Parpadeo, acostumbrándome al molesto escozor que la lentilla produce en mis ojos.
Arde un poco, me molesta al pestañear y se me cristaliza la mirada pero al final puedo sostener la molestia.
Me adapto. No queda opción.Mirándome al espejo vuelvo a respirar profundo.
«Sé que esta no soy yo»
Ladeo el rostro a un lado y otro, escrudriñando mi reflejo, buscando el más mínimo detalle que delate a la Charlotte Donnovan que se esconde tras el retoque de maquillaje, los lentes de contacto oscuros y la peluca corta, más no la encuentro.
«Esta mujer es un camaleón que cambia de rostro, de esencia y de vida»
Grayson hizo bien su trabajo. Lo hizo muy bien y con la astucia propia de un ex agente federal. Repensó los pro y contras un sinfín de veces y eso en cierto modo me hace sentir segura.
Es plenamente conciente de que esto se hace bien o no se hace. Es conciente de que si algo falla, por más minúsculo que sea no seré solamente yo la responsable, no será Nicolas y no será mi familia.
Vamos a caer en el lodo todos. Él, Ciro, Peter, y cada persona detrás de escena que desde la ignorancia le han tendido la mano a cualquiera de ellos.
Estamos en igualdad de condiciones y en las de perder, el costo de las consecuencias será para todos parejo. No como hace ocho años en donde fui el producto de prueba y los Henderson el daño "colateral" de la mierda de Rafael.Dejo escapar el aire e inspiro hondo otra vez.
Destapo el labial, lo deslizo por mi boca y aprecio el resultado.
Es la primera vez que utilizo el marrón, la primera vez en años que cambio de perfume, de color de cabello...—Te ves extraña.
Alzo la mirada y me tipo con un Nicolas apoyado en el marco, observándome con reprobación.
—Soy una extraña precisamente ahora —me acomodo la peluca y me cercioro de que esté bien sujeta.
Es corta, ni siquiera llega a mis hombros, tiene un flequillo grueso y recto y el color azabache de las hebras sintéticas realzan el tono de mi piel.
—Te queda bonito el negro —dice tratando de sonar calmado—, pero tus ojos... Me gusta el celeste de tus ojos.
Se acerca a mí e intenta tomarme del rostro.
Está echando chispas de enojo, lo sé. Se nota en su voz, en su postura, en la forma que se tensa su mandíbula cuando habla y en las arrugas que surcan su frente cuando hace alguna expresión.
Nick se mostró totalmente en contra de la idea que propuso Grayson y se la pasó evitándome hasta ahora.
—Estos no son mis ojos —replico—. Esta no soy yo —me vuelvo hacia él, quiere tocarme pero lo rechazo
Ahora no.
Quise su abrazo anoche y me lo negó.
Quise su abrazo en la mañana y me ignoró.
Quise su abrazo durante todo el maldito día, mientras Grayson no paraba de memorizarme un discurso, pero se la pasó tan enojado y reprochándome cosas que se olvidó de lo realmente importante, apoyarme.
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Sugar Baby © (A.A II)
Romance«Bienvenidos a las relaciones mutuamente beneficiosas. En éste lugar los Sugar Daddies o Mommas obtienen lo que desean, cuándo desean» El destino, tan travieso y descarado otra vez me ha puesto aquí, en este lugar... En la misma situación. Como un...