Capítulo 34

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Cuando Alfred oyó el sonido del auto de Bruce llegar a casa corrió instantáneamente a abrir la puerta, vio como Bruce bajaba del auto, se daba la vuelta y ayudaba a un adolorido Joker a salir del carro. Este se afirmaba el estómago mientras le sonreía tímidamente al murciélago y luego a Alfred, quien mantenía la puerta abierta. 

Bruce sentó a Joker en una silla de ruedas para ayudarlo a entrar a la casa, y le ordenó a Alfred preparar comida ligera para el payaso a lo que este asintió cerrando la puerta tras Bruce. Este último llevó al payaso a la habitación principal para que se acostara, tratándolo con mucha delicadeza, subiendolo a la cama. 

— Batsy... —El murciélago lo miró preocupado, pausando la actividad que hacía, que era simplemente acomodar las mantas para que Joker se sintiera cómodo— ¿Puedes acostarte conmigo? 

Enseguida Batman volvió a aquel ceño tan relajado, con un toque de dulzura incluido mientras asentía. 

— Está bien, me quedaré un tiempo ya que luego debo volver a trabajar, pero no te preocupes —Susurró Bruce mientras se acomodaba junto al menor y dejaba que este se recostara subre su pecho— Alfred traerá todo lo que necesites y me puedes llamar en caso de cualquie- 

Joker hizo que Bruce simplemente se callara con un beso, atrayéndolo de una forma algo brusca para lo débil que el menor se hallaba, pero él seguía siendo el príncipe del crimen, el criminal más buscado, temido y peligroso de toda ciudad gótica, sus demandas debían ser cumplidas si no querían que hiciera algo que mataría a media ciudad con solo un chasquido... pero nadie sabe (siquiera él mismo) que es lo que había ocurrido... 

— Lo único que necesito... eres tú, Darling... —Las manos del menor pasearon por cada centímetro de la cara de Bruce, acariciando su nariz con el pulgar, sintiendo con sus dedos aquella barba algo rasposa que comenzaba a crecer después de unos días de haberse afeitado. Pasaba sus yemas por la marcada mandíbula, subiendo hasta su oreja, para finalizar acariciando el oscuro cabello del murciélago— Quien me habría dicho que acabaría enloquecido por tí... aunque... de cierta manera siempre fue así, siempre me has vuelto loco, Batsy. 

— John... —Susurró completamente perdido en el rostro contrario el más alto, podía notarse como sus ojos brillaban de felicidad con solo verle a la cara, ese rostro pálido despojado del excesivo maquillaje antes llevado con frecuencia, que seguía siendo el mismo rostro del que se había enamorado. 

Bruce buscó entre sus cajones, aquel mueble que estaba junto a su cama y sacó un pequeño anillo, Joker lo miró con curiosidad hasta que se dio cuenta de que se trataba. 

— Es mi anillo, el que me diste cuando tuvimos nuestra... cita... —Dijo Joker con una sonrisa triste, aquel tiempo parecía tan lejano después de todo lo que había pasado— Me había olvidado de él por completo. 

— Así es, lo dejaste en el sillón el día que... desapareciste... —El murciélago miró el anillo con una enorme sonrisa, parecía hasta avergonzado de explicar todo lo que iba a decir— Aún recuerdo el día en que te lo dí y la promesa que hice representado en este anillo, promesa que aún conservo. Soy tuyo, lo soy... asi como tu eres mío... bueno, ya sabes... no literalmente, pero se entiende mi punto... ¡que me desvío! —Bruce comenzaba a ponerse nervioso— Sé que quiero que lo nuestro dure mucho tiempo más, sé que necesito tenerte en mi vida... y sé que quiero cuidarte como no lo haría con nadie más... bueno, a tí y a Robín. Eres mi familia, John... mi payasito... quiero que así sea siempre. 

Joker no podía borrar esa sonrisa que tenía en su rostro, no le importaba nada más, ese hombre que ahora tenía frente a él era el hombre que necesitaba para tener el resto de su vida, aquel que le completaba como ningún otro lo haría, tan comprensivo, tan lleno de amor, tan paciente... 

— Quien se esperaría que el gran Bruce Wayne sería así de cursi y pasteloso —Dijo Joker antes de largarse a reír. Batman puso su cara seria— Oh vamos, sabes que es broma, Batsy —Bruce no pudo contener más la risa y cedió ante ella, acompañando al payaso.

— Te odio, Joker. 

— Y yo a ti... Darling... —Respondió el payaso mientras le guiñaba un ojo. 


La broma que salió mal |Omegaverse| BatjokesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora