CAPÍTULO TREINTA Y DOS

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Sábado

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Sábado.

Llegó el sábado más rápido de lo que esperaba.

¿No les sucede que cuando desean que el día que odian no llegue jamás, es cuándo más rápido llega?

Me encomendé a los santos para que las horas pasaran lentamente y mis rezos no llegaron ni a oídos de la vecina de piso.

Es sábado y estoy tan nerviosa que me dan ganas de masticarme las uñas. Si no fuera porque las tengo sumergidas en líquido humectante, ahora mismo estaría devorándomelas.

Maldito sábado.

Golpeteo los pies contra el soporte de la silla giratoria. Los tengo llenos de algodón. Algodón entre los dedos, en mis talones y pegado en las plantas.

—Entonces, beba, ¿hacemos un buen corte?

Levanto la vista y lo miro como para matarlo.

—Darien... Te dije que sólo las puntas.

Mi estilista, que sujeta las tijeras y me observa con malicia y enormes ansias de dejarme calva, se sonríe.

—Siempre predecible, beba. Siempre predecible.

—Lo predecible me hace sentir segura.

—Lo predecible es aburrido —pone cara de reprobación y sacude la cabeza. Junto con ella se sacuden sus mechones azules, morados y verdes—. Eres abogada, no aburrida —agarra mi pelo y me lo enseña a través del espejo—. Florecido, dañado, deforme: aburrido.

Giro un poco la silla y lo miro directo a la cara—No, no y no.

Alza una ceja, desafiándome—. ¡Más champaña por acá!

—Ya bebí una copa —me pone frente al espejo otra vez—. Darien, no quiero más alcohol.

Se ríe a carcajadas—. Florence, mi reina, ¿me subes un poco más la música, por favor? —la chica de la pedicura hace lo que le pide y acerca un pequeño carrito a donde estoy sentada—. Symphonies, querida, Symphonies —baila detrás de mí, haciéndome reír—. ¡Relájate un poco! Ahora no eres mami, no eres abogada y no eres ama de casa. Ahora eres una diosa que se prepara para una noche inolvidable.

—¡Porque no imaginas las ganas que tengo de estar en una fiesta rodeada de desconocidos! —suelto con ironía.

Chasquea la lengua. Lo escucho—. Florence, esta mamasita se va a meter en el Four Seasons, en la fiesta lanzamiento de temporada de Only.

—¿Only? —la pedicurista y manicurista se sorprende.

—Daría mis órganos por estar ahí —me susurra Darien al oído—. Soy capaz de volverme hetero si me ofrecen una invitación a cambio de eso.

—Habrán grandes celebridades allí —Florence pone en la mesita varios tonos de esmalte—. Basquetbolistas, empresarios, actores, cantantes y modelos.

Sugar Baby © (A.A II) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora