Capítulo 36.

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**Narra Noelia**

-¿Cómo que no?-oí sus pasos tras de mí.

-Como que no-busqué por la nevera algo que preparar. Pensé en unas hamburguesas y los pocos macarrones que habían sobrado; no quería esforzarme mucho.

-Pero, ¡no lo entiendo! Tú siempre me perdonas...

-Exacto, siempre he de perdonarte. Siempre estamos discutiendo y eso no me gusta. Lo había dicho por el impulso de la pelea, pero creo que lo mejor será que me vaya a España-cogí una sartén y la puse sobre el fogón.

-Pero...-se quedó callado un segundo y luego continuó-Pero yo no quiero que te vayas.

-Necesitamos un descanso Niall, eso es evidente. Hay algo que te estás guardando y estás amargando esta relación.

-Claro, la culpa es mía, ¿verdad?-comenzó a aumentar el tono, pero yo no quería discutir.

-Puedes llamar a Michelle, tengo que saber si quiere la hamburguesa con o sin pan, no quedan mucho macarrones.

-Noelia...

-Niall, llama a la niña, por favor.

-Esto no ha acabado aquí.

-Lo sé.

Continué con la cena, tampoco tenía que hacer mucho. Puse los macarrones en el microondas mientras las hamburguesas se iban haciendo. La niña llegó enseguida, aunque Niall no venía con ella. La miré con una sonrisa y le pregunté sobre sus preferencias respecto a la cena. Dijo que lo quería sin pan, así que la dejé por el salón viendo la televisión mientras yo ya comenzaba a servir.

Al ver que el rubio no venía  a pesar de la insisténcia comenzamos a comer sin él. Pusimos los dibujos que hacían en ese momento y observé asombrada cómo habían cambiado hasta aquel momento. Cuando yo era pequeña eran más normales y creativos, pero en ese momento encontraba que les bastaba con poner a dos dibujos de intento de persona caminando por la calle y preguntando dónde estaba aquel objeto que se encontraba a su vera.

-Sofía vendrá en media hora-apareció mi compañero de piso.

-¿Por qué?

-A por Michelle. Al fin y al cabo es su prima segunda, ¿qué menos?

-Yo soy su tía y Adrián me confió cuidarla. ¿Por qué te la llevas sin decirme nada?

-Necesito hablar contigo y algo me dice que lo mejor es que no haya niños en casa.

-No quiero peleas.

-Son inevitables y lo sabes-se sentó al otro lado del sofá y comenazó a comer.

Desde ese momento quedamos callados y el salón quedó completamente en silencio. Solo el sonido de la televisión hacía que el silencio no fuera absoluto.

No me gustaba que Michelle hubiera escuchado eso. No quería que se sintiera rechazada por su propia familia.

La niña se había mantenido callada, concentrando todo sus sentido en sus dibujos. Era lo mejor que podía hacer, lo había aprendido.

**Narra Harry**

Comencé a besar el cuello de mi chica demostrándole mis intenciones. Quería tenerla y quería tenerla ya.

Noté su sonrisa ensancharse y supe al instante que me había comprendido. Por las reacciones de su cuerpo supe también que no iba a negármelo.

La estampé contra la pared y continué besándola mientras comenzaba a levantarle la falda de su camisón. La risa salió de esos labios que se negaban a separarse de lo míos. 

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