Capítulo 24

4.7K 487 108
                                    

Bruce se miraba al espejo, no quería ponerse guapo realmente, eso lo hacía únicamente para galas, y para su amor.
El traje blanco que se había elegido se le veía extraño, no acostumbraba a lucir otro color que no fuera el negro.

Tomó el batimóvil (claramente camuflado como auto normal), informó a Alfred sobre donde sería por cualquier cosa y salió hacia el lugar, iba a tiempo realmente, por lo que no aceleró demasiado. En realidad, lo que hacia era mirar con atención por la ventana del coche, quizá, solo quizá podría encontrar al Joker.

Cuando ya había llegado al lugar, estacionó el vehículo y salió, afuera, unos guardias solicitaron su nombre e identificación, al verla, le abrieron la puerta inmediatamente para dejarlo entrar.

El lugar era realmente un lujo, lleno de cosas color oro, plata y diamante. Cristales y cosas de marfil decoraban distintos detalles de lo que parecía un palacio antiguo. Lo recibió un mayordomo, era joven, muy guapo, rubio y con una voz suave.

— Bienvenido señor Wayne, el dueño de la casa se encuentra en el salón, junto con el resto de invitados —dijo, sin mirarlo a los ojos y dando reverencias todo el tiempo. Bruce se sintió algo incómodo. Agradeció y caminó hacia lo que parecía el salón.

Estaba lleno de gente muy adinerada. Otros dueños de empresas famosas con grandes herencias a sus espaldas. En medio de un cúmulo de gente, Johan Mc Dan, un magnate con herencia de sus padres, millonario y excéntrico; conocido por sus grandes fiestas y reuniones llenas de alcohol, prostitutas y drogas, pero muy exclusivas.

Johan, sonó una campana, e hizo que todos prestaran atención. Todos los productos habían llegado por lo que la subasta comenzaría.

Todos los invitados se dirigieron hacia otro sector de la Sala, lleno de sillas, apuntando a un escenario que tenía un atril donde estaría el juez de la subasta. Tomaron asiento, un tipo de traje se subió y dio una gran charla de que era un honor tenerlo allí a todos, y que disfrutaría mucho ser el juez del evento.

Aplaudieron. Entre el público se hallaba el compañero de Bruce, aplaudiendo con emoción, hablaba con una señora, de unos 30 años muy enérgicamente. La señora, Ster Deluxe, era una millonaria gracias a la venta de accesorios para mujer, desde ropa, hasta maquillaje.

Apareció el mayordomo lindo de la entrada, junto a otro, trayendo una pintura. El juez dio los datos y el precio inicial, los invitados comenzaron a dar precios hasta venderlo.
Le siguió un sofá, una TV exclusiva, un auto antiguo (que a Bruce le parecía lindo, pero que no iba a llevar), y una máquina de escribir con diamante y oro.

— Muy bien —Anunció el juez— Todos aquellos a los que no se les haya enviado una carta personal, pueden retirarse.

Bastante gente se levantó. Quedando unas 20 a 25 personas en la sala, incluyendo a Bruce, que permanecía al fondo. Su compañero se trabajo también se quedó.

—Bien, señores, comenzamos con la subasta especial —su sonrisa parecía maquiavélica.

Trajeron una especie de celda cubierta con una tela, no se oía ningún ruido en el lugar, a excepción de unos cuantos soniditos de entusiasmo. En cuanto la tela se quitó, Bruce no podía creer lo que veía.
«Omega de 21 años. Sexo femenino. Virgen. Comenzamos en 800 dólares»

Una chica, de piel pálida, con aspecto enfermizo, cabello castaño hermoso, ojos azules se encontraba en la celda. Estaba atada de manos, vestía un lindo vestido rojo burdeo que no dejaba mucho a la imaginación. Cubría pechos y su zona genital frontal, pero era obvio que con un simple movimiento, todo se le vería.
Los carteles se levantaron inmediatamente.

«Vendida al señor Díaz por 1200 dólares»

El tipo, el tal "Díaz" se levantó de su asiento, subió al escenario, tomó a la muchacha y se la llevó.

«Omega de 23 años. Sexo masculino. No Virgen pero sin marca alguna. 900 dólares»

Y así continuaron, Bruce llamó a Alfred de la manera menos notoria posible y alertó que llamara a la policía, que avisara a Robin, y a Bárbara para que vinieran a su locación, ¡era una subasta de personas!

«Omega de 22 años. Sexo femenino. No virgen, sin marca. 1000 dólares»

Quería hacer algo, necesitaba salir de allí e impedir todo, las puertas tenían dos guardias cada una, había cámaras en el lugar, parecían apagadas.

«Omega de 18 años. Sexo masculino. Virgen. 2000 dólares»

Comenzó a buscar los dispositivos para lanzar humo, así cegaría a todos momentáneamente y escaparía con los secuestrados.

«Bien, señores, aquí tenemos lo mejor de lo mejor para ustedes. Omega de 24 años. Sexo masculino. No Virgen y con marca... Pero señores, ante ustedes, contemplen... ¡Al mismísimo príncipe del crimen en persona!»

Bruce volteo a mirar, quiso llorar. Por primera vez deseó romper su regla de no matar a nadie.
Allí estaba. Cubierto de maquillaje que cubrían -seguramente- moretones, cara de tristeza y depresión, agachaba la cabeza, rendido, tenía las manos atadas en la espalda, el cabello relucia brillante, tenía lencería puesta sobre tu hermosa piel pálida.

Dios... Su rostro... Mi amor... Mi payaso... Haré pagar a todo aquel que te haya hecho esto” pensó Bruce.

«Verán, señores, la marca es reversible, puede quitarse y hacer al Omega suyo. Bien, comenzamos... 8000 dólares »

--------
Hola...
Okey, se que tienen ganas de matarme pero!! Abstenganse porque si no, no sabrán como acaba la Historia!!

Quise compensar no subir nada con un capítulo más largo, espero sea de su agrado.
Para que se hagan una idea, 600 dólares, son como 400.000 mil pesos chilenos.

Realmente sufro haciendo así al payaso, yo lo amo, pero es necesario el drama. Sory...

Eso, los amo, sus comentarios son los más!!

La broma que salió mal |Omegaverse| BatjokesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora