ¡Muy bien! ―Le alentó la mujer― ¡Esa es la actitud!
Joker cada vez confiaba más en ella, los avances que estaba teniendo con ella lo sorprendían y estaba conociéndose mucho más. Aún sentía recelo a vestirse bien y a arreglarse de buena forma, pero ya no lloraba cuando se miraba en el espejo lo que daba incapié a que Bruce, su tan amado murciélago, puediera mirarlo y tocarlo sin sentirse una basura. Las pesadillas habían desaparecido casi por completo y ya comenzaba a sentirse mejor.
Habían pasado casi nueve meses de que había sido rescatado, de que se había librado de esos hombres. Su vida había dado un vuelco de 180 grados y eso le hacía poder vivir feliz y en paz.
― Entonces, nos estamos viendo aquí el lunes, disfruta de tu fin de semana John, descansa y recuerda que te mereces todo el amor del mundo ―Joker solo pudo darle una sonrisa algo triste, aún le costaba creerse esas palabras, pero sabía que tarde o temprano, lo haría.
Al salir de la consulta, pudo ver a mucha gente sentada, ya los conocía, ellos iban con su misma terapeuta, pero entre tanta gente, lo vio a él, a ese hombre tan alto y fornido, vestido con su siempre impoluto traje negro, su camisa blanca y sus zapatos perfectamente lustrados. Se sorprendió de verlo, ya que generalmente era Robín con quien regresaba a casa en el enorme y lujoso auto de Bruce.
Se acercó hacia él, con una enorme sonrisa y un imperceptible salto, para lanzarse a sus brazos.
― Wow, ¿desde cuando tan entusiasmado por verme, mi amor? ―Respondió Bruce bastante sorprendido. Luego de toda la mierda que habían pasado, Joker había dejado de ser tan amoroso como lo era antes, todo debido a las nuevas inseguridades que le daban vueltas en la cabeza.
"¿Y si termino por agobiarlo? ¿Y si lo canso? ¿Si se aburre de mí?"
Esas cosas ponían algo molesto al murciélago, claramente no con Joker, si no con los imbéciles que le habían causado que se sintiera menos. Pero de a poco, y mientras los meses pasaba, podía notar como su payaso recuperaba su alegría y confianza, volviendo a ser ese loco príncipe del crimen que tanto amaba.
― Desde simpre, Darling ―Respondió Joker con las mejillas sonrojadas― ¿Hay algún problema con que esté feliz de verte?
― No, no, para nada ―Joker tenía esa cara de provocación, cuando buscaba molestar al murciélago por alguna u otra cosa― De hecho, yo encantado de que te lances a mis brazos.
El payaso rió. ― ¿Y Robín? ¿Por qué vienes a buscarme tú?
― Ah, ¿prefieres que te venga a buscar él? ―Claramente era una pregunta sarcástica, ya que Bruce no dejaba de sonreír mientras intentaba hacerse el molesto.
― Claro que no, murciélago tonto, solo que este es nuestro momento de padre e hijo.
Escuchar a su amor decir eso le hizo derretir el corazón, que Robín ya lo considerara un padre y que de igual forma, Joker pudiera querer a su hijo como él lo hacía era algo que simplemente, le hacía quererlo aún más.
― Pues, mi amor, hoy es nuestro momento como novios... entonces, vas a subir al carro y te dejarás consentir mientras disfrutamos nuestro día, ¿te parece o sigues prefiriendo a Robín ¡Porque puedo traerlo eh!
Joker puso un dedo sobre los labios del murciélago mientras reía. ―Claro que me parece, darling, te acompaño siempre y cuando... me compres de esos helados que tanto me gustan.
― Cookis and cream, lo sé ―El más alto sonrió― Claro que te llevo a comer helado, mi vida. Ahora vamos, nuestro día de novios nos espera.
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La broma que salió mal |Omegaverse| Batjokes
FanfictionLa idea, como siempre, fue hacer el crimen perfecto y que la ciudad sucumbiera con esos cambios de mentalidad que liberaba el gas tóxico a los pies del Guasón, el príncipe payaso del crimen. Jugar con químicos es malo, sobretodo si no es lo tuyo. L...