Iba hacia todos lados caminando desesperada, los nervios de que todo saliera bien la tenían sin poder dar un bocado y sin poder sentarse un segundo.
— Harley, por dios, tienes que calmarte —decía Joker tratando de que la muchacha se quedara quieta para que la maquillista pudiera terminar su trabajo—. Todo irá bien, Batman está allá recibiendo a los invitados. Proto llegará Hiedra también.
Harley traía el peinado a medias, el maquillaje incompleto y aún no se había puesto el vestido. Desde el día anterior que los nervios por el matrimonio no la habían abandonado. Habían estado más de tres meses organizando los últimos detalles de la boda, Joker había estado tan o más ocupado eligiendo flores, el lugar y las invitaciones que con desarmar la trata de personas de Harvey, aunque iba bastante bien con ello.
— Ven, ven. Necesito que te sientes, la chica terminará el maquillaje, terminarán tu peinado, te pondrás el vestido y partiremos al lugar. Todo saldrá bien —el payaso le tomó la mano para que sentara, despacio. La maquilladora lo miró agradecida—, puedo traerte un té con esas flores calmantes que tiene tu novia si quieres.
Aunque Harley no ayudaba mucho, quedó preciosa. Lista para lo que sería el día más bello de su vida. Joker veía a su amiga, no podía imaginarse lo que ella estaba sintiendo. Se miraba al espejo moviendo su vestido, luciendo orgullosa. Estaba tan feliz por ella, porque hubiese encontrado su propia historia y dejase su sombra.
— Estás hermosa, Hiedra es una afortunada.
La Arlequín sonrió conmovida, su pecho se infló, sentía ganas de llorar. Aquel que había sido su más grande amor ahora era el que siempre quiso que fuera, pero ya no existían esos sentimientos, ahora solo quedaba admiración y agradecimiento. Aún así, le llenaba el corazón las palabras de aprecio de su amigo; como este estaba con ella en aquel momento, como la había ayudado con la organización aún estando tan ocupado y como ahora era una bella persona, que la trataba con cariño.
Lo había visto crecer, evolucionar, caer, amar y ahora, vivir feliz. Estaba agradecida de poder acompañarlo como su cómplice.
Ahora, ambos igual de felices, caminaban por la alfombra que habían puesto sobre el césped. Hiedra esperaba en el altar, estaba radiante con su bello vestido florido. Harley traía un largo y ajustado vestido blanco con manchas de colores (ella misma lo había coloreado con tinta). El traje lila del payaso le hacía lucir elegante y formal, sin perder su esencia colorida. Joker dejó a Harley junto a su prometida, la abrazó y le susurró.
— Gracias por ser mi amiga. Sé muy feliz y háganse muy felices. Siempre contarás conmigo para lo que necesites —aquellas palabras les dejaron los ojos lloros a la muchacha—. Te adoro, Harley.
La ceremonia fue preciosa. Escuchar los "sí, acepto" tan felices y orgullosos llenaba el corazón de los invitados. Los aplausos, los pétalos de flores, los besos de las, ahora, esposas y los gritos de alegría acompañaron a todos hasta la fiesta. El salón había sido decorado con flores coloridas, grandes candelabros, muchas mesas y enredaderas subiendo por las paredes.
El vals fue magnífico, las dos chicas resplandecían estando juntas, y cuando Harley fue en busca de Joker para bailar, todos quedaron boquiabiertos. Hiedra fue a beber algo mientras que ambos bailaban. Harley lo miraba con agradecimiento y Joker con admiración. Ya nada era como antes, todos eran personas distintas ahora y la amistad que estos dos habían formado se fortalecía cada vez más.
Cuando el baile de estos terminó, Joker llegó hasta Bruce. Este parecía distraído. Cansado. Llevaba días encargándose de la empresa porque se había despreocupado demasiado tiempo de ella y ahora debía arreglar ciertas situaciones.
— ¿Aceptaría bailar esta pieza conmigo, caballero? —preguntó Joker estirando su mano, ofreciéndola con una bella sonrisa. Bruce le miró sonriendo de igual forma.
Le tomó la mano en respuesta. Rápidamente ambos se pusieron en la pista, al ritmo de la música, moviéndose con soltura. Joker no era bueno, para nada, jamás había bailado antes. Pero Bruce era excelente y guiaba el paso con una maestría única. Giraba y acercaba al payaso hacia él disfrutando la música.
— No puedo creerlo —dijo Bruce en un susurro cuando la música lenta les hizo bailar apegados y despacio.
— ¿Qué cosa no crees, Darling?
— Tenerte así —su voz sonó suave y alegre—, después de todo lo que ha pasado, finalmente puedo tener un momento tranquilo con mi lindo omega. Que finalmente puedo decir que es mío —Bruce le miró a los ojos sin dejar de bailar—. Te hiciste de rogar.
Joker sonreía intensamente, estaba tan feliz. — Por supuesto, no podía ser tan fácil tenerme.
— Pero nada nunca había valido tanto la pena como vivir este momento contigo.
Su corazón se detuvo un segundo. Su murciélago siempre sabía que decir en el mejor momento. Lo abrazó con todas sus fuerzas sin dejar de moverse al ritmo de la música.
— No sé si recuerdas que te había dicho que te casaras conmigo —Joker no se acordaba, y su rostro debió delatarlo. Bruce carcajeó ante su expresión—, pues quiero que nos casemos.
— Yo... —sus palabras se hicieron nudo en su garganta, quería gritarle que sí, que aceptaba. Pero a su vez, las ganas de recordarle que era un omega inútil e infértil se enredaron con su alegría—, no puedo.
Soltó a Bruce y salió del salón con vergüenza, no quería que nadie lo viera llorar. De solo pensar en que jamás podría darle un hijo le hacía querer llorar y huir de todo. Una rabia e impotencia de saber que no era su culpa, pero que no podía hacer nada por remediarlo. Se agarraba los brazos, tratando de darse apoyo a sí mismo, pero ya comenzaba a costarle respirar.
Unas manos le agarraron, rodeándole todo el torso en un cálido abrazo. Joker ya no pudo aguantarse las lágrimas. El llanto le salió del fondo de su pecho, derrumbándose. Había tratado de que su pena no se notara, repetirse una y mil veces que estaba bien, que no era un tema que le afectase, pero el sentir el abrazo de su novio hizo que todo aquello que se había estado aguantando esos meses se soltara.
— No-no puedo darte un hijo... —berreaba Joker, su voz quebrada sonaba muerta de dolor y miedo, miedo de ser abandonado por estar roto y defectuoso—, lo siento. Lo siento tanto. Soy un omega inútil.
Bruce lo giró, y lo hundió en su pecho para calmarlo—. No estás roto, no eres inútil. Eres todo lo que está bien en este mundo —tomándole los hombros y mirándolo a la cara susurró—. Yo te amo y deseo pasar mi vida contigo como mi compañero. Quiero a mi cómplice junto a mí.
Joker se lanzó a sus brazos y siguió llorando aún más, asintiendo.
— Sí quiero ser tu esposo.
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¡Hola guapes! ¿cómo andan?
Yo sigo viviendo con la universidad a cuestas pero aquí seguimos. Ya pronto se acabará esta novela :( pero les traigo buenas noticias!
Si les gustan mis historias, como escribo y el Batjoker, les traigo una nueva historia! Ya comencé a escribirla y en cuanto sienta que está al 100% comenzaré a publicar capítulos, les dejo la sinopsis por si les llama la atención para que estén listos para leerla.
"Cuando un joven e inexperto Bruce Wayne se encuentra atrapado por la alta sociedad, se encuentra con Bárbara Gordon, hija del comisionado, la que es perfecta para él como su esposa. Pero se cruza con el hombre más seductor y misterioso que ha conocido jamás, aquel que nada le dice y nada le cuenta, de apodo "Joker" o "El Guasón". Serán enemigos, amantes, estarán perdidamente enamorados y se odiarán como a nadie más en el mundo, porque de amantes a enemigos no hay demasiada diferencia"
Prontamente disponible! Los espero ahí
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La broma que salió mal |Omegaverse| Batjokes
FanfictionLa idea, como siempre, fue hacer el crimen perfecto y que la ciudad sucumbiera con esos cambios de mentalidad que liberaba el gas tóxico a los pies del Guasón, el príncipe payaso del crimen. Jugar con químicos es malo, sobretodo si no es lo tuyo. L...